¿Deberían los Perros Tener Su Propia Declaración de Derechos?

Derechos Para Perros

Historia en Breve

  • El entendimiento sobre la capacidad de inteligencia y emoción de los animales no humanos va en aumento y con esto surgen nuevas preguntas éticas y acerca de nuestra relación con las demás especies.
  • Los mamíferos, pollos e incluso los peces han demostrado la capacidad de sentir dolor y estrés, aprender trucos y formar recuerdos a largo plazo, lo que fortalece el argumento de que los animales merecen una serie de garantías y derechos intrínsecos básicos.
  • En este artículo encontrarás una Declaración de Derechos para los perros, que enfatiza el derecho de los perros a tener sus propios sentimientos, percepciones del mundo, compañía de su propia especie y la necesidad de que se respete su dignidad.

La Declaración de Derechos Humanos se llevó a cabo para proteger los derechos humanos básicos, para asegurar las libertades personales que según nuestros ancestros eran evidentes. En el siglo XXI, estamos comenzando finalmente a reconocer que los seres humanos no son los únicos animales que merecen tales derechos.

La ciencia ha ayudado a sentar las bases para que aumente este entendimiento, que los amantes de los animales han intuido todo este tiempo. Los titulares de los medios mencionan cada vez más los increíbles descubrimientos de la inteligencia animal, otra característica "humanas" que exhiben las aves, mamíferos, peces e incluso los insectos.

Pero, ¿realmente es tan sorprendente que los animales pudieran ser seres pensantes, sintientes e inteligentes?

Después de todo, los seres humanos también son animales y, aunque un perro, un elefante y un humano pudieran necesitar formas y expresiones drásticamente diferentes de inteligencia y capacidad emocional, las diferencias no hacen que ninguno sea superior o inferior.

Me gusta la cita, "Todos son genios, pero si juzgamos a un pez por su habilidad para trepar un árbol, pasará su vida creyendo que es tonto". (Se cree que esta cita es de Albert Einstein).

Ciertamente, las diferentes criaturas muestran su inteligencia a su propia manera y, desde luego, de formas que los humanos apenas comienzan a comprender.

Los Descubrimientos sobre la Inteligencia Animal Solicitan Cambios en Nuestra Relación con Otras Especies

La buena noticia es va en aumento y con esto surgen nuevas preguntas éticas y acerca de nuestra relación con las demás especies. Por ejemplo, los peces pueden sentir dolor y estrés, aprender trucos y su memoria a largo plazo es excelente.

Al saber esto, ¿pudiera afirmar que es correcto tener un pez betta, que puede aprender a reconocer a sus dueños, en una pequeña pecera o jarra? De forma similar, los pollos son capaces de realizar muchas proezas que generalmente solo pueden hacer los niños humanos de más de 4 años.

Los pollos demuestran su autocontrol en la capacidad de demorar la gratificación (rehusarse al alimento ahora para recibir más en el futuro) y tienen algunas habilidades que superan a los humanos con facilidad, como viajar utilizando al sol con tan solo 2 semanas de edad.

En otras palabras, los pollos son seres bastante inteligentes y sensibles que merecen garantías básicas que les permitan vivir como deberían hacerlo – con acceso al exterior y con suficiente espacio para caminar, mínimo.

Tristemente, la mayoría de los pollos no tienen esta oportunidad, ya que crecen en operaciones concentradas de alimentación animal (CAFO, por sus siglas en inglés) donde los ven como objetos, no como seres vivos.

Declaración de Derechos Para los Perros

Es cierto que, incluso los peces y los pollos merecen derechos básicos, aunque es mucho más fácil para muchas personas la idea de una Declaración de Derechos para una de las mascotas familiares más queridas: los perros.

John Bradshaw, experto en comportamiento y bienestar animal y autor de "Dog Sense: How the New Science of Dog Behaviour Can Make You Better to Your Pet", escribió una Declaración de Derechos para los perros, y es hermosa.

Bradshaw sugiere que los perros, en particular, merecen respecto y que los humanos se tomen el tiempo de entender sus matices y necesidades. Esto involucra entrenarlos con un mayor entendimiento de que cada perro es un individuo, no necesariamente un "lobo" domesticado guiado por el sentido de dominación, como a veces los tratamos.

Además, los perros se han vuelto muy dependientes (no solo de forma física, sino también emocional) de los humanos, y deberían criarse teniendo en cuenta su propio bienestar (no solo para crear aspectos nuevos).

La Declaración de los Derechos para los Perros de Bradshaw es como se muestra a continuación, según la publicó The Bark. "Si los perros pudieran crear su propia Declaración de Derechos, diría algo como esto", comienza:1

  1. "Somos perros, no lobos. Hemos vivido con la humanidad desde que era cazadora-recolectora y no estamos menos ni más domesticados que ustedes. Hacemos valer el derecho de ser tratados como nosotros mismos, y no como algún tipo de animal silvestre.
  2. Hacemos valer el derecho a que se tomen en cuenta nuestras propias percepciones del mundo, especialmente cuando nuestros sentidos son superiores a los suyos.
  3. Hacemos valer el derecho de que se permitan y se comprendan nuestros sentimientos, que son reales, aunque distintos a los suyos. No somos inferiores a los humanos ni robots bestiales.
  4. Nuestras capacidades mentales son considerables, aunque, de nuevo, diferentes a las de la humanidad. Hacemos valer el derecho a que nos entiendan nuestros dueños, quienes no deberían esperar que entendamos cada palabra que dicen, ni asumir que aprendemos como lo hacen los niños humanos.
  5. Hacemos valer el derecho a que nos enseñen cómo lidiar con el mundo humano. Pues, aunque somos producto de su mundo, no nacemos para entenderlo, y es necesario que nos integren gradualmente, con cuidado y gentileza.
  6. Nuestro lenguaje es rico y sofisticado. Hacemos valer el derecho a que nos comprendan, de la misma forma en la que intentamos entenderlos a ustedes.
  7. Somos, en esencia, animales sociales y hacemos valer el derecho a la compañía de nuestra propia especie.
  8. Somos animales domesticados y hacemos valer nuestro derecho a la compañía de los humanos. Si nos dejan solos, necesitamos entrenamiento para lidiar con el aislamiento.
  9. Somos individuos, cada perro tiene su propia personalidad. Por lo tanto, hacemos valer el derecho de que nos juzguen por nuestros propios méritos y no de acuerdo con la reputación de nuestra raza o tipo.
  10. Hemos servido fielmente a la humanidad durante decenas de miles de años. Mientras que nacemos para servir, hacemos valer el derecho de que se respeten nuestras necesidades y nuestra dignidad de todas las formas, tanto de forma tradicional como novedosa, como la humanidad lo solicite.
  11. Hacemos valer nuestro derecho al futuro. Al haber adaptado nuestro cuerpo y vida a sus necesidades, hemos perdido gran parte de nuestra capacidad para la independencia. Por lo tanto, necesitamos la asistencia de la humanidad conforme enfrentamos juntos el futuro."

Si pones en práctica estos derechos con tu propio perro, es probable que comiences a verlo de una forma completamente nueva y su vínculo se volverá incluso más profundo de lo que es ahora.

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+ Fuentes y Referencias