Casi la mitad de los dueños de gatos tienen que lidiar con este problema de comportamiento ¿tú también?

gato agresivo

Historia en Breve

  • La agresividad es un problema típico en los gatos, y muchos gatitos agresivos dirigen sus ataques contra sus dueños
  • Si tienes un gato agresivo, es crucial que primero descartes un padecimiento subyacente, antes de asumir que el problema es de naturaleza conductual
  • Es importante aprender a reconocer los indicios de un ataque inminente; si ocurre durante los momentos en que lo acaricias, deberás conocer las señales de "he tenido suficiente" de tu gatito
  • Si la agresividad de tu gato está relacionada con el juego, asegúrate de que su entorno sea adecuado para felinos y reserva un poco de tiempo todos los días para interactuar con él
  • También, examina las terapias naturales que puedan ser beneficiosas para tu gato, y si necesitas ayuda, comunícate con tu veterinario o un especialista en comportamiento animal

Un secreto no muy bien guardado entre los propietarios de felinos es que, muchos miembros felinos de familias son agresivos con sus dueños. De hecho, un estudio realizado en 2009 sobre 336 gatos con problemas de conducta demostró que casi la mitad (47 %) de los dueños de gatos había catalogado la agresividad como el principal problema de comportamiento.1

Del total de los gatitos agresivos, el 64 % enfocó su hostilidad hacia otros gatos y el 36 % contra las personas. En el caso de los gatitos agresivos hacia las personas, el 78 % atacó a su dueño, el 43 % se puso agresivo más frecuentemente durante el momento de juego y el 40 % durante los momentos en que se le acariciaba.

Además, el estudio reveló que la agresividad relacionada con el juego contra los dueños era más común en los hogares donde había un solo gato, y los gatos que estaban en espacios cerrados y las hembras intactas eran más agresivos que las hembras esterilizadas.

Los autores del estudio especularon que los gatos que carecían de modos de desfogue para la agresividad relacionada con el juego podrían dirigirla hacia los seres humanos. También observaron que la agresión relacionada con las caricias ocurre más frecuentemente cuando los dueños no saben cómo interpretar el lenguaje corporal de su gato.

Primero, debes asegurarte de que tu gatito no tenga un problema de salud

Cuando se trata de un gato agresivo, lo primero que recomiendo es visitar al veterinario para descartar cualquier padecimiento subyacente que pueda haber afectado su comportamiento. Los gatos son expertos en ocultar su dolor. También, hay algunos trastornos (por ejemplo, hipertiroidismo e hiperestesia) que pueden tener un efecto dramático en el comportamiento.

Además, es crucial no vacunar excesivamente a los gatos; son criaturas pequeñas, pero la misma dosis de vacuna que le suministran a un león de zoológico es la que utilizan para proteger a tu “león doméstico” de 10 libras.

Consulta con tu veterinario integrativo sobre cómo hacer una programación de titulación/vacunas prudente y personalizada para tu gato, en función de su exposición (tiempo al aire libre) y riesgo de infecciones (mínimas) frente a posibles efectos secundarios sistémicos (significativos, con el tiempo) por aplicar vacunas innecesarias. Recuerda que la mayoría de las vacunas en felinos son de por vida, al igual que las vacunas en seres humanos.

Si tu veterinario le proporciona a tu gato un certificado de buena salud, el siguiente paso es averiguar cuál es el factor desencadenante de la agresividad de tu gato contra ti. Por lo general, está relacionado con el juego o las caricias.

Cómo reconocer las señales de un ataque inminente

No es frecuente que los gatos ataquen sin previo aviso, aunque podría parecer así si no sabes cómo identificarlo. A menudo, hay cambios sutiles en la postura corporal de un gato antes de atacar.

Con frecuencia, las posturas defensivas son causadas por la sensación de ansiedad o el miedo del gatito hacia algo que ni siquiera te has percatado. Utiliza estas posturas cuando quiere parecer más pequeño y podría aplanar sus orejas, erizar su pelaje, apartarse de ti, agazaparse, retraer su cabeza, emitir silbidos, y golpearte repentinamente.

Las posturas ofensivas tienen el efecto contrario -- están destinadas a hacer que tu gato parezca más grande de lo que es y, por lo tanto, intimidante, también podría levantar sus orejas, tensar sus patas y cola, erizar su pelaje, mirarte fijamente y moverse hacia ti.

Si tu gatito exhibe posturas defensivas u ofensivas, dale espacio para evitar convertirte en el objetivo de su agresividad. Nunca olvides el hecho de que un gato que ataca podría moverse a gran velocidad y hacer un daño sorprendentemente grande de forma rápida, con sus dientes y garras afiladas.

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Como controlar la agresividad relacionada con las caricias

Si tu gato se pone inesperadamente agresivo mientras lo acaricias, podría ser muy confuso – en especial, si busca tu atención y luego se vuelve contra ti. Afortunadamente, hay una explicación sobre su comportamiento, lo cual podría hacerte sentir un poco más aliviado.

Algunos gatos -- por razones que solo ellos saben -- tienen un “límite de caricias” innato, lo que significa que tienen una baja tolerancia a recibir cariño y ser acariciados. Cuando tu gatito llega a su límite de caricias, probablemente exhiba un lenguaje corporal para advertírtelo.

Podría ponerse nervioso, aplanar las orejas contra la cabeza, sacudir la cola o tratar de zafarse de ti. Incluso podría silbar o gruñirte.

El truco es conocer su lenguaje corporal de "he tenido suficiente" y soltarlo a la primera señal. Además, tampoco es buena idea restringir el movimiento de tu gato mientras lo acaricias. En general, siempre es mejor dejar que el gatito se acerque a ti.

A los gatos les gusta sentir que controlan su entorno. Quieren tener interacción bajo sus términos. Por lo que, tocarlos y tener un contacto que no es bienvenido no es una forma correcta de mantener una buena relación con tu compañero felino.

Cuanto más le permitas a tu gato hacer sus propias elecciones, más a menudo lo encontrarás saltando hacia tu regazo. E incluso cuando este en tu regazo, es posible que no quiera que lo acaricies mucho, así que debes adaptarte a su lenguaje corporal. Simplemente, algunos gatos son más cariñosos que otros.

La mejor forma de controlar la agresividad relacionada con el juego

La agresividad relacionada con el juego es algo muy común en gatitos y gatos jóvenes. Por ejemplo, esconderse debajo de la cama y golpear tus pies o tobillos mientras caminas podría ser muy entretenido para un gatito joven y saludable. Otro juego divertido es "acechar" y abalanzarse sobre los dedos de tus pies, bajo las sábanas.

Los gatitos criados con sus compañeros de camada aprenden a controlar el comportamiento de morder y arañar, como parte de su socialización con otros gatos.

La agresividad intensa durante el juego, con rasguños y mordeduras desinhibidas, se observa generalmente en gatos que son arrebatados prematuramente de sus madres, gatitos poco estimulados y aquellos que no tienen adecuados desfogues de juego.

Este comportamiento podría continuar durante su etapa adulta, y se observa con mayor frecuencia en hogares donde hay un gato y se encuentra solo en casa durante todo el día.

Una forma de disminuir el comportamiento de juego agresivo es aumentar la cantidad de tiempo que interactúas con tu gato todos los días. Asegúrate de tener a la mano una variedad de juguetes a los que responda tu gatito, y ponte el objetivo de jugar con él y su juguete favorito, por breves períodos, varias veces al día.

Los juguetes interactivos que elijas deben mantenerlo a un mínimo de distancia de un brazo, para restringir su posibilidad de hundir sus garras o dientes en ti. Acércate a él de forma calmada y háblale tranquilamente. El tiempo de juego debe ser divertido y desafiante, pero no rudo. El juego rudo es inapropiado para los gatos, especialmente los que son agresivos.

Proporciónale muchas superficies de rascado adecuadas para felinos, postes para escalar y perchas alrededor de la casa para que tu gato pueda ejercitar su necesidad natural de rascar, estirarse, escalar y escapar a un área de descanso en una parte elevada.

5 recomendaciones lógicas para criar a un gatito agresivo

1. Aprende a evitar los factores desencadenantes que podrían hacer que tu gatito se ponga agresivo contigo.

Por ejemplo, si se comporta agresivo a la hora de comer, ubícalo en otra habitación mientras preparas sus alimentos. Coloca su tazón de alimento en su lugar habitual y luego déjalo entrar en el área para que pueda alimentarse.

2. Descubre cómo se exhibe tu gato justo antes de ponerse agresivo. Los típicos signos son entrecerrar los ojos, hacer miradas furtivas hacia lo que le parezca irritante (por ejemplo, tu mano), tener las orejas hacia los lados y aplastadas contra la cabeza, y sacudir la cola.

3. Considera entrenar a tu gato para que obedezca tus comandos y obtenga lo que le guste. Con el incentivo adecuado (por lo general, premios alimenticios), muchos gatos podrían entrenarse con un clicker para realizar ciertos comportamientos, tales como sit (sentarse).

4. Consulta con un veterinario holístico sobre los suplementos naturales que podrían beneficiar a tu gato, incluyendo los remedios homeopáticos y de hierbas, L-teanina, rhodiola y pasiflora.

5. Si tu gatito tiene un grave problema de agresividad y no puedes solucionarlo, coméntalo con tu veterinario o consúltalo con un especialista en comportamiento animal (Conductistas animales certificados, Colegio Americano de Conductistas Veterinarios) que tenga experiencia en agresividad felina.

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