Si tu familia cuenta con miembros caninos que solo son perros promedio, encantadores y comunes sin un talento en especial, probablemente te hayas maravillado con las aptitudes y capacidades de los perros de servicio. ¡Hasta yo me he sorprendido! Un dato poco conocido acerca de estos extraordinarios perros es que hasta el 70 % de los que comienzan un programa de entrenamiento de servicio no se graduan por motivos de comportamiento.
Dado que el proceso para convertir a estos cachorros en perros de trabajo es muy largo y costoso (de $ 20 000 a $ 50 000 USD), y las listas de espera son largas, uno de los objetivos de las organizaciones que brindan animales de servicio es encontrar mejores formas de determinar desde el principio qué perros tienen menos probabilidades de lograrlo.
Hace poco el neurocientífico Dr. Gregory Berns de la Universidad de Emory, un pionero en el uso de la resonancia magnética funcional (fMRI, por sus siglas en inglés) se propuso a determinar si la tecnología podría ayudar a predecir si un can sería un exitoso perro de servicio con el fin de conocer más sobre el cerebro y el comportamiento canino.1
43 perros completaron el estudio de escaneo cerebral de 1 año de duración
Berns y sus colegas reclutaron perros de Canine Companions for Independence (CCI) en Santa Rosa, CA.
De acuerdo con el abstract del estudio:
"Los perros de CCI se someten a un proceso de socialización controlada. Después de que son destetados, los cachorros son criados por un criador de cachorros voluntario hasta los 17 o 21 meses de edad. Después, son devueltos a una de las instalaciones de entrenamiento de CCI para ser entrenados, lo cual puede tomar de [seis a nueve] meses.
Los que completan el entrenamiento se ‘gradúan’ en uno de varios roles:
1) perros de servicio (asisten a adultos con discapacidades físicas en sus actividades diarias);
2) acompañante calificado (asiste a adultos y niños bajo la guía de un facilitador, por ejemplo, padre o cónyuge);
3) perro de interiores (trabaja con un facilitador en un entorno institucional, por ejemplo, un hospital);
4) perro oyente (entrenado para reconocer sonidos específicos y alertar a la persona); y, más recientemente,
5) perro de síndrome postraumático (actúa como estabiliazador social, registra dormitorios y proporciona señales de ‘todo en orden’).
Aquellos que no pueden completar el entrenamiento, ya sea por razones médicas o de comportamiento, son 'liberados' y adoptados, con frecuencia por el criador de perros.”2
En el transcurso de un año, los investigadores de Emory seleccionaron 54 perros para participar en el estudio con fMRI--principalmente cruzas de Labrador/Golden Retriever, además de algunos Golden y Labrador de raza pura. Los perros fueron seleccionados durante las primeras dos semanas después de comenzar el entrenamiento de servicio, e inicialmente fueron evaluados por la ausencia de reacción al ruido de los sonidos del escáner.
Luego, se seleccionaron de seis a 12 perros cada tres meses hasta que se alcanzó la cantidad de 50, que era el objetivo del estudio.
Cuatro perros no pudieron completar el entrenamiento, otro lo completó pero siguió saliendo del escáner antes de completar las sesiones de resonancia magnética, cuatro hembras fueron retiradas para reproducción y dos perros fueron liberados por razones médicas, lo que dejó un total de 43 perros al finalizar el estudio.
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Los perros de servicio exitosos son motivados por las recompensas
Berns y su equipo fueron los primeros en realizar estudios de resonancia magnética funcional en perros despiertos con la libertad de moverse. En el laboratorio de Berns, la seguridad y comodidad de los perros es primordial. Nunca son retenidos y entran y salen del escáner por su cuenta.
Los perros están entrenados para usar orejeras con el fin de protegerlos del ruido del escáner, y también aprenden a mantener sus cabezas totalmente inmóviles sobre un soporte maxilar durante el proceso de escaneo para que los investigadores puedan obtener imágenes claras.
En un experimento anterior, el equipo entrenó a los perros para responder a señales manuales mientras estaban en el escáner. Una señal significaba que el perro recibiría una golosina; otra significaba que no habría ningún premio. Los investigadores observaron que el área del cerebro asociada con las recompensas en los humanos, el caudado, se activó cuando los perros recibieron la señal de golosina, pero no cuando recibieron la señal que no indicaba premio.
Para el reciente estudio sobre perros de servicio, los investigadores les enseñaron nuevamente esas señales gestuales, pero en este experimento, en ocasiones tales señales fueron dadas por el entrenador del perro y otras por un extraño.
Los perros con actividad más intensa en el caudado, en respuesta a la señal manual que indica golosina, ya sea por parte de su entrenador o de un extraño, fueron ligeramente más propensos a graduarse exitosamente del programa de entrenamiento para perros de servicio.
Los perros con más actividad en la región de la amígdala cerebral, que está vinculada a la excitabilidad, tenían más probabilidades de reprobar el programa. Esto ocurrió sobre todo si la señal era dada por un extraño.
Los escáneres con fMRI pueden mejorar nuestra capacidad para identificar a los perros que no son buenos candidatos para ser perros de servicio
"El perro de servicio ideal es el que está muy motivado pero no se emociona en exceso ni se pone nervioso,” dijo Berns a ScienceDaily.
"Las dos regiones neuronales en las que nos centramos--el caudado y la amígdala--parecen distinguir esos dos rasgos. Nuestros hallazgos sugieren que podemos ser capaces de detectar variaciones en estos estados mentales internos antes de que lleguen al nivel de comportamientos evidentes.”3
Todos los perros se sometieron a pruebas de comportamiento antes de ser seleccionados para el estudio, con el fin de asegurar que tuvieran un temperamento tranquilo. Sin embargo, a pesar de su apariencia relajada, las imágenes de fMRI demostraron que algunos de los perros tenían mayor tendencia a la excitabilidad.
"El escaneo cerebral puede ser como tomar la temperatura mental de un perro,” dice Berns.
"Se podría pensar que es una prueba médica con un rango normal para los perros de servicio. Y la mayor actividad neuronal que vemos en la amígdala de algunos perros puede estar fuera de ese rango, lo que indica un valor anormal para ser un perro de servicio exitoso.”
Los resultados de este estudio sugieren que las exploraciones con resonancia magnética funcional pueden mejorar en un 67 % la posibilidad de identificar a los perros que no son buenos candidatos para ser entrenados como perros de servicio, frente al aproximadamente 47 % de precisión que se obtiene sin el uso de fMRI.
"Lo que las imágenes cerebrales indican no solo es qué perros tienen más probabilidades de fracasar, sino por qué,” dice Berns.
Por desgracia, el equipo es costoso, por lo que este método no será factible para los entrenadores caninos individuales. Pero sin duda puede ser beneficioso para organizaciones como CCI que entrena una gran cantidad de perros al año.