La agresión en perros puede ser un tema delicado, porque hay muchas ideas diferentes sobre la causa de este problema, así como muchas emociones en torno al tema. Sin embargo, sin importar la causa, todos podemos estar de acuerdo en que el comportamiento agresivo en perros en un problema significativo con graves consecuencias.
Cada año, tan solo en los Estados Unidos, hay millones de casos de mordidas de perros y miles de personas recurren a un tratamiento médico para sus lesiones. Además, la agresividad es la causa principal por la que muchas personas deciden llevar a los perros a refugios. Debido al alcance y la gravedad del problema, es importante investigar las posibles causas y remedios para la agresión canina.
Con ese fin, un grupo de biólogos universitarios ha estado estudiando el papel que desempeñan dos hormonas específicas en la agresión de los perros domésticos y recientemente, publicaron sus hallazgos en la revista Frontiers in Psychology.1
"Si existiera alguna forma de intervenir e influir en los procesos biológicos que producen la agresión, sería sumamente beneficioso tanto para las personas como para los perros", dice Evan MacLean, profesor asistente de antropología y director de Arizona Canine Cognition Center de la Facultad de Antropología de la Universidad de Arizona.2
Dos Hormonas Que Podrían Desempeñar un Papel Importante en la Agresión Canina
Estudios previos sobre la agresión en perros y otros animales han investigado el papel de la testosterona y la serotonina. Sin embargo, MacLean y sus colaboradores decidieron evaluar el papel de la oxitocina y vasopresina porque muchas veces son consideradas como el "yin y yang" de las hormonas y podrían desempeñar un papel importante en la formación del comportamiento social.
La oxitocina, también conocida como la "hormona del amor", aumenta en los humanos cuando son físicamente afectuosos con un ser querido. Mientras que la vasopresina, a pesar de estar estrechamente relacionada con la oxitocina, se relaciona con la agresión en humanos. De hecho, los estudios demuestran que las personas con problemas de agresión crónica tienen niveles elevados de vasopresina.
Estudio en Perros Muestra una Relación Entre los Niveles Elevados de Vasopresina y la Agresión
Para su estudio, los investigadores incluyeron a perros domésticos agresivos de ambos sexos y una variedad de edades y razas. Compararon a cada uno de esos perros (grupo de prueba) con un perro no agresivo del mismo sexo, edad y raza (grupo de control).
Cada perro en el estudio fue sujetado por su dueño con una correa mientras que una persona al otro lado de la habitación que se encontraba detrás de una cortina, reproducía una grabación de un perro ladrando. Posteriormente, quitaban la cortina y aparecía un modelo de perro de tamaño real con un humano. Se repetía este mismo escenario pero con otros ruidos cotidianos y tres objetos comunes: una caja de cartón, una bolsa de basura y una pelota de yoga.
Se evaluaron las respuestas de los perros y los niveles hormonales antes y después de cada presentación. Ninguno de los perros mostró agresión hacia la caja, bolsa o pelota. Sin embargo, muchos de los perros de prueba tuvieron respuestas agresivas (gruñían, ladraban y se aventaban) con el modelo de perro de tamaño real y esos mismos perros tuvieron un mayor nivel de vasopresina en su sistema.
Los niveles de oxitocina se mantuvieron casi iguales en ambos grupos de perros, así que los investigadores decidieron comparar sus niveles de oxitocina con los niveles de un grupo de perros de asistencia que son criados selectivamente para tener temperamentos no agresivos. En comparación con los perros del estudio, los perros de asistencia tuvieron un mayor nivel de oxitocina, así como una mayor proporción entre oxitocina-vasopresina.
"Ver niveles elevados de oxitocina en los perros de asistencia es algo completamente consistente con su fenotipo conductual – porque son perros muy, pero muy amigables que no son agresivos ni con las personas, ni con otros perros," dijo MacLean.
Los resultados de este estudio sugieren que existe una relación entre la vasopresina y la agresión, así como el hecho de que la oxitocina desempeña un papel importante en la inhibición de la agresión en perros.
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Estos Resultados Podrían Ser la Clave para Encontrar Nuevas Formas de Controlar la Agresión Canina
Las investigaciones previas se han centrado en el papel de la testosterona y la serotonina en la agresión canina y como resultado de esto, por lo general, se les aconseja a los dueños de perros que castren a los perros machos con el fin de reducir sus niveles de testosterona para prevenir o tratar la agresión.
Se cree que la serotonina reduce la agresión, por lo que no es raro que los perros con tendencias agresivas sean tratados con ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), que son antidepresivos.
Ninguna de estas soluciones es ideal para todos los perros agresivos.
La investigación realizada sobre la vasopresina y oxitocina podría ayudar a crear enfoques nuevos para tratar la agresión canina. Desafortunadamente, con la medicina veterinaria convencional al mando, lo más probable es que estos enfoques nuevos sean en forma de medicamentos sintéticos que manipulen los niveles naturales de vasopresina y/o oxitocina en el cuerpo.
La buena noticia es que la comunidad veterinaria holística casi siempre utiliza este tipo de investigaciones para descubrir sustancias no tóxicas con efectos similares, pero con menos o ningún efecto secundario.
Las Experiencias de Vida Podrían Desempeñar un Papel Importante en el Aumento de los Niveles de Vasopresina
MacLean cree que las experiencias de vida podrían desempeñar un papel importante en el aumento de los niveles de Vasopresina en los perros.
"Existen muchos estudios que demuestran que las experiencias a lo largo de tu vida pueden cambiar la forma en la que funcionan las hormonas," dijo MacLean para ScienceDaily. "En el caso de muchos perros con problemas de agresión, los dueños reportan que los síntomas agresivos aparecieron después de algún tipo de experiencia traumática."
"Muchas veces sucede después de que el perro es atacado por otro perro, por lo que después de ese evento se encuentra en estado de hipervigilancia – casi como una reacción postraumática."
La buena noticia es que es posible influir en el comportamiento de tu perro al interactuar con él de forma amigable y no amenazante. Los estudios demuestran que este tipo de interacciones cariñosas entre perros y humanos aumentan los niveles de oxitocina en perros y reducen sus niveles de vasopresina.
Una ventaja adicional es que tus niveles hormonales también responden positivamente:
"Estos son efectos bidireccionales", dice MacLean. "No solo tu perro se beneficia de esta respuesta hormonal cuando lo acaricias, sino que tú también te beneficias."
Objetivo Principal: Preservar y Proteger la Relación Única y Duradera Entre las Personas y los Perros
En los últimos párrafos del estudio, los coautores presentan un caso convincente de por qué su trabajo es tan importante.
"En última instancia, la agresión canina es un comportamiento normal y social adaptativo, pero expresada en contextos erróneos, o de una forma extrema, tiene consecuencias que pueden poner en peligro el bienestar tanto de los humanos como de los perros en nuestra sociedad. Es probable que la agresión canina pueda estar motivada por diversos estados psicológicos, incluyendo ira y miedo."
"Estos procesos emocionales podría ser facilitados por, o producir efectos sobre, la señalización de OT [oxitocina] y AVP [vasopresina] en el cerebro."
"Por lo tanto, es importante considerar la agresión canina en múltiples niveles de análisis y tratar tanto los procesos cognitivos (por ejemplo, evaluación, aprendizaje, inhibición) como los mecanismos fisiológicos subyacentes que median estos comportamientos."
"Estos estudios presentados aquí sugieren que la OT y AVP podrían desempeñar papeles importantes en estos procesos socioemocionales y establecer el escenario para trabajo futuro que evalúe si los tratamientos e intervenciones para la agresión pueden mejorarse al considerar el papel que desempeñan de estos neuropéptidos."
"Finalmente, esperamos que estas investigaciones ayuden a mejorar el conocimiento sobre el comportamiento social, promover el bienestar humano y animal, así como ayudar a preservar la relación única y duradera entre los humanos y los perros."3
Los perros con comportamientos agresivos o basados en el miedo no son felices y este tipo de estudios nos ayudan a saber cómo podemos ayudar a mejorar la vida de estas mascotas y sus humanos. Los perros son individuos y la respuesta aparentemente inapropiada de un perro a ciertos estímulos podría ser completamente apropiada con base en su cableado interno y experiencias de vida.
La forma en la que controlamos a los perros con agresión es sumamente importante para ayudarlos a tener un futuro más feliz y los tratamientos nuevos basados en estudios como este podría ofrecer una terapia complementaria prometedora para los programas de modificación de comportamientos que ayudan a los perros agresivos a llevar una vida más equilibrada.