No te confundas, si hay un perro en tu familia, en algún momento también habrá vómito canino. Quizás ya hayas tenido el gusto. Podría suceder afuera, o podría ocurrir al interior del hogar. Puede suceder sin previo aviso, o puede pasar después de que tu perrito emita unos cuantos sonidos reveladores de tos o arcadas.
La razón por la que estoy tocando este tema tan agradable ahora es porque muchos dueños de mascotas no están muy seguros de lo que está por suceder cuando algo sale expulsado por la boca de su perro. Por ejemplo, ¿sabías que hay una diferencia entre vomitar y regurgitar?
Saber esto podría ser bastante útil para determinar si deberías llamar al veterinario y qué decirle durante la consulta. Debido a que es poco probable que tu perro haga una demostración frente al veterinario, es bueno saber lo que ocurrió antes de llegar a consulta con el fin de diagnosticar el problema.
Si te es posible, graba un video del incidente y llévalo a la cita. Te podría parecer extraño, pero en realidad puede ayudarle al veterinario a llegar a un diagnóstico preciso en mucho menos tiempo del que podría tomarle.
La diferencia entre el vómito y la regurgitación
Al encontrarse con una "mascota con vómito", la mayoría de los veterinarios primero tienen que determinar si el animal en realidad presenta vómito o regurgitaciones. Decidir qué es lo que ocurre es muy importante, ya que ambos problemas tienen diferentes causas y métodos de tratamiento.
Si tu perro está a punto de vomitar, siente náuseas. Sus paredes abdominales comienzan a contraerse. Podría babear, gotear saliva o comenzar a lamer sus labios justo antes de presentar arcadas. A menudo se observa un movimiento respiratorio en el que sus músculos abdominales se contraen varias veces antes de realmente expulsar el contenido de su estómago hacia el piso.
De acuerdo con PetMD, los vómitos involucran "la expulsión enérgica del contenido estomacal y abdominal superior". Además, el vómito contiene "bilis amarilla o alimento parcialmente digerido" y "suele tener un olor agrio e implica movimientos respiratorios".
Si su perro regurgita, lo más probable es que simplemente abra la boca y expulse un poco de la comida sin digerir que acaba de tragar o del agua que acaba de beber. El regurgito (una palabra real) se origina en el esófago o faringe (la parte posterior de la garganta), por lo que a veces tiene forma de tubo. Por lo general, es una mezcla de alimento, saliva y, en ocasiones moco, pero no bilis.
No suele haber ningún indicio que advierta la presencia de regurgitación, ni para tu perro ni para ti. Es un incidente pasivo, mientras que el vómito es un proceso activo.
Como si dos variedades no fueran suficientes, una tercera variedad de vómito implica la expectoración. Si tu perro tose, una o varias veces, y luego produce una burbuja de moco, está expectorando, lo cual es muy diferente de regurgitar o vomitar. La clave con la expectoración es que siempre involucra tos.
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Tipos de vómito canino
PetMD enlista tres variedades de vómito en los perros:
Granular |
Gruesa |
Líquida |
A menudo se relaciona con los alimentos |
A menudo se relaciona con los alimentos | No se relaciona con los alimentos |
Un tanto líquida |
Se perciben trozos de comida | Podría tener una consistencia espumosa o viscosa |
De aspecto similar a los gránulos
de café |
Los alimentos no se han
digerido | Puede ser amarilla o clara |
Podría presentar sangre |
Se presenta poco después
de comer | Se puede confundir con los síntomas de tos de las perreras |
Comida parcialmente digerida |
El perro comió rápidamente o corrió después de comer | |
Causas del vómito
Una de las razones más comunes por la que los perros vomitan es por consumir alimentos a indiscreción, lo que también se conoce como hurgar en la basura o tragar artículos no alimenticios como juguetes, calcetines, madera, piedras, etc. Los perros que han estado consumiendo los mismos alimentos durante mucho tiempo, podrían vomitar si hay un cambio repentino en su alimentación.
Si tu perro consume algo que podría ser tóxico, como una planta venenosa, medicamento o chocolate, podría vomitar y en este caso, el vómito realmente podría salvar su vida.
Los perros que comen demasiado rápido tienden a vomitar con más frecuencia que el promedio, así como los perros a los que se les permite hacer ejercicio vigoroso justo después de comer. Es importante no permitir que tu perro realice ejercicio vigoroso ni que juegue durante una hora después de comer con el fin de evitar tanto los vómitos, como el problema mucho más grave de la inflamación abdominal (dilatación y vólvulo gástricos).
Algunos perros desarrollan cinetosis, lo que podría causarles vómitos, al igual que miedo extremo o ansiedad, que es un problema mucho más serio de lo que muchos logran percatarse. Comer pasto, lo cual muchos perros parecen hacer cuando tienen malestar estomacal, puede provocar vómitos. Su instinto les indica que comer pasto les hará vomitar y que vomitar hará que se sientan mejor.
Otras razones (que podrían ser muy graves) del vómito canino incluyen una obstrucción en el estómago o intestinos; enfermedad inflamatoria intestinal (IBD, por sus siglas en inglés); enfermedades renales, hepáticas o pancreáticas; un problema del oído medio; meningitis; o un tumor cerebral.
Si tu perro vomita muy de vez en cuando y eres capaz de identificar la causa, como haber comido demasiado rápido o ingerido algo que no debía (y que no es tóxico), siempre y cuando esté sano, no habrá necesidad de entrar en pánico. Si comienza a comerse lo que acaba de expectorar, lo más probable es que se trate de un vómito causado por comer demasiado rápido, y está bien (sin mencionar que es asqueroso) dejar que lo haga.
Sin embargo, cualquier cosa fuera de este escenario, como vómitos frecuentes o vómito acompañado de otros síntomas como pérdida del apetito o letargo, merece una visita con el veterinario.
Causas de la regurgitación
Por desgracia, la regurgitación en perros puede ser un signo de un trastorno grave subyacente. Una enfermedad esofágica suele ser la causa más común y es el resultado de una obstrucción o problema de motilidad gastrointestinal. El esófago puede estar obstruido por un cuerpo extraño, una estenosis, anomalía vascular o con menos frecuencia, por un tumor.
Los trastornos de motilidad o problemas con las contracciones musculares del esófago pueden ser congénitos o adquiridos. Un trastorno de la motilidad adquirido puede ser causado por esofagitis (inflamación del esófago), hipoadrenocorticismo (enfermedad de Addison), toxicidad por plomo, toxicidad por químicos organofosforados, miastenia grave (un trastorno neuromuscular) y posiblemente hipotiroidismo.
Una afección llamada megaesófago también causa regurgitaciones.
Aunque resulta poco frecuente, la regurgitación también puede ser causada por disfagia orofaríngea, que es un trastorno de la deglución. Los perros con esta afección pueden presentar dificultad o dolor al momento de tragar, lo que les provoca tos o arcadas cuando tratan de tragar sus alimentos. La disfagia orofaríngea puede ser resultado de un trastorno neuromuscular, un tumor en la faringe, una anomalía anatómica o traumatismo.
Como puedes ver, los vómitos y regurgitaciones en realidad son problemas muy distintos. Las razones por las que un perro vomita son muy variadas, pero distan mucho de los motivos por los que regurgita.
En una mascota sana, la tendencia a vomitar suele estar relacionada con los alimentos, consumir cosas a indiscreción, quizás una toxina o cuerpo extraño, o con alguna afección en proceso como la enfermedad inflamatoria intestinal. La regurgitación se produce por razones que no se relacionan con la alimentación o salud del tracto gastrointestinal (GI) inferior.
El diagnóstico y tratamiento de estos dos problemas también son bastante diferentes, por lo que es importante distinguirlos y comunicarle a tu veterinario lo que hayas observado para que pueda tomar las medidas adecuadas.