Recientemente, me encontré con una terrible y triste historia sobre una querida bulldog francés, llamada Minnie, que murió de forma repentina después de un procedimiento veterinario de rutina. Minnie, quien vivía con su familia en Rugby, una ciudad comercial de Warwickshire, en el Reino Unido, presentó una hemorragia incontrolable después de la cirugía.
Al parecer tenía una infección de gusano pulmonar asintomática y sin diagnosticar. El parásito del gusano pulmonar se esconde dentro del corazón y pulmones y, entre otros problemas, interfiere con la capacidad de coagulación sanguínea en el cuerpo. El afligido dueño de Minnie, Sian Reekie, dijo para Coventry Telegraph:
“Nunca había escuchado sobre el gusano pulmonar antes de la tragedia de Minnie. Ahora, sabemos que a menudo se le llama asesino silencioso y esto no podría ser más cierto. Antes de la operación, estaba bien con su personalidad traviesa, desconocíamos que el gusano pulmonar la mataba por dentro. No exageramos al decir que nos sentimos devastados por la pérdida de Minnie.
No estábamos preparados para lo que le sucedió, esperamos que su historia ayude a crear conciencia sobre este parásito, ya que se encuentra en el área de Rugby y los dueños de perros necesitan hablar con sus veterinarios sobre cómo prevenirlo".1
El área geográfica del gusano pulmonar podría expandirse
El gusano pulmonar es un parásito que tiene la capacidad de infectar las vías respiratorias, los pulmones y tráqueas de los perros y gatos. Existen un sin número de parásitos diferentes que entran en la categoría de gusano pulmonar. Hay tipos que infectan a los perros, otros a los gatos y algunos pueden infectar a ambos.
Las mascotas que vagan libremente al aire libre en ciertos lugares de América del Norte y en otras regiones están en mayor riesgo de contraer la enfermedad del gusano pulmonar. Por ejemplo, el gusano pulmonar felino (Aelurostrongylus), se ha localizado en todo el sureste de los Estados Unidos. Los expertos consideran que el rango geográfico del gusano pulmonar podría expandirse, por lo menos en ciertas áreas del Reino Unido.
También, es posible que debido a una mayor concientización en los círculos veterinarios se realicen más pruebas para demostrar la presencia del patógeno y, en consecuencia, más diagnósticos de infección.
¿Cómo podrían infectarse los perros y gatos?
Generalmente, la infección por gusano pulmonar ocurre cuando un perro o gato se encuentra expuesto a un animal que tiene el parásito. Las mascotas que cazan y consumen presas al aire libre están en riesgo, así como las que beben de los estanques o agua estancada que puede contener ejemplares del gusano en etapa larval.
Una vez consumidas, las larvas del gusano viajan por el torrente sanguíneo desde los intestinos hasta los pulmones, donde se convierten en gusanos adultos y ponen sus huevos. En el caso del gusano traqueal (Oslerus osleri), la infección en los perros podría transmitirse directamente de la madre a su camada mientras lame a sus cachorros o si entran en contacto con sus heces infectadas.
Muchos parásitos del gusano pulmonar se encuentran cerca de los lagos donde los cangrejos de río, caracoles y babosas son sus portadores. Los mapaches consumen los cangrejos de río y caracoles, por lo que un perro que entra en contacto con un mapache o sus heces podría estar expuesto.
Hay una mayor probabilidad de que los gatos se encuentren expuestos cuando cazan aves o pequeños mamíferos que han consumido caracoles infectados. Las infecciones significativas por gusano pulmonar se observan más frecuentemente en mascotas infestadas que son menores de 2 años de edad.
Si bien, hay muchas especies de gusano pulmonar que pueden infectar los pulmones de un animal, el parásito más común observado en perros es el gusano traqueal, Oslerus osleri. En los gatos, dos de los gusanos más frecuentes son el Capillaria aerophilaand y Aelurostrongylus abstrusus.
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¿Cuáles son los síntomas de una infección por gusano pulmonar?
Los síntomas de infección dependen del tipo específico de parásito al que tu mascota ha estado expuesta, cuánto tiempo ha estado infectada, gravedad de la infección y respuesta del sistema inmunológico a la presencia del parásito.
A menudo, los animales con infecciones leves u ocultas son asintomáticos, como en el caso de la pobre Minnie, o podrían experimentar una tos leve, letargo, intolerancia al ejercicio o pérdida de peso. Los síntomas relacionados con impedir la coagulación sanguínea incluyen la hemorragia excesiva incluso en heridas/cortaduras menores, hemorragias nasales, sangrado ocular y anemia.
En el caso de las infestaciones severas, en las cuales hay un gran número de larvas en las vías respiratorias, las complicaciones podrían incluir insuficiencia respiratoria, bronquitis, enfisema, acumulación de líquido en los pulmones e incluso neumonía.
Se cree que los perros que se recuperan de la enfermedad del gusano pulmonar generan algún nivel de inmunidad contra una exposición futura. Esto es bastante inusual ya que no ocurre en otro tipo de infecciones parasitarias.
¿Cómo podría diagnosticarse la infección?
Tu veterinario deberá tomar el historial médico completo de tu mascota y realizarle un examen físico que incluirá escuchar sus pulmones con un estetoscopio. Será necesario hacer un hemograma completo y radiografías del tórax, junto con un examen fecal para verificar la presencia de larvas o huevos del gusano.
También, se revisarán las secreciones respiratorias para buscar huevos o larvas, por medio de un procedimiento llamado lavado transtraqueal. De igual manera, se realizará una prueba para descartar la enfermedad del gusano del corazón.
Dado que las infecciones por gusano pulmonar podrían ocultar otras enfermedades comunes, como la toxoplasmosis pulmonar, micosis respiratoria y asma felino, es importante obtener un diagnóstico preciso. La Dra. Kathryn Primm, quien escribe para dvm360, proporcionó la siguiente guía para veterinarios:
"En cualquier gato que se analicen los signos sugestivos de enfermedad respiratoria, debe considerarse el gusano pulmonar.
Para detectar mejor las infecciones por gusano pulmonar, los veterinarios deben considerar la técnica de migración fecal de Baermann para examinar las muestras de heces, estar atentos a los huevos de trichurids en cualquier muestra fecal felina y tener cuidado de distinguir entre las infecciones de tricocéfalos y capillaria”.2
¿Cuáles son las opciones de tratamiento?
El tratamiento tradicional para el gusano pulmonar es utilizar un medicamento antiparasitario. Así mismo, los veterinarios integrativos emplean remedios complementarios y beneficiosos que pueden ayudar a disminuir la inflamación en las vías respiratorias, incluyendo la ozonoterapia, terapia de inhalación de aceites esenciales (protocolo diseñado por un veterinario capacitado para emplear aceites esenciales), cúrcuma y uña de gato por vía oral.
Una medida importante para asegurarse de que la infección del gusano pulmonar se haya solucionado por completo es verificar de nuevo las muestras de heces de tu mascota.
¿Cómo puedes prevenirlo?
Hoy en día, el gusano pulmonar constituye un problema mayor en el Reino Unido que en los Estados Unidos, pero lo lógico sería tomar precauciones de sentido común para evitar la exposición, sin importar el lugar en dónde vivas con tu mascota.
Ya que los perros y gatos que vagan libremente son los que están expuestos al gusano pulmonar, la medida preventiva más importante que puedes tomar es asegurarte de supervisar y tener bajo control a tu mascota en todo momento, cuando se encuentre al aire libre.
No permitas que tu gato cace presas, ni que tus mascotas beban de estanques u otros cuerpos de agua independientes y mantén a los perros alejados de los portadores de parásitos, como cangrejos de río, caracoles y babosas.
En Reino Unido, los veterinarios recomiendan emplear productos de desparasitación de amplio espectro cada mes. Pero, debido a la posibilidad de efectos secundarios y toxicidad, mi recomendación sería evitar tales productos y, en cambio, tomar medidas apropiadas de sentido común para reducir o eliminar el riesgo de exposición de tu mascota al parásito, y realizar el análisis de sus muestras fecales cada seis meses, para detectar la presencia del parasito.