Expertos de la industria de alimentos para mascotas se reunieron en un evento llamado “Petfood Forum Town Hall” (el cual, a pesar de denominarse como asamblea publica, no incluía a miembros del público) y hablaron sobre “... la desconexión entre diversos caminos de la industria, la ciencia y los consumidores, y la necesidad de una mejor y mayor comunicación para reparar dicha desconexión”.1
Todo apunta a que ellos creen que el “reparar la desconexión” les permitiría educar a los consumidores acerca de su “valiosa” investigación sobre los alimentos para mascotas.
Sin embargo, si eres un visitante frecuente del sitio, sabrás que las investigaciones de la industria de los alimentos para mascotas son autofinanciadas y están al servicio de la misma. En otras palabras, los estudios no se llevan a cabo para el beneficio de las mascotas que alimentan, sino para el beneficio final de la industria y sus resultados.
Si los expertos de la industria en verdad creen que los dueños de mascotas tendrían una mejor imagen de ellos y comprarían más de sus productos después de ver sus investigaciones, les espera una enorme sorpresa.
Las grandes marcas crean sus propias “noticias y desinformación”
De acuerdo con uno de los panelistas de la asamblea, las grandes marcas de alimentos para mascotas tienen la necesidad de “...luchar contra las noticias falsas y la desinformación” y de “...unir a la industria y educar al consumidor”.
En mi experiencia, las empresas de alimentos procesados para mascotas en realidad son quienes crean gran parte de las “noticias falsas y desinformación” sobre sus productos a través de su comercialización y publicidad.
Un ejemplo es la división de ingredientes:2 un truco engañoso que se usa para hacer que la etiqueta con los ingredientes de una bolsa, lata o saco de comida resulte más atractiva para los dueños de mascotas. Digamos que tenemos un alimento para perros compuesto a base de maíz y arroz, lo cual es bastante común en marcas de baja calidad y costo.
El maíz y el arroz son mucho menos nutritivos para los perros que la carne (de hecho, ni siquiera están en la misma categoría), por lo que son ingredientes inferiores.
Antes de la división |
Orden |
Ingrediente |
Contenido |
1 |
Maíz |
30% |
2 |
Arroz |
20% |
3 |
Harina de polo |
18% |
4 |
Etc. |
|
5 |
Etc. |
|
6 |
Etc. |
|
7 |
Etc. |
|
Después de la división |
Orden |
Ingrediente |
Contenido |
1 |
Harina de pollo |
18% |
2 |
Harina de Maíz |
15% |
3 |
Sémola |
15% |
4 |
Gluten de arroz |
10% |
5 |
Salvado de arroz |
10% |
6 |
Etc. |
|
7 |
Etc. |
|
Observa los ingredientes de esta comida para perros “Antes de la división”. El maíz es el ingrediente predominante, seguido del arroz. La harina de pollo, la cual se supone que está hecha de carne de pollo además de otras partes y trozos de pollo, que además es lo primero en lo que muchos dueños de mascotas de fijan, ocupa el tercer lugar.
Sin embargo, como te podrás dar cuenta en el ejemplo de “Después de la división”, cuando el fabricante se pone creativo, usando algunas variaciones de los productos del maíz y el arroz, los puede enlistar por separado (dividirlos) y, como por arte de magia, la harina de pollo aparece en la parte superior de la lista. Lo anterior es suficiente para convencer a muchos dueños de mascotas de que la comida está hecha a base de carne y es de alta calidad.
Me pregunto, ¿qué tan dispuesta estaría la industria de alimentos procesados para mascotas a “informar al consumidor” sobre la división de ingredientes? ¿O qué hay que enseñarles a los dueños sobre los productos crudos que se reciclan para crear harina de carne y huesos para la comida de las mascotas?
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No se puede “comunicar” ni “educar” si no se quiere responder a las preguntas difíciles
Además de crear a propósito “noticias falsas y desinformación” sobre sus productos, las grandes marcas de alimentos para mascotas también hacen todo lo posible para evitar a las partes implicadas que están fuera de su burbuja industrial, por ejemplo, el cineasta Kohl Harrington, quién coprodujo el documental Pet Fooled.
Kohl explica que su objetivo inicial era tan solo el de aprender sobre los alimentos frescos y procesados para mascotas. El desafío al que él se enfrentó cuando intentaba hablar con las compañías de alimentos para mascotas fue el mismo al que casi siempre nos enfrentamos los especialistas en nutrición de mascotas, al igual que los innumerables dueños de mascotas.
Entre las muchas cosas que Kohl aprendió durante su investigación, y al realizar el documental, fue que la industria de alimentos para mascotas promueve ciertas ideas con las que muchos dueños de mascotas no solo no están de acuerdo, sino que les critican.
Pensó que si, por ejemplo, los dueños de mascotas están equivocados con respecto al maíz y que en realidad es un excelente alimento para perros, tal como insisten las compañías de alimentos para mascotas, entonces esas compañías no tendrían ningún inconveniente en reunirse con ellos y explicarles su postura.
“Ese no fue el caso”, dijo Kohl, quien mantuvo un registro detallado de todos los contactos que intentó hacer con la industria de alimentos para mascotas. Llamó a las sedes de las compañías y dejó mensajes. Llamó a los departamentos de medios y dejó mensajes. Escribió correos electrónicos e intentó enviar mensajes a través de Facebook.
La única respuesta verbal que recibió de una compañía importante fue de parte de Hill's Science Diet. Le dejaron un mensaje de voz que decía: “No queremos participar en dicho documental”. Más allá de ese único mensaje de voz, Kohl nunca recibió respuesta de ninguna de las personas de la industria de alimentos para mascotas que contactó.
“Eso habla mucho de ellos”, dice Kohl. “Tus clientes te están haciendo reclamos y criticando tus productos, y no estás dispuesto a apoyarlos porque crees que no es necesario”.
La respuesta a los reclamos continúa siendo decepcionante
En su documental, Kohl expone dos reclamos sobre la comida para mascotas: el desastre de la melamina de 2007 y el debate sin fin sobre los premios de cecina. Entrevistó a varias personas cuyas mascotas se enfermaron o murieron después de comer las cecinas tóxicas.
La mayoría de los dueños con los que habló nunca se habían preguntado qué había en la comida o premios de sus mascotas. Confiaban en las declaraciones de las etiquetas de los paquetes.
“Lo interesante es que ninguno de los dueños de mascotas involucrados en el problema de la cecina de pollo se quería meter en una demanda” dijo Kohl. "Lo único que querían era que el producto fuera sacado de la estantería, que el problema se solucionara y así seguir adelante. Lo único que querían era que el producto fuera retirado del mercado para que no matara más animales”.
Cada uno de los dueños había llamado al fabricante de dichos productos y había sido ignorado. “Eso fue algo muy impactante para mí”, comenta Kohl. “Llamé a las empresas solo para escuchar: 'Nuestras golosinas fueron evaluadas. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) no ha encontrado nada'”.
También habló con la FDA y la agencia reconoció que hay un problema pero que no pueden encontrar las pruebas que necesitan.
“¿Qué indica esto?” pregunta Kohl. “¿Simplemente permites que el producto continúe vendiéndose y sigues provocando muertes hasta que puedas encontrar una prueba irrefutable? Sabes que está matando. Ya admitiste que está matando.”
La publicidad en esta industria (como en el resto) es un “condicionamiento cultural”
Como lo mencionaba antes, la experiencia de Kohl no fue una excepción. La industria de los alimentos para mascotas sigue hablando dentro de su burbuja sobre la necesidad de educar y ser transparente con los consumidores, pero su comportamiento en el mundo real no respalda a sus palabras.
Mientras hacía la investigación para su documental, Kohl se puso a buscar videos y se encontró con uno mío en el que estoy hablando sobre las etiquetas de los ingredientes de alimentos para mascotas. Reconoció mi honestidad y la de mi buena amiga, la veterinaria integral Dra. Barbara Royal.
“La encontramos en un archivo de audio en un sitio web sobre legislaciones”, explica Kohl. Un estudiante de derecho que resultó estar muy apasionado por la comida para mascotas había entrevistado a la Dra. Royal después del reclamo en 2007 sobre los alimentos con melamina.
“No tenía idea de quién era”, explica Kohl. “Solo sabía que me gustaba la forma en que hablaba sobre este tema. Era muy directa y honesta. Y yo necesitaba honestidad al respecto.”
"Porque hay dos tipos de personas con las que te encuentras: las personas con miedo a decir las cosas y las personas con la suficiente valentía como para decir algo. Los valientes son muy pocos y es poco frecuente encontrarlos”.
Mientras continuaba entrevistando a las personas y recabando información, Kohl se percató de que la postura de la industria de alimentos para mascotas estaba comenzando a perfilarse. Si por ejemplo, un determinado líder de la industria de alimentos para mascotas se ponía a promover cierta investigación sobre los beneficios del maíz, Kohl la buscaba y la leía.
“Estaba muy claro que estaban extrayendo solo algunos fragmentos de información de sus investigaciones y usándola para su beneficio”, comenta el autor del documental
Pasaron dos años completos de investigación y entrevistas antes de que Kohl pudiera entender a fondo los problemas que rodean a la comida para mascotas.
“Hemos sido culturalmente condicionados a través de la publicidad para pensar de cierta manera”, dice Kohl. “Las empresas están gastando decenas de millones de dólares para publicitar sus productos. Con el tiempo, esto se convierte en una parte normal de la mentalidad. Es como pensar: 'Necesito un automóvil. Voy a comprar el que vi en ese comercial'”.
Kohl tiene toda la razón, es por eso que paso tanto tiempo aquí en Mercola Healthy Pets ayudando a los dueños de mascotas a separar la realidad de la ficción cuando se trata de la nutrición de las mascotas.
Si deseas ver el documental, está disponible para rentar o comprar en iTunes, Vimeo y Amazon.