La mayoría de los dueños de los perros se espantan cuando su miembro peludo de la familia arrastra su trasero por la alfombra, un tapete o alguna otra superficie de tela. Si está afuera, podría hacerlo sobre el pasto.
Y por supuesto lo hace solamente cuando hay visitas o cuando estas platicando con un nuevo vecino en el patio de frente de tu casa.
"Scooting", como se le conoce cariñosamente, es una indicación de que una parte trasera está irritada o genera picazón. Rara vez, el comportamiento es causado por la lombriz solitaria, por general podrían haber otros síntomas como pérdida de peso, pelaje opaco o problemas cutáneos, un abdomen inflamado o con dolor o diarrea. También podrías presenciar partes de gusano cerca del ano de tu perro.
Scooting podría ser otro problema como un tumor perianal, o irritación debido a la diarrea o una infección por levaduras en la zona perineal, pero la mayoría de las veces la razón es un problema con la glándula anal.
Tu perro arrastra su trasero sobre el suelo para tratar de aliviar la picazón y la irritación causada por una glándula anal inflamada, infectada o dañada.
Todo lo Que Quisiste Saber Sobre las Glándulas Anales de Tu Perro (Pero Que Has Tenido Miedo Preguntar)
Las glándulas o sacos anales de un perro son pequeños y de forma ovalada, y se encuentran justo dentro del recto en las paredes del ano y separadas en un ángulo horizontal. Están localizadas dentro del músculo del esfínter anal, y la pequeña abertura en los conductos no se puede ver fácilmente a través de la mucosa anal.
Las glándulas secretan una sustancia aceitosa notablemente olorosa. En el mundo de la comunicación canina, este líquido puede funcionar como un marcador territorial, lo que le permite a tu perro dejar información bioquímica personal para que otros perros investiguen.
Cuando tu perro defeca, si las heces tienen consistencia normal, este fluido potente es expulsado de las glándulas anales a través de conductos diminutos junto con las heces. Las glándulas anales se vacían con la presión de las heces a medida que pasan por el recto y el ano.
Este es una eficiente creación de la naturaleza, pero por desgracia, los perros de hoy en día suelen hacer heces muy aguadas o movimientos intestinales irregulares que no ejercen presión en las glándulas anales durante la evacuación.
Otros factores que contribuyen a los problemas de la glándula anal pueden incluir la obesidad, donde no hay suficiente tono muscular y exceso de tejido graso, ciertos problemas cutáneos e infecciones. Pero en mi experiencia, hay tres causas principales referente a los problemas de la glándula anal: Alimentación, traumatismo en las glándulas o la posición de las glándulas.
Problema # 1: La Alimentación de Tu Perro
Los granos en los alimentos para mascotas comerciales son alergénicos e inflamatorios. Si tu perro está experimentando problemas recurrentes de la glándula anal, lo primero que debes hacer es eliminar todos los granos de su alimentación. Deja de darle cualquier alimento que contenga maíz, papa, harina de avena, trigo, arroz o soya.
También te recomiendo darle una fuente de proteína diferente. Si, por ejemplo, sólo ha comido carne de res y pollo, dale carne de bisonte o conejo. Una constante alimentación que únicamente incluye uno o dos tipos de proteínas puede desencadenar una respuesta inflamatoria debido a las alergias.
Los problemas de intolerancias alimentarias sin tratar son una causa muy común de problemas crónicos del saco anal.
Si las heces de tu perro son uniformes, suaves o aguadas, su saco anal no está recibiendo la presión necesaria para la evacuación. Darle una alimentación equilibrada y apropiada para su especie abordara los problemas tanto de sensibilidad al alimento como la mala consistencia de las heces.
Agregar a su alimentación probióticos, fibra (semillas de calabaza finamente molidas o polvo de olmo resbaladizo) y enzimas digestivas también podría ser ideal para que haga heces más firmes.
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Problema # 2: Traumatismo en las Glándulas Anales
Muchos daños en los sacos anales de los perros son causados por los bien intencionados pero inexpertos groomers, veterinarios y dueños de mascotas. Muchos groomers tienen el hábito de exprimir las glándulas anales de los perros que asean, como parte de sus "servicios incluidos", junto con la limpieza de orejas y recorte de uñas.
Exprimir rutinariamente las glándulas anales sanas no sirve de nada, es desagradable tanto para el perro como para el humano, y potencialmente dañina, por lo que si llevas a su mascota a un groomer, asegúrate de mencionarle que no es necesario que le exprima sus glándulas anales.
Con el tiempo, exprimir regularmente estos pequeños sacos puede interferir con su capacidad para funcionar por sí solos.
Algunos veterinarios ofrecen el servicio de exprimir el saco anal como un servicio incluido para las mascotas que tienen que ser anestesiadas para algún otro procedimiento. Además, muchos veterinarios inmediatamente exprimen las glándulas anales cuando el dueño les dice que su perro arrastra su trasero ocasionalmente.
Este enfoque no identifica ni aborda la causa del problema, sólo el síntoma.
Y luego hay dueños de perros que sienten que exprimir regularmente los sacos anales es por el bien de la mascota. Al igual que es peligroso exprimir otras glándulas en el cuerpo de tu mascota, exprimir las glándulas anales saludables también podría causar problemas.
Si tu perro está experimentando problemas recurrentes o crónicos en el saco anal, es importante identificar la causa subyacente en vez de tratar repetidamente el síntoma al exprimir manualmente las glándulas.
Los sacos anales son órganos pequeños delicados que pueden dañar fácilmente al exprimirlos y/o pellizcarlos. Su objetivo es funcionar de forma óptima por sí solos sin tener que apretarlos mecánicamente. El traumatismo en las glándulas causa daño e inflamación en los tejidos, lo que a su vez causa hinchazón.
Las glándulas hinchadas pueden obstruir el conducto de salida por donde sale el líquido. Si las secreciones estancadas se acumulan y se endurecen en las glándulas, puede causar una obstrucción e infección en la glándula anal.
Problema # 3: Glándulas Mal Ubicadas
Ciertos perros tienen sacos anales que se encuentran muy profundamente dentro de sus rectos. A medida que las heces se acumulan en el colon, la presión debe hacer que las glándulas eliminen las heces.
Pero si las glándulas anales de un perro no llegan hasta donde se acumular la mayor cantidad de presión en su intestino grueso, no se vaciaran correctamente.
Esta es una situación que puede requerir cirugía para corregir, ya que la ubicación de las glándulas se rige por sus genes.
Obstrucciones, Infecciones, Abscesos y Tumores
Cuando los sacos anales de un perro no están funcionando correctamente, lo más probable es que se deba a un problema de obstrucción. Esto ocurre cuando la sustancia grasosa se acumula en las glándulas y se endurece, y no supura, lo que provoca el agrandamiento e irritación de las glándulas.
Las infecciones en las glándulas anales suelen ser causadas por bacterias y pueden causar irritación e inflamación. A medida que la infección aumenta, el pus se acumula dentro de la glándula anal.
Un absceso en la glándula anal es el resultado de una infección en la glándula anal que no fue tratada. El absceso continuará creciendo hasta que finalmente se rompe. Mi recomendación para estos casos extremos es aplicar aceite de oliva ozonizado o sulfadiazina de plata (diluido con plata coloidal) en las glándulas anales.
Los tumores de la glándula anal, clasificados como adenocarcinomas, suelen ser malignos. Ocasionalmente, los tumores de la glándula anal disparan los niveles de calcio en la sangre, lo que puede resultar en daño significativo en los órganos, incluyendo insuficiencia renal.
Cómo Tratar Este Problema Desde la Raíz
Si tu mascota está teniendo problemas con la glándula anal, tu veterinario debe enfocarse en determinar la causa del problema en lugar de sólo tratar los síntomas al exprimir manualmente las glándulas.
Es importante tratar de recuperar el tono y la salud de las glándulas en mal funcionamiento con una combinación de ajustes alimenticios, remedios homeopáticos y anti-inflamatorios gastrointestinales naturales. A veces aplicar lubricantes naturales o preparaciones a base de hierbas en las glándulas, podría ayudar a recuperar su función normal.
El objetivo debe ser resolver la causa subyacente y recuperar la autosuficiencia de las glándulas anales de tu mascota. Si tu mascota no tiene problemas con las glándulas anales, te recomiendo que le digas al groomer y al veterinario que de ninguna manera se las expriman con el fin de evitar futuros problemas.