Hace poco, investigadores de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cornell realizaron un estudio para analizar el contenido de minerales "ultratraza" en el alimento seco para perros que se vende en los Estados Unidos.1
Mientras que los "macroelementos" y "elementos traza" en los alimentos para mascotas son regulados por el Consejo Nacional de Investigaciones (NRC, por sus siglas en inglés) y la Asociación Americana de Oficiales de Control de Alimentos (AAFCO, por sus siglas en inglés), ninguna organización regula la presencia de los minerales ultratraza, sustancias que se producen en cantidades mínimas tanto en alimentos para humanos como para mascotas e incluyen aluminio, cromo, molibdeno, níquel y sílice.2
Un estudio analizó 49 marcas diferentes de alimento seco para mascotas
Para el estudio, los investigadores analizaron 49 muestras de diferentes marcas de croquetas para todas las etapas de la vida.
Las muestras de los alimentos se obtuvieron del Centro Médico Veterinario de Cornell, tiendas locales y minoristas nacionales de alimento para mascotas y se analizaron durante el transcurso de una semana a partir de su compra.
El estudio cuantificó y normalizó los minerales ultratraza de acuerdo a un estándar específico; dichos minerales fueron evaluados con respecto a su consumo por megacaloría y comparados con los valores de toxicidad y consumo humano (diario) crónico promedio establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para una mejor comparación de las diferentes marcas de alimento para perro, los resultados se homologaron con la densidad de energía calculada por el fabricante y se expresaron como mg/1 000 kcal de energía metabolizable (ME).
Los resultados demostraron niveles elevados de algunos minerales ultratraza
Los resultados demostraron que los niveles de aluminio, cromo y las concentraciones de molibdeno en las croquetas analizadas eran mayores que los de un humano promedio que consume 2 900 kcal al día.
Se descubrió que la cantidad de cromo era 30 veces mayor, y en uno de los casos el molibdeno fue 15 veces mayor, lo que estuvo por encima del valor requerido que se estima en los alimentos restantes. Los niveles de aluminio estuvieron por encima del consumo humano diario en 46 de los 49 alimentos e incluso en un caso fue 38 veces mayor.
Los otros dos minerales ultratraza, níquel y sílice, estuvieron presentes en niveles que no fueron significativamente diferentes en comparación con el consumo diario en humanos y perros.
De acuerdo con American Veterinarian, los niveles elevados de cromo pueden causar daño hepático y gastroenteritis, los niveles elevados de níquel pueden causar irritación gastrointestinal (GI), mientras que en ciertas razas, el exceso de sílice puede jugar un papel muy importante en el desarrollo de urolitos (piedras en la vejiga) de sílice que tienen la forma característica de "Jack Stone" (matatena).3
El aluminio se acumula en el cuerpo y es una toxina conocida, sin embargo, los niveles de hidróxido de aluminio presentes en las croquetas analizadas estuvieron muy por debajo de las dosis recomendadas para los pacientes con enfermedades renales (a quienes se les administra hidróxido de aluminio para atraer al fósforo).
American Veterinarian concluyó que a pesar de que el estudio demuestra que los perros que comen croquetas están expuestos a mayores concentraciones de minerales ultratraza en comparación con el consumo humano promedio, esto no implica que sea dañino (es decir, no estamos seguros), "pero los niveles… parecen ser seguros en los perros".
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Es necesario realizar más estudios, aunque es poco probable que esto suceda
La conclusión de los investigadores de la Universidad de Cornell:
"Nuestros resultados sobre las concentraciones de minerales ultratraza en los alimentos para mascotas que se compararon con los rangos de consumo de dichos minerales en humanos y otras especies sugieren una exposición ligeramente mayor en perros que en humanos.
Las razones exactas de estos hallazgos no son claras, pero podrían estar relacionadas con que los perros tienen requerimientos metabólicos relativamente mayores en comparación con los humanos, que requieren de menos calorías por kilogramo de peso corporal, así como de ligeras diferencias en los ingredientes comunes que se utilizan en la industria de alimento para perros, frente a los alimentos consumidos por los humanos.
Sería ideal realizar un estudio adicional que investigue la biodisponibilidad de cada mineral y establezca un límite en la cantidad de minerales utratraza que se permite en el alimento seco para perros de venta comercial".4
De acuerdo con Greg Aldrich, Ph.D., presidente de Pet Food & Ingredient Technology Inc. y escritor de PetfoodIndustry.com, es muy probable que jamás se realice la investigación sugerida "porque a nadie le gustaría financiarla, ni realizarla".
"La mayor parte de este trabajo toxico requiere de proporcionarle a los animales (perros y gatos) una alimentación con niveles elevados de estos minerales poco nutritivos para que produzcan un 'efecto'. Para poder determinar cuál es el nivel que no produce ningún efecto se necesita utilizar niveles que sí producen efectos dañinos como insuficiencia multiorgánica, lesiones, tumores, deterioro en el crecimiento e incluso la muerte.
En la actualidad eso sería inaceptable. Así que, aunque sigan las críticas sobre el hecho de que estamos envenenando a nuestras mascotas con alimentos que contienen este tipo de minerales, también existe una renuencia a determinar cuál sería el nivel de consumo seguro".5
Aldrich también advierte que los reportes sobre los minerales poco nutritivos muchas veces son "sensacionalistas porque quieren generar preocupación entre los dueños de mascotas". Argumenta que estos minerales se encuentran tanto en los alimentos para mascotas como para humanos como parte natural de los ingredientes sin procesar y que "ningún fabricante los añade de forma intencional al alimento para mascotas, por lo que no habría negligencia".
En otras palabras, estos minerales sí están presentes en los alimentos, así que es muy importante cuestionar su verdadero origen, metodología utilizada, biodisponibilidad, niveles de tolerancia y cómo es que sus efectos fisiológicos podrían verse influenciados por otros factores alimentarios.
Con respecto a su biodisponibilidad, Aldrich señala que "el mineral presente no es igual que el mineral absorbido. Dicho de otra forma, muchos de los elementos de la tierra en los alimentos simplemente pasan a través del cuerpo sin causar ningún efecto".
Cuando se trata de croquetas, los minerales ultratraza podrían ser el menor de sus problemas
Lo que Aldrich no explica es que hay muchos otros ejemplos de posibles problemas que en definitiva son causados de forma intencional y negligente, que se relacionan con el alimento procesado para mascotas y que deberían alarmar a todos los dueños. Estos van desde las engañosas prácticas de marketing y etiquetado, la contaminación con medicamentos para la eutanasia y residuos de antibióticos, hasta los niveles peligrosamente altos de vitamina D y niveles peligrosamente bajos de tiamina.
El hecho es que cuando se trata de croquetas, los minerales ultratraza son el menor de los problemas. Como lectores regulares de mi sitio web, saben que no recomiendo en absoluto el consumo de alimento seco y que estoy a favor de una alimentación nutricionalmente balanceada, apropiada para cada especie. Esto significa que la alimentación de tu mascota debe basarse en alimentos húmedos ricos en proteína de alta calidad y origen animal, grasas saludables y fibra, también muy bajos en almidón.
Una alimentación a base de productos crudos, nutricionalmente balanceada o ligeramente cocida es mi principal opción para las mascotas, pero es una opción que solo debes considerar si estás realmente comprometido en hacerla bien.
Si no quieres tener que balancear los alimentos caseros de tu mascota, entonces una gran alternativa es darle un alimento crudo de venta comercial que ya haya sido balanceado.
La alimentación a base de alimentos deshidratados o liofilizados es tu segunda mejor opción. El alimento enlatado de grado humano sería otra buena opción, aunque puede ser difícil de conseguir.
También debes asegurarte de incorporar una gran variedad de alimentos frescos en la alimentación de tu perro. Las moras azules, chía, semillas de cáñamo en aceite de coco, semillas de calabaza crudas, vegetales fermentados y kéfir pueden brindarle a tu amigo peludo una gran variedad sabores y nutrición.