Cuando los dueños hablan con sus perros, los patrones de sus voces son muy similares a la forma en que los humanos hablan con sus bebés. A esto se le conoce como “lenguaje infantil” y se caracteriza por el uso de un tono de voz más alto, cambios en el aumento y disminución del tono, y énfasis en las muestras de afecto (por ejemplo: expresiones faciales ligeramente exageradas).
El “lenguaje para perros” es similar al lenguaje infantil, excepto que los dueños de los perros normalmente no exageran sus vocales como lo hacen con los bebés, tal vez porque no es necesario, considerando que los perros no pueden aprender a hablar ¡no le damos importancia a enunciar correctamente!
Los estudios realizados con bebés demuestran que a menudo responden mejor con la charla de bebé que con el lenguaje adulto. ¿Pero qué pasa con los perros? ¿Prefieren el lenguaje para perros al lenguaje adulto? Hace poco, un par de investigadores en el Reino Unido decidieron ver si podían encontrar la respuesta al observar a 37 perros en una pensión canina.
Los cachorros prefieren la ‘Charla de Bebé’ pero, ¿qué tal los perros adultos?
Hace poco, el equipo de investigación publicó sus hallazgos en la revista Animal Cognition1. Se basaron en investigaciones previas que proponen que aunque los cachorros prefieren el lenguaje para perros ("charla de bebé"), no es el mismo caso con los perros mayores, por lo menos no cuando las voces se reproducen a través de bocinas sin que haya humanos en la habitación.
Los investigadores asumieron que los resultados del estudio anterior podrían haber sido diferentes en caso de haber puesto a una persona en la habitación para que los perros la asociaran con las voces, así que se propusieron probar su hipótesis. Establecieron su estudio similar al anterior, pero reemplazaron el uso de las bocinas con voluntarios que llevaban consigo dispositivos de reproducción de audio.
A los voluntarios se les pidió que reprodujeran las grabaciones de sus propias voces usando el lenguaje para perros o con el lenguaje adulto. En la primera fase del experimento, los investigadores hicieron que los voluntarios grabaran las palabras y frases que las personas les dirían sus perros, usando tanto el lenguaje para perros como el lenguaje adulto.
Lo interesante fue que los perros de todas las edades mostraron una clara preferencia por el lenguaje para perros en contraste con el lenguaje adulto. Estuvieron atentos y dispuestos a acercarse al orador (el voluntario que sostenía el dispositivo de reproducción) una vez que las grabaciones habían concluido.
Parece que, sin importar la edad, todos los perros responden mejor a la charla de bebé con una persona presente
En la siguiente fase, los investigadores buscaron saber qué aspectos del lenguaje para perros les gustaban más a las mascotas ¿Qué fue lo que les atrajo? ¿Las palabras y las frases? ¿El tono de voz y las inflexiones? ¿O una combinación de factores? Para descubrirlo, el equipo de investigación cambió los factores, combinaron entonaciones e inflexiones que se usan en el lenguaje para perros con palabras y frases del lenguaje adulto y viceversa.
El resultado fue que los perros no mostraron tener preferencia por ninguno de los dos lenguajes, lo cual sugiere que la combinación de los dos factores en el lenguaje para perros (las palabras y frases con el tono de voz e inflexiones) es lo que los atrae.
Los investigadores concluyeron que los perros de todas las edades prefieren el lenguaje para perros cuando una persona está presente, lo que puede estar relacionado con la intensidad en la atención y el vínculo que se produce cuando las personas usan el lenguaje para perros.
Los investigadores proponen tres posibles explicaciones de por qué los perros prefieren la “charla de bebé”
- Los tonos agudos están asociados con la “afiliación y sumisión” en muchas especies de mamíferos
- Durante el proceso de domesticación, los perros se sintieron atraídos y más seguros con los humanos que usaban tonos agudos al hablarles
- Las voces agudas se usan a menudo durante situaciones positivas que involucran juegos, juguetes y golosinas.
“Sin importar la razón”, escribe el Dr. John Ciribassi, especialista en comportamiento veterinario, "parece que el usar la ‘charla de bebé’ con los perros puede dar como resultado una mejor respuesta y un vínculo social más cercano entre tú y tu perro".
“Pero ten en cuenta que hasta las cosas más buenas tienen un límite. El comunicarse cuando el lenguaje para perros con frecuencia puede resultar en la habituación al sonido, lo cual ocasiona que haya una reducción en la respuesta.
Por lo tanto, el restringir el uso del lenguaje para perros solo en períodos de juego o entrenamiento puede ayudar a que se mantenga su efectividad durante períodos más largos”.2
Ciribassi considera que el estudio que se realizó en Reino Unido refuerza lo que la mayoría de los dueños ya saben: mientras más animados estamos cuando interactuamos con nuestros perros, tendremos respuestas más activas.
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Otros estudios demuestran que los perros responden a los elogios que se dan de forma alegre
En un estudio que se hizo en 2016, los investigadores concluyeron que los perros adultos prestan atención no solo a lo que decimos, sino a cómo lo decimos.3 Cuando elogias a tu perro, la “central de recompensas” de su cerebro se reanima si tus palabras coinciden con tu tono de voz.
El investigador principal del estudio, el Dr. Attila Andics, de la Universidad de Eötvös Loránd en Budapest explica que:
“Durante el procesamiento del habla, hay una distribución muy conocida de este trabajo en el cerebro humano. El trabajo principal del hemisferio izquierdo es procesar el significado de las palabras, y el trabajo del hemisferio derecho es procesar la entonación.
El cerebro humano no solo analiza por separado lo que decimos y cómo lo decimos, sino que también integra los dos tipos de información, para llegar a un significado uniforme. Nuestros hallazgos sugieren que los perros también pueden hacer todo eso y utilizan mecanismos cerebrales muy similares.”4
Para este estudio, se entrenaron a 13 perros para permanecer completamente inmóviles en escáneres cerebrales de Resonancia Magnética Funcional (fMRI, por sus siglas en inglés) para que los investigadores pudieran analizar su actividad cerebral mientras escuchaban la conversación de su entrenador. Los perros eran “voluntarios”, lo que significa que podían abandonar el experimento en cualquier momento.
El entrenador elogió a los perros con palabras y frases como “buen chico”, “súper” y “bien hecho”. Las palabras se usaron tanto en un tono optimista como en un tono neutro. El entrenador también usó palabras neutrales como “sin embargo”, las cuales no significaron nada para los perros.
Mientras el entrenador hablaba, los investigadores revisaron los escaneos de las regiones de los cerebros de los perros que podían diferenciar entre palabras de elogio y palabras sin significado, así como los tonos de elogio y de no elogio (neutros) de la voz.
Los investigadores observaron que los perros usaron el hemisferio izquierdo de sus cerebros para procesar palabras significativas y el hemisferio derecho para procesar los tonos vocales.
El equipo de investigación también observó a partir de los escaneos que la central de recompensas en los cerebros de los perros se activó fuertemente con los elogios, pero solo cuando los elogios se pronunciaron en un tono alentador y optimista.
Todas las otras combinaciones de palabras y tonos vocales dieron como resultado que hubiera menor actividad en la central de recompensas. Por ejemplo, cuando el entrenador dijo “buen chico” en un tono neutro, o “sin embargo” en un tono positivo o neutro, el resultado fue el mismo: los centros de recompensa de los perros no se iluminaron.
De acuerdo con Andics:
“... Para los perros, un buen elogio puede funcionar como recompensa, pero funciona mejor si coinciden las palabras con la entonación.
Por lo tanto, los perros no solo pueden diferenciar lo que decimos de cómo lo decimos, sino que también pueden combinar los dos, para lograr una interpretación correcta de lo que realmente significan esas palabras.
De nuevo, esto es muy similar a lo que hacen los cerebros humanos”.5