- Supervisar cada interacción entre los niños y los gatos. Hasta que su hijo sea un experto en cómo y cuándo tratar a su gato, usted debe estar presente siempre que los dos estén juntos. Los niños tienden a actuar impulsivamente o en base a su frustración, y es entonces cuando el gatito podría ser objeto de un trato brusco.
Al observar directamente como interactúa su hijo con su gato, puede darle una palabra cariñosa cuando trate al gatito con suavidad y respeto y redirigir su comportamiento según sea necesario.
- Aprender el lenguaje corporal felino. Su hijo necesita aprender a leer el lenguaje corporal de los felinos para determinar cuando el gatito está feliz y satisfecho, y cuando es mejor dejarlo en paz. Por ejemplo, un gato relajado que está disfrutando de la atención tendrá una actitud positiva frotando su cuerpo contra las manos de su hijo o su ropa o recostándose sobre él. Otros signos de placer son el ronroneo y la cola levantada.
Pero si el gato está moviendo su cola hacia atrás y hacia adelante, o si la cola está esponjada, o está hacia abajo en el piso, o escondido, es señal que se siente irritado o ansioso. También puede bajar y mover las orejas hacia atrás y hacia adelante, gruñir, o mostrar sus garras.
- Acaricie a su mascota de la manera correcta. Hay una forma correcta y una incorrecta de acariciar a un gato. La forma correcta es con la mano abierta y con un movimiento suave y gentil. La forma equivocada incluye empujar, tirar o agarrar de cualquier forma. Si su hijo es muy joven, tal vez quiera guiar su mano mientras acaricia al gato. He descubierto que enseñar a chicos jóvenes a acariciar a los gatos con un solo dedo, centrándose en un toque muy ligero, es a menudo la forma menos estresante para los gatitos.
También enséñele a su hijo a tocar solamente la espalda, los hombros, el cuello y la parte superior de la cabeza del gato, las patas, la cola y la panza son zonas prohibidas.
- Sostenga al gatito de la manera correcta. Los niños tienden a hacer movimientos bruscos e impredecibles, y a los gatos no les gustan las sorpresas. Por eso es muy importante enseñarle a su hijo a sostener a su gato. Agarrar de forma repentina o retener a un gato sorprendido es una buena manera de ser arañado o mordido. El gato también tenderá a correr cada vez que vea a su hijo acercarse.
Ayude a su hijo a entender que los gatos deben poder hacer las cosas a su manera, a su tiempo, y que obligar a un gato es algo contraproducente. Haga que su hijo se siente e invite al gatito a subir en su regazo, lo que puede requerir de un señuelo como golosinas o un juguete.
Si el gato llegara a sentarse en el regazo de su hijo, asegúrese de que él lo toque con la mano abierta y con movimientos suaves. Tan pronto como vea que el gato está listo para alejarse, su hijo deberá dejarlo (esto aplica en todo momento, no sólo esta vez).
- Levante al gatito de la manera correcta. Cuando su hijo esté listo para el siguiente paso, aprender a recoger al gato, el niño deberá colocar una mano bajo el pecho y la otra sosteniendo las patas traseras para levantar uniformemente el peso del gato. Entonces su hijo tendrá que sostener suavemente al gato y colocarlo contra la parte superior de su cuerpo para mantener el equilibrio y hacer que el gatito se sienta más seguro.
Tan pronto como el gato se quiera bajar, podría intentar alejarse, mirar hacia el suelo, mover la cola o las orejas hacia atrás, su hijo debe bajarlo inmediatamente al suelo u otra superficie estable y de forma suave.
- Juegue como un gato. La forma normal de jugar de un niño es mucho más ruidosa y más bulliciosa de lo que un gato promedio puede tolerar, así que si su hijo quiere jugar con el gatito, tiene que aprender a jugar bajo sus condiciones.
No debe gritar, saltar o correr, ya que estas actividades sólo lo asustarán y harán que se aleje. Interactúe con el gatito en el momento que su hijo este "tranquilo" cuando está aprendiendo a quedarse quieto, utilice su "voz" interior y sea paciente. Pasar tiempo de tranquilidad junto a su hijo y su gato construirá la confianza con su hijo.
Enséñele a su hijo a usar un juguete cuando esté jugando con el gato, así el gatito no tendrá la idea de que arañar y morder las manos de los humanos es lo correcto.
- No moleste a un gato que está escondido. Los gatos se ocultan por una razón, ya sea debajo de la cama, detrás del refrigerador o en un armario alto. Por ejemplo, molestar a un gato que está escondido y meterse debajo de la cama o sacarlo de su escondite, puede causar que lo muerda o arañe. Su hijo debe entender que el gato debe de salir solo y cuando él quiera, o engañado con alimentos, golosinas o un juguete interactivo.
- De tiempo privado a su gatito. Para ayudar a su hijo a entender que los gatos son seres independientes que disfrutan de pasar tiempo a solas, si es posible, pídale que le ayude a arreglar algunos lugares para que el gatito pueda esconderse. Enseñe a su hijo a dejar al gato solo cuando está en una de sus áreas privadas.
- Los gatos no son perros. Ni humanos. Es muy importante que el niño entienda la naturaleza de los gatos como una especie muy diferente a todas las demás. También es importante que su hijo entienda que las mascotas no son juguetes que pueden simplemente dejarse de lado o ser desechados. Tampoco son humanos pequeños y raros.
Cuando los niños aprenden el por qué los animales a su cargo hacen lo que hacen y necesitan lo que necesitan, su comprensión, compasión y el deseo de ser los mejores guardianes de mascotas crece.