Todos saben que hay una gran diferencia entre un ciudadano canino bien educado y un perro impredecible y sin control. Sin embargo, a menudo los dueños de perros desarrollan malos hábitos de entrenamiento sin darse cuenta, y se sienten confundidos y preocupados por el comportamiento poco cooperativo de sus perros.
1. Bríndale a tu perro socialización temprana y frecuente. Los cachorros e incluso los perros adultos deben estar expuestos a nuevos lugares, ruidos, personas y otros animales.
Tan pronto como tu cachorro sea vacunado, se le deben proporcionar oportunidades regulares para socializar y tener nuevas experiencias. Esto contribuirá en gran medida a reducir el comportamiento hostil basado en el miedo hacia otros perros.
2. Cuando le des una orden, intenta decirla una sola vez. Repetir un comando varias veces le transmite al perro que realmente no tenías intención la primera vez, y por lo tanto, realmente no necesita responder a la orden de inmediato.
3. Cuando corrijas un comportamiento indeseable, dale una orden de una o dos palabras y redirígelo de inmediato a un comportamiento más apropiado. No le grites a tu mascota, no la golpees, patees, jales ni sacudas su correa, tampoco utilices la técnica de "Alpha Roll". Lo único que le enseñarás a tu perro con las correcciones agresivas es a tenerte miedo.
4. Ejercita la paciencia. Tu perro detecta el tono y volumen de tu voz, así como tu lenguaje corporal, y puede percibir cuando te sientes frustrado o enojado. En cuanto tu perro se inquiete a causa de tu estado de ánimo, se esfuman todas las oportunidades de entrenamiento positivo.
5. Sé consistente de las palabras que usas para entrenar a tu perro. Repite el mismo comando para cada comportamiento en particular que estés buscando.
Por ejemplo, si tu perro tiene la costumbre de saltar sobre las personas, elije un comando de una palabra como "Abajo" y úsalo siempre. No le digas "Abajo" algunas veces y "Quieto" en otras ocasiones, "No" de vez en cuando y "Perro malo" cuando estés realmente enojado.
6. También sé consistente con lo que le pides a tu perro. Si no lo quieres arriba del sofá, mantente firme en no dejarlo subir al sofá. No lo dejes subir un rato o incluso de vez en cuando. No es malo establecer límites razonables para tu perro, pero SÍ lo es confundirlo al cambiar constantemente las reglas por las que espera que se rija.
7. Guía a tu perro durante sus paseos en lugar de que sea al revés. Haz que dos tercios de las caminatas lleven un ritmo rápido y caminados al lado tuyo. Luego permítele olfatear, distraerse y detectar su rastro de orina durante el otro tercio de la caminata.
8. Aprende un poco sobre cómo piensan los perros. Por difícil de creer que parezca a veces, tu perro no piensa como un humano. Sus procesos de pensamiento no son complicados.
Los perros piensan en blanco y negro, y viven en el momento presente. Entre más comprendas acerca de lo que lo hace reaccionar, estarás mejor capacitado para ayudarlo a ser una maravillosa compañía. No seas tan estricto con tu perro por ser un perro.
9. Siempre, siempre recompensa el buen comportamiento de tu perro con pequeños premios de entrenamiento, afecto o un elogio entusiasta como "¡Buen perro!". Esto ayudará a tu mascota a aprender la diferencia entre lo que te gusta y no te gusta que haga.
10. Bríndale sesiones de entrenamiento cortas y divertidas. Mantente tranquilo y optimista, y no pases más de 10 minutos por sesión.