Si eres como muchos dueños de mascotas, de alguna manera realmente disfrutas el torpe beso de tu perro o la rasposa caricia de la lengua de tu gato. Pero también está esa pequeña y persistente voz dentro de tu cabeza que te recuerda que la lengua de tu mascota podría estar prácticamente depositando una granja de germenes en tu rostro.
Entonces, ¿es realmente poco saludable dejar que tu mascota te lama la cara?
La boca y tracto digestivo de tu mascota pueden albergar ciertas bacterias y parásitos que se pueden transmitir a tu persona, y en teoría pueden causar enfermedades. Se conocen como zoonosis--enfermedades que pueden ser transferidas entre humanos y animales.
Infecciones bacterianas que podrías contraer de tu mascota
Un organismo común que se encuentra en la boca de perros y gatos es la pasteurella, que puede causar infecciones en la piel y ganglios linfáticos. La Bartonella henselae es una bacteria que los gatos adquieren de las picaduras de pulgas.
La bartonella también reside en la boca y puede causar una infección conocida como enfermedad por arañazo de gato. En teoría, estas bacterias pueden contagiarse a partir de la saliva de tu mascota.
Sin embargo, la mayoría de estas infecciones en humanos son resultado de mordeduras o arañazos. Hay muy poca evidencia que señale un problema de transmisión a causa de los besos de las mascotas.
Las bacterias intestinales que comúnmente se encuentran en perros y gatos (independientemente del tipo de alimento que consuman) incluyen E. coli, salmonella, clostridia y campylobacter. Estos parásitos no causan problemas en las mascotas sanas, pero pueden causar enfermedades intestinales en los humanos. Las heces de tu mascota contienen bacterias.
Si tú perro o gato lame su trasero podría acarrear bacterias a su boca, que luego podrían ser transmitidas a tu piel.
Sin embargo, la mayoría de las infecciones humanas por estas bacterias son resultado de entrar en en contacto con las heces de mascotas con las manos, y posteriormente tocarse la boca o el rostro. Existe poca evidencia que señale que los besos de mascotas sean un medio de transmisión.
Infecciones parasitarias que es posible obtener de tu mascota
Tu mascota es portador natural de una variedad de diferentes parásitos. Si te infecta, podrías adquirir múltiples tipos de enfermedades, desde problemas cutáneos hasta enfermedades cerebrales. Y aunque es posible que estos parásitos no enfermen a tu mascota, los huevecillos que se transfieren en las heces de los perros o gatos pueden causar infecciones en los humanos. Como en el caso de las bacterias, el principal método de transmisión es fecal-oral.
Sin embargo, a excepción de un par de ellas, este tipo de infecciones son improbables. Los huevos de parásitos presentes deben madurar en las heces, u otro ambiente contaminado, para ser infecciosos. Tu perro tendría que lamerte la cara después de que su boca haya estado en contacto con heces entre 1 y 21 días después de la deposición (dependiendo del parásito).
Debido a que la mayoría de los gatos no comen sus heces, es aún menos probable que los felinos les transmitan una infección parasitaria a sus dueños.
Las excepciones en este contexto son los parásitos de giardia y cryptosporidium, que son infecciosos de manera inmediata cuando están presentes en las heces de las mascotas.
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Beneficios de las bacterias caninas
De acuerdo con un estudio reciente de la Universidad de Colorado en Boulder, los dueños de perros viven con una mezcla de bacterias inofensivas, provenientes de lenguas (betaproteobacteria) y patas (actinobacterias) caninas, en su piel. Y lo creas o no, los dueños de perros adultos comparten más microbios con sus perros que con sus hijos.
Los investigadores observaron que muchas de las bacterias comunes compartidas entre los humanos y sus perros se transmiten por el lamido.
El estudio demuestra que aunque nuestra exposición a un mundo microbiano más extenso se ha reducido en los tiempos modernos, y no siempre en nuestro beneficio, los dueños de perros podrían tener una ventaja gracias a la diversa comunidad microbiana a la que están expuestos a través del contacto con sus compañeros caninos. Las bacterias inofensivas en su piel podrían ayudar a que su sistema inmunológico aprenda a distinguir los gérmenes buenos de los malos.