Los gatos y perros tienen diferentes sistemas; por lo tanto, deben tratarse de forma diferente
De la misma manera que los seres humanos podrían tener resfríos y otros síntomas de resfriado, los perros y los gatos comparten algunos de los mismos problemas de salud, pero, de nuevo, algunas enfermedades son completamente únicas en cada especie.
Según el médico veterinario y acupunturista certificado, Dr. Jeffrey Levy, quien se localiza en Manhattan, los perros tienen una mayor tendencia a experimentar los síntomas de artritis y otros problemas relacionados con la movilidad.
Agregó algunos otros detalles de salud importantes, proporcionados por Paw Culture:
"Los perros experimentan más frecuentemente trastornos cutáneos, traumatismos, parásitos (pulgas y garrapatas), pancreatitis y linfoma.
En los gatos, observamos muchos casos de enfermedades inflamatorias intestinales, alergias alimenticias, asma, diabetes, deficiencia inmunológica y leucemia felina.
Desde luego que, los gatos podrían lastimarse a sí mismos, pero son naturalmente precavidos y menos propensos a desarrollar deterioro articular.”1
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Tanto los gatos como los perros son carnívoros--con una importante diferencia
Los felinos y caninos son carnívoros (comen carne), pero con una diferencia muy importante. Los gatos son carnívoros estrictos, mientras que los perros son carnívoros carroñeros.
Los perros son carnívoros carroñeros o facultativos que, en términos generales significa que, principalmente son carnívoros, pero pueden sobrevivir (aunque no desarrollarse adecuadamente) con materia de origen vegetal, solo si es necesario (por otro lado, los gatos no pueden hacerlo).
Sin embargo, el hecho de que a los perros se les proporcione un tipo de alimentación de origen vegetal y puedan sobrevivir, no los convierte en omnívoros, ni significa que sean aptos para llevar una alimentación vegetariana.
El Dr. Jeff Werber, médico veterinario de Los Ángeles, quien también es colaborador experto en los segmentos de CBS News de "The Early Show" y "Sunday Morning,” explica que el sistema de un gato no está diseñado para producir los aminoácidos que necesita, por lo que es crucial que los obtenga a través de su alimentación, y afirma que:
"Algunos de esos aminoácidos esenciales solo están disponibles en las proteínas de la carne; las dos más requeridas son la taurina y la arginina. La taurina es necesaria para la salud ocular y cutánea, y es muy importante para la salud cardiaca.”2
Según explica, la arginina es requerida para la producción de ornitina, otro aminoácido que tiene la capacidad de unirse al amoníaco para evitar que se convierta en una toxina dentro del cuerpo del gato.
Werber agrega que, en ausencia de la arginina:
"La acumulación de amoníaco no se podría neutralizar, por lo que se volvería tóxico para el gato. Los gatos necesitan llevar un alimentación a base de carne/pescado para obtener sus proteínas de origen animal y esos aminoácidos esenciales.”
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Hay una razón por la que los perros jadean, a diferencia de los gatos
Los perros jadean para enfriarse. Los gatos dependen de otros mecanismos para hacerlo; como por ejemplo, las almohadillas de sus patas y las glándulas sudoríparas situadas en su nariz actúan como refrigerantes naturales (los perros también sudan a través de sus patas y nariz).
Si observas que un gato jadea, lo más probable es que experimente algo completamente diferente a un sobrecalentamiento. Podría ser un signo de dolor, estrés o un problema cardiovascular.
Otra razón por la cual los gatos no necesitan jadear para enfriarse es que, por lo general, no se esfuerzan demasiado, indica Werber. Son mejores al desplazarse, y parecen tener un mayor control en la forma en que sus cuerpos manejan el calor, en comparación con los perros.
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Los gatos no son "antipáticos" por apreciar su espacio, y los perros son sumamente sociables
La entrenadora de perros certificada, Teena Patel, quien también es propietaria de la Universidad de Doglando, considera que debido a que los perros y seres humanos evolucionaron juntos, han "desarrollado un vínculo deliberado a lo largo de las generaciones,” señala Paw Culture.
Patel indica:
"No hemos desarrollado el mismo tipo de relación con los gatos domesticados. Originalmente, los perros fueron domesticados para ayudar a los seres humanos en diversas tareas, tales como arrear, cuidar, cazar; durante el proceso, se han vuelto dependientes de los humanos para ser guiados, recibir alimentación y afecto.”3
Además, Patel afirma que los perros son animales de manada y, como tales, son animales muy sociables que disfrutan al asumir un rol dentro de las estructuras familiares, que podría ser la razón por la cual responden más fácilmente a órdenes verbales y otro tipo de indicaciones. Aparentemente, también les agrada estar cerca de sus seres humanos.
Por otro lado, los gatos podrían cazar ratones, pero no con comandos; es más una cuestión instintiva. No obstante, lo que los hace aún más interesantes es que, a menudo, se sienten orgullosos de llevarle a sus seres humanos sus presas.
Los gatos tienden a ser más creativos, solitarios e independientes (lo que algunos podrían interpretar como una actitud "esnob,” a pesar de que no necesariamente consideran a sus seres humanos de la misma manera), mientras que los perros son mucho más predecibles, en términos de comportamiento. |
Los gatos no pueden percibir los sabores dulces, al contrario de los perros
Un aspecto interesante del paladar de un gato es que no pueden detectar los sabores dulces, mientras que los perros sí pueden hacerlo.
Hay un par de enormes beneficios en ello; los gatos, que no suelen "interesarse por esas cosas,” no necesariamente se sentirán atraídos por una reserva de chocolate oculta, lo cual es bueno, porque aunque los veterinarios dicen que no sucede a menudo, este alimento podría ser tóxico para el sistema de un gato, si come suficiente cantidad.
Por el contrario, los perros tienen un historial de alimentación que abarca toda la gama de sabores, lo que es bueno cuando los perros necesitan sustento para sobrevivir.
La Dra. Sarah Proctor, profesora asistente clínica y Directora del programa de tecnología veterinaria en la Facultad Thompson de Ciencias Aplicadas de la Universidad de New Hampshire, señala que:
"Los gatos fueron creados para comer presas, y el cuerpo de un ratón tiene muy pocos carbohidratos y casi nada de azúcar al momento de ser consumido por un gato, por lo que no hay forma de que este último obtenga un estímulo evolutivo para mantener el gusto por los sabores dulces.
Dado que la alimentación de los perros es más amplia, el sabor dulce podría ser beneficioso ya que el perro busca diversos tipos de alimentos.”4
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Generalmente, los perros sobrellevan los medicamentos recetados mejor que los gatos
Lo creas o no, los perros tienen más similitudes con los seres humanos que los gatos, sostiene Proctor, razón por la cual los medicamentos humanos no les afectan negativamente de la misma forma que lo hacen en los gatos, lo que algunas veces podría ser alarmante.
Una razón de eso es, porque los gatos solo tienen una pequeña cantidad de la enzima hepática glucuronil transferasa, la cual es necesaria para descomponer los analgésicos, tales como el Tylenol, y como no pueden descomponerse, permanecen en el sistema de los gatos, donde podrían volverse tóxicos.
No obstante, los perros podrían sobrellevar adecuadamente el paracetamol--también conocido como Tylenol--en dosis bajas; pero, incluso una cantidad mínima podría matar a un gato. "Los lirios también son muy tóxicos para los gatos, al contrario de los perros,” señala Werber. (Sin embargo, debes asegurarte de mantener los medicamentos almacenados lejos del alcance de los perros y gatos).
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La destreza para cazar de un gato, en comparación con la de un perro
Es posible que ya hayas adivinado que tanto los gatos como los perros son carroñeros (y es posible que tengas algunas anécdotas horríficas relacionadas). Ese instinto de carroñar tiene mucho que ver con prácticamente todos los demás aspectos de sus vidas, desde cómo y qué comen hasta cómo interactúan con el resto del reino animal.
Todo lo que tienes que hacer es observar la forma en que juegan los perros y gatos para obtener una perspectiva muy diferente de la forma en como proceden. Es posible que hayas observado que, a los perros les gustan los acertijos y juegos de buscar, mientras que los gatos solo esperan el momento en que pueden saltar sobre su “presa.”
Patel lo explica por partes:
"Los perros tienden a ser mejores carroñeros, y como resultado, son más ingeniosos en ese sentido. Por lo general, los gatos cazan para matar, y se enfocan menos en carroñar.”5
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Los perros podrían dejar de comer, a diferencia de los gatos
Una de las diferencias físicas entre los gatos y perros, es que los gatos domésticos con exceso de peso son propensos a padecer lipidosis hepática o enfermedad del hígado graso. Cuando consumen menos calorías de las necesarias para mantener su peso--explica Proctor--sus hígados no tienen la capacidad natural de convertir eficientemente la grasa en energía.
Cuando un gato con exceso de peso deja de comer, ya sea por estrés, enfermedad u otra cosa, su cuerpo comienza a descomponer sus reservas de grasa para obtener energía, lo que podría suceder demasiado rápido y causar que una gran cantidad de grasa ingrese en el hígado al mismo tiempo.
Los perros o gatos metabólicamente normales tienen hígados que convierten la grasa en energía, lo que podría provocar que pierdan peso, pero no es peligroso. La naturaleza tiene mecanismos integrados que permiten que los carnívoros saludables pasen largos períodos de tiempo sin comer.
Sin embargo, las mascotas sedentarias y obesas, que consumen alimentos metabólicamente estresantes, no cuentan con un sistema enzimático óptimo para poder manejar estos factores estresantes. La acumulación de grasa en las células hepáticas podría provocar daño en las mismas y alguna enfermedad hepática, indicó Proctor.
Desafortunadamente, un típico problema que se presenta en los refugios de animales es que los gatos con exceso de peso se estresan tanto que dejan de comer. Si esto se convierte en un problema, las medidas para lidiar con los gatos que no consumen suficiente cantidad de calorías podrían involucrar el uso de un tubo de alimentación, ya que los gatos no siempre comen solo porque lo necesitan.
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Los perros adoran los elogios; en cambio, a los gatos no tanto
Se podría decir que, ciertamente, mantenerse equilibrados sin recibir elogios constantes, es el modus operandi de los gatos. Podrías decirles que son bellos, dulces o adorables, y al parecer, su respuesta felina sería: “Por supuesto que lo soy.”
La mayoría sabe que los perros parecen tener un sentido innato en su vínculo con sus seres humanos favoritos, y fácilmente expresan emociones, de forma similar a los seres humanos.
A menudo hemos observado memes que hacen una alegoría de la culpabilidad de un perro al ser atrapado en el acto o su expresión de alegría en un reencuentro esperado hace mucho tiempo. Los gatos rara vez expresan tales emociones.
Si parece como si los perros fueran más fáciles de entrenar que los gatos, esto sería el porqué. Por lo general, una razón sería, porque ya se sabe lo que desean los perros—quieren recibir premios o elogios, lo cual los motiva a cooperar en un entrenamiento.
Si bien, los gatos son lo suficientemente inteligentes como para permitirse ser entrenados, tienen que sentirse inspirados. Patel indica que, esto podría involucrar proporcionar un premio que, de otro modo, no podrían obtener.
Paw Culture señala que:
"Una de las razones por las que la mayoría de las personas creen que los perros son más fáciles de entrenar es porque los seres humanos lo han hecho durante siglos, por lo cual se percibe como algo muy natural--además, los perros adoran recibir una palmada en la cabeza junto con alguna felicitación como ‘te portaste muy bien’, mientras que, a los gatos realmente no les importa tanto.”6
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