Para todos los amantes de perros, esta noticia no los sorprenderá en absoluto: ¡A su compañero canino le encanta ser acariciado! Incluso le gusta más que a los halagos.
Esta realidad que vive cada guardián de perros ahora está respaldada por un estudio publicado recientemente en la revista Behavioural Processes.1 Dos investigadores de la Universidad de Florida (UF) decidieron investigar si los perros prefieren las caricias en lugar de los halagos verbales. También querían saber si a los perros les importaba quien hiciera las caricias o los elogios – su amo o una persona desconocida para ellos.
El Experimento de Acariciar o Halagar Involucro Tanto a los Perros de Refugio como de Familia
Para el experimento, los investigadores de la UF trabajaron con tres grupos de perros, perros de refugios, perros de familia probados con extraños y perros de familia probados con sus dueños.
Cada perro fue llevado a una habitación, con correa, para conocer a dos asistentes sentados en sillas. Para los primeros dos grupos de perros, ambos asistentes eran desconocidos, pero para el tercer grupo, un asistente era un desconocido y el otro era su dueño. Uno de los dos asistentes saludó al perro con elogios, mientras que el otro asistente utilizo las caricias. Entonces, el perro fue llevado a un punto en el cuarto con una distancia igual hacia ambos asistentes, la correa fue removida, y la interacción voluntaria del perro con cada asistente se midió en sesiones de 10 minutos.
En cada sesión y durante 5 minutos, los asistentes ofrecieron únicamente halagos o caricias. Los últimos 5 minutos cambiaron los papeles. Los perros fueron medidos según la cercanía física y la cantidad de tiempo dedicado a cada asistente.
Acaríciame y Te Seguiré a Donde Sea
Los resultados del experimento fueron claros: cada perro prefirió ser acariciado a ser halagado verbalmente. No sólo los perros pasaron más tiempo con la persona que los acariciaba, lo hicieron incluso cuando era su dueño el que hacía los elogios, y un extraño el que hacía las caricias. Y a la mitad de la sesión cuando los asistentes cambiaron lugares, los perros siempre se quedaron con la persona que los acariciaba. Es posible que una de las razones por las cuales los perros disfrutan tanto de las caricias se deba a que su frecuencia cardíaca y presión arterial bajan cuando los acaricia un humano.2
Así que aunque sean perros de refugio o perros de familia, y aunque estén con sus dueños o con desconocidos, los perros siempre escogerán las caricias sobre los halagos. Nunca son suficientes. Y mientras que los halagos verbales interesan temporalmente a los perros, no clasifican mucho más alto que ninguna interacción.
Según los autores del estudio de la UF, estos resultados confirman que acariciar proporciona un refuerzo positivo al comportamiento canino. Ser acariciado probablemente es un estímulo de refuerzo natural para los perros, mientras que solo halagarlos no es efectivo y puede necesitar ser combinado con caricias o comida.3
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