Probablemente la mayoría de los lectores sabe que, en los seres humanos, la deficiencia de vitamina D se ha relacionado con una larga lista de enfermedades, y muchos dueños de mascotas empiezan a mostrar inquietud respecto a los niveles óptimos de vitamina D que los animales de compañía requieren.
Además, en los últimos años, diversos estudios han revelado el vínculo entre los bajos niveles de vitamina D y diversas enfermedades en gatos y perros, como insuficiencia cardíaca congestiva, neoplasia, enfermedad renal, enfermedades infecciosas, EII y lesión odontoclástica reabsortiva felina (LORF).1
Por ejemplo, un estudio realizado por la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cornell, determinó que posiblemente la vitamina D desempeña un rol en la insuficiencia cardíaca congestiva (ICC) en perros, dicho rol es similar en la enfermedad cardíaca humana.2 Los investigadores de Cornell compararon los niveles sanguíneos de vitamina D en perros con ICC y perros sanos.
Los perros con insuficiencia cardíaca congestiva tenían niveles más bajos de vitamina D en comparación con los perros sanos. Asimismo, los investigadores observaron que, tal y como pasa en casos humanos, un bajo índice de vitamina D en los perros estaba relacionado con un índice de supervivencia precario.
En otro estudio, algunos investigadores de la Escuela de Estudios Veterinarios Royal (Dick) de la Universidad de Edimburgo en el Reino Unido, evaluaron muestras sanguíneas de 99 gatos que fueron ingresados en el Hospital de Especies Pequeñas de la Universidad con afecciones potencialmente mortales.3
El nivel de vitamina D fue uno de los parámetros que se revisó al momento de ser ingresados.
Los investigadores descubrieron que 30 días posteriores al ingreso, los mininos con niveles de vitamina D significativamente más altos, tenían mejores tasas de supervivencia en comparación con los gatos que tenían niveles más bajos.
Muchas Mascotas Pueden Tener una Deficiencia o Hipervitaminosis D
Aunque los estudios sobre la vitamina D y las enfermedades en las mascotas son reveladores, la comunidad de investigación veterinaria necesita ahondar en los niveles óptimos de vitamina D tanto en perros como en gatos, y definir la mejor forma de alcanzarlos.
Un importante estudio publicado en el 2014 estableció que los rangos óptimos para la vitamina D en perros es de 100 a 120 ng/ml;4 sin embargo, no se ha establecido un rango específico para los gatos, por lo que actualmente se utiliza el rango de 100 a 120 ng / ml para ambos animales.
No se ha descubierto cómo aumentar rápidamente los niveles séricos de 25 (OH)D en las mascotas y aparentemente los suplementos con altos índices no son la solución (y podrían ser peligrosos).5
Por si esto fuera poco, el problema con la vitamina D tanto en gatos como en perros es histórico y "demasiado benévolo" frente a la insuficiencia. La vitamina D es liposoluble, esto significa que el cuerpo de tu mascota lo absorbe de la misma manera que absorbe las grasas alimentarias, asimismo, las cantidades en exceso se almacenan en el hígado.
Según el Dr. Cailin Heinze, veterinario experto en nutrición certificado por la junta de la Universidad Tufts, "por lo general, se introduce un exceso de vitamina D en los alimentos comerciales ya sea por un error de formula o de producción."6 Y desafortunadamente diversos alimentos para mascotas tras ser retirados del mercado demuestran que dichos errores se cometen en repetidas ocasiones.
De igual forma, los perros y gatos pueden consumir un exceso de nutrientes cuando los dueños, guiados por su buena intención, suministran suplementos alimenticios de vitamina D en tabletas, pastillas, líquidos o multivitamínicos que contienen dicha sustancia orgánica. Otras formas de intoxicación independientes a los alimentos para mascotas, son tanto el consumo de cebo para roedores como el de cremas comerciales para la piel con altos niveles de vitamina D.
Los síntomas de la toxicidad de la vitamina D pueden ser:
Babeo excesivo |
Dolor abdominal |
Vómito (en ocasiones con sangre) |
Heces oscuras |
Pérdida del apetito |
Pérdida de peso |
Aumento de la sed y micción |
Estreñimiento |
Debilidad |
Temblores musculares |
Depresión |
Convulsiones |
La toxicidad de vitamina D es muy grave y potencialmente mortal, por esta razón la intervención veterinaria inmediata es fundamental. Tras ingerir accidentalmente un compuesto con vitamina D, las 72 horas posteriores son cruciales para salvar la vida de cualquier mascota.
Publicidad
![Clic aquí para aprende más]()
![Clic aquí para aprende más]()
Cómo Prevenir la Hipervitaminosis D en Tu mascota
La mayoría de las fórmulas de alimentos comerciales deben contener en sus ingredientes por lo menos la cantidad mínima recomendada de vitamina D por la Asociación Americana De Oficiales Controladores De Alimentos (AAFCO por sus siglas en inglés), además de un suplemento de vitamina D.
Ha existido cierta controversia sobre cómo el cuerpo absorbe y utiliza la vitamina D sintética, además de su reacción ante nutrientes sintéticos, en general. Sin embargo, la mayoría de los fabricantes comerciales añaden una fórmula sintética de vitamina D con el fin de etiquetar al alimento como nutricionalmente completo y equilibrado.
Si el alimento de tu mascota es casero, puedes encontrar fuentes alimenticias de vitamina D (que pueden ser difíciles de encontrar en cantidades adecuadas) en el fletán, sardinas, salmón y otros pescados. El queso, yogur, kéfir, hígado y huevos de gallinas criadas al aire libre, tienen cierto contenido de vitamina D, sin embargo y contrario a la creencia popular, ninguna de estas fuentes contiene suficiente vitamina D para cumplir con los nutrientes mínimos que la mayoría de los carnívoros requieren.
La mejor fuente de vitamina D para el alimento casero es el aceite de hígado de bacalao (el cual también es rico en vitamina A).
Además, a diferencia de otros mamíferos, los perros y gatos no pueden obtener los niveles adecuados de vitamina D de la exposición solar. Como consecuencia al reto que conlleva alcanzar niveles óptimos de vitamina D para la salud inmunológica, la suplementación puede mostrarse como una cuestión inevitable ante una alimentación deficiente en vitamina D (como lo es la mayoría del alimento casero).
En lo particular, a menos que los análisis sanguíneos muestren una deficiencia, no recomiendo utilizar suplementos de vitamina D, en contraposición una alimentación balanceada es primordial, además, es necesario revaluar los parámetros sanguíneos. Con frecuencia he visto cómo los dueños comienzan a suplementar a sus mascotas tras descubrir que sufren una deficiencia de vitamina D, sin embargo, no vuelven a verificar sus niveles.
Esto representa un problema, pues en mi experiencia, muchos casos de deficiencia se solucionan rápidamente y el riesgo de hipervitaminosis D se vuelve inevitable.
Para resumir este confuso tema, posiblemente el alimento comercial procesado contiene niveles excesivos de vitamina D. Si alimentas a tu mascota con uno de estos alimentos, debes conocer los síntomas de la toxicosis, además, no suplementes a tu mascota con vitamina D a menos que las pruebas sanguíneas confirmen una deficiencia.
Es posible que el alimento casero tenga un bajo contenido en vitamina D, y la capacidad de cada animal para absorber y utilizar la vitamina D es variable independientemente al tipo de alimentación. Si quieres asegurarte que los niveles de este importante compuesto orgánico sean óptimos en tu mascota, consulta a tu veterinario con el fin de agendar un análisis sanguíneo.