Muchos padres primerizos de cachorros, asumen que no es tan difícil criar un cachorro para que se desarrolle como un perro adulto equilibrado y saludable. Pero realmente hay mucho que aprender y poner en práctica para criar bien a un perrito.
Recuerda, los perros buenos no nacen, se hacen desde cachorros gracias a las decisiones conscientes que toman sus dueños. Es inusual convertir a un "buen perro" de la noche a la mañana.
Hay ciertos típicos errores que cometen los dueños primerizos de cachorros, que pueden causar problemas de salud o de comportamiento en sus mascotas a lo largo de sus vidas, incluyendo los siguientes cinco.
1. Los dueños primerizos suponen el tipo de alimento, cantidad o frecuencia con la que deben alimentar a su cachorro
Muchos cachorros son alimentados en exceso, y esto puede causar una variedad de enfermedades ortopédicas, especialmente en razas grandes y gigantes.
Los cachorros de raza grande requieren una alimentación que promueva un crecimiento lento pero constante; a menudo, las razas más pequeñas necesitan una alimentación con un alto contenido energético.
Existen varios factores involucrados en determinar la cantidad de alimentos que le debes proporcionar a tu cachorro, incluyendo su edad, peso actual, peso adulto anticipado, raza, ambiente y nivel de actividad.
A los cachorros se les proporciona una mayor cantidad de comida en base a su peso, en comparación con los perros adultos; y los cachorros jóvenes comen una mayor cantidad de alimento que los cachorros de más edad. Los cachorros que son muy jóvenes deben ser alimentados de 3 a 4 veces al día; a menudo, a los cachorros que tienen más edad les va bien con comer dos veces al día.
La información sobre la alimentación que se encuentra en los paquetes de alimento para perros proporciona directrices sobre las porciones de alimento, pero recuerda que solo son directrices generales. No existe un criterio universal de cómo deben ser alimentados todos los cachorros; y sin duda, eso depende de qué tipo de alimento elijas.
A menudo, los cachorros a los que se les proporcionan alimentos crudos, necesitan una mayor cantidad de alimento, en comparación con los cachorros alimentados con croquetas, porque la mayoría de los alimentos crudos bien formulados contienen menos cantidad de grasa y calorías por onza.
Otra típica directriz de alimentación es permitir que tu cachorro coma a su propio ritmo durante unos 10 minutos, tres veces al día. Sin embargo, de nuevo, no existe un criterio universal que se aplique en todos los cachorros.
Recomiendo proporcionarle a un cachorro la cantidad de comida necesaria para que se mantenga delgado. Debes poder sentir fácilmente sus costillas, espina dorsal, y otros huesos; observar visiblemente su cintura desde arriba; y el pliegue abdominal.
Trabaja con tu veterinario holístico o integrativo para determinar la cantidad de calorías que tu cachorro necesita en cada etapa de su desarrollo. Como regla general, es posible que entre los 6 y los 10 meses de edad, puedas cambiar el alimento de tu cachorro y proporcionarle alimento para adultos, en función de su raza, tamaño y desarrollo físico actual.
2. Los padres inexpertos no les enseñan a sus nuevas mascotas a aceptar ser tocadas
La mayoría de los dueños de perros no pueden resistirse a acariciar y abrazar a un nuevo y peludo miembro de la familia. Pero ¿sabías que las sesiones de abrazos son una gran oportunidad para hacer que tu nuevo cachorro o perro adulto se sienta cómodo al ser tocado en cualquier parte de su cuerpo?
Muy pronto tu nueva mascota tendrá que visitar al veterinario o tal vez la estética canina. Necesitará que le cepilles los dientes todos los días, y que sus uñas sean recortadas de forma regular.
La mejor manera de preparar a tu nuevo cachorro para todo el manejo que tendrá a lo largo de su vida es acostumbrarlo a tener contacto en las áreas sensibles de su cuerpo, tan pronto como llegue a tu hogar. Mientras lo acaricias o reposa a un lado de ti, puedes empezar a tocar sus patas, una a la vez, así como cada dedo de sus patas.
Pasa la mano por su vientre, abdomen y la zona de la ingle, así como su espalda y caderas. Mueve su cola y revisa su parte posterior. Levanta sus orejas y pasa tus dedos sobre su sedosa piel de la parte inferior. Frota suavemente alrededor de sus ojos y labios, y desliza suavemente un dedo en su boca, y pásalo sobre sus dientes y encías.
Esto no solo acostumbrará a tu cachorro al contacto humano, sino que también te ayudará a familiarizarte con la forma en que reacciona su cuerpo para que puedas identificar rápidamente cualquier anomalía que pudiera aparecer, como un bulto o protuberancia sobre o debajo de su piel.
3. Los dueños primerizos no le dan importancia al estado de sus dientes o uñas
Los dientes y uñas de los perros son dos partes del cuerpo de las mascotas que muchos dueños tienden a descuidar.
Tu cachorro necesita que sus dientes sean cepillados todos los días, o como mínimo, varias veces a la semana. Inicialmente, esto es más un ritual para que el cachorro se familiarice con el proceso.
Al igual que enseñar a un niño de 3 años a cepillarse los dientes, esto está más relacionado con hacer movimientos que prevenir las caries.
Pero independientemente de su alimentación, algunas razas son propensas a desarrollar mucha cantidad de placa antes de tener un año de edad y si no comienzas a hacerlo a temprana edad, para el momento en que tu mascota tenga alrededor de 3 años de edad, padecerá algún tipo de enfermedad periodontal.
Conforme pasa el tiempo la situación empeorará, lo cual le causará mal aliento, una dolorosa enfermedad bucal, pérdida de dientes, y ocasionará un excesivo gasto por un servicio de atención veterinaria.
Asimismo, las uñas de tu perro tienen que ser recortadas de forma regular.
¿Cuán a menudo se desgastan naturalmente en función de lo rápido que crecen y cuánto tiempo pasan sobre superficies? Si no puedes recortarlas periódicamente, te insto a hacer una cita permanente con un veterinario o estilista veterinario que te brinde el servicio.
A menudo, los perros desarrollan graves problemas en sus patas debido a uñas que han crecido demasiado.
4. Los dueños inexpertos no los entrenan en jaulas/
Muchos dueños de perros piensan que el entrenamiento en jaulas es cruel, pero posiblemente esta idea sea errada, si se realiza correctamente.
A menos que alguien, en el pasado, haya utilizado una jaula inadecuadamente y le haya causado un trauma emocional a tu cachorro, este debe de gozar tener un poco de espacio para sí mismo, si lo induces de manera positiva.
A los perros les gusta vivir en guaridas, y una jaula proporciona la oportunidad de desarrollar el gusto natural de tu cachorro para buscar estar en espacios pequeños, oscuros y seguros. Esto podría beneficiarlos a ambos, para el propósito de realizar un entrenamiento en casa, viajar en coche o avión, o pernoctaciones con amigos, familia o en un hotel que acepte mascotas.
Si no te agrada la idea de realizar un entrenamiento en jaula, te recomiendo estar abierto a otras opciones. Habla con amigos que amen los perros y hayan entrenado en jaula a sus cachorros. Lo más probable es que te digan que sus perros buscaban sus jaulas por sí mismos para tomar siestas, a la hora de dormir, y cuando querían estar solos.
5. Los dueños primerizos no utilizan un refuerzo de comportamiento positivo para enseñarles obediencia
Los problemas de comportamiento representan la razón principal por la que los perros son abandonados en refugios de animales, por la que no encuentran nuevos hogares permanentes, y como resultado, se les realiza la eutanasia.
Desde el día en que llevas a un cachorro o perro adulto a tu hogar, debes comenzar a enseñarle los comandos tales como 'ven, siéntate, quieto y abajo'. Un cachorro debe comenzar el entrenamiento formal a las 8 semanas, y si adoptas un perro adulto que no ha recibido entrenamiento de obediencia, inmediatamente debes inscribirlo en clases de entrenamiento.
Si tu cachorro es demasiado joven para recibir clases de entrenamiento, entonces inscríbelo en un grupo de juego para cachorros.
También, es buena idea llevar a tu perro a un curso de obediencia cada cierto año, o cuando necesites ayuda con el inevitable e inconveniente comportamiento que se desarrolla conforme envejece.
Si deseas tener un perro equilibrado, y con buenos modales, la forma de lograrlo es al realizar un entrenamiento de refuerzo de comportamiento positivo, y no con un entrenamiento basado en castigos.
Un número cada vez más extenso de estudios demuestra que implementar un entrenamiento de refuerzo positivo en nuestros compañeros peludos es mucho más eficaz que hacer un tipo de entrenamiento que implique dominación y castigo.
Incluso, algunos estudios concluyeron que en realidad el entrenamiento basado castigos crea comportamientos problemáticos adicionales, lo cual indudablemente es el resultado que no deseas.
El entrenamiento de refuerzo positivo se basa en la teoría de que al recompensar a tu perro por realizar un comportamiento deseado esto fomentará aún más ese comportamiento.