¿Es adecuado proporcionarle huesos a un perro? Depende del tipo de perro

hueso para perro

Historia en Breve

  • Hace poco tiempo, una noticia informó sobre un perro en Australia que recibió un hueso para masticar y terminó con una cantidad impresionante y muy costosa de daños en la boca y dientes
  • Es cierto que para algunos perros, ningún hueso es seguro, pero a la mayoría se le puede ofrecer huesos crudos siempre y cuando el dueño de la mascota se informe bien y supervise de forma cuidadosa las sesiones de masticación
  • Es importante que sepas qué tipo de masticador es tu perro para que puedas seleccionar los huesos apropiados, algunos son masticadores agresivos, otros son devoradores, entre otros ejemplos

Es posible que hayas notado que actualmente han aparecido con cierta regularidad noticias sobre los riesgos de proporcionarles huesos a los perros.

Por ejemplo, un artículo reciente publicado por una estación de noticias de televisión australiana informó que "algunos veterinarios les pedían a los dueños de mascotas que pensaran dos veces antes de proporcionarles huesos a sus perros, al indicarles que pueden causarles lesiones impactantes que les ha costado a las familias decenas de miles de dólares en facturas dentales".

Aparentemente, un perro de 12 años llamado Fred recibió un hueso para masticar, lo que ocasionó que tuviera que enfrentar "ocho endodoncias, tres extracciones y doce restauraciones", y una cirugía de cinco horas para eliminar "grandes fragmentos de hueso encarnado y afilado" que estaban alojados en el paladar de su boca.

Según el cirujano veterinario de Fred, los huesos crudos son una pésima idea. "No limpian los dientes, sino que los rompen", indicó.

No hay duda de que, bajo ciertas circunstancias (que abordaré enseguida), los huesos recreativos podrían romper los dientes de un perro. Pero, no estoy de acuerdo con la declaración general del veterinario de que los huesos crudos son una mala idea y no ayudan a mantener limpios los dientes de los perros.

Hay una forma segura de proporcionar huesos recreativos a la mayoría (pero no a todos) de los perros, siempre y cuando se sigan dos reglas muy importantes. Primero, los huesos deben estar crudos, y segundo, debes supervisar a tu perro mientras mastica el hueso. Debes "supervisarlo", es decir que no debes perderlo de vista.

¿Por qué los huesos crudos son beneficiosos para la mayoría de los perros?

Los antepasados y contrapartes de los perros en la naturaleza han comido huesos desde siempre. En su hábitat natural, los caninos comen presas, incluyendo carne, huesos y vísceras. De hecho, tu mascota tiene requisitos biológicos de los nutrientes presentes en la médula ósea y huesos.

A los perros también les encanta masticar huesos crudos por su delicioso sabor, estimulación mental y, además, roer un hueso es un gran ejercicio para los músculos de su mandíbula. En realidad, hay dos tipos de huesos crudos: huesos comestibles y huesos recreativos.

Los huesos crudos comestibles son los huesos ligeros de aves (generalmente alitas de pollo y cuellos de pollo y pavo). Son suaves, flexibles, no contienen médula y pueden molerse fácilmente en una trituradora para carne. Estos huesos proporcionan calcio, fósforo y oligoelementos que podrían ser una parte esencial de la alimentación balanceada y cruda de tu perro.

Los huesos crudos recreativos son grandes trozos de carne de res, fémur de bisonte, o huesos de la cadera rellenos de médula. Encontrarás huesos recreativos crudos en la sección de los congeladores de las tiendas de mascotas o en una carnicería local. Recuerda que solo son para roer, no para comer.

Cuando tu perro mastica un hueso recreativo crudo, especialmente uno carnoso, con cartílago y tejido blando aún adherido, sus dientes obtienen el equivalente a un buen cepillado y uso de hilo dental, ya que se produce una abrasión mecánica sustancial durante el proceso de roer. Esto ayuda a destruir el sarro y reducir el riesgo de una enfermedad en las encías.

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Hay diferentes huesos para todo tipo de masticadores

Es imperativo empatar la dimensión del hueso o masticable con la personalidad, tamaño y salud de tu perro. Me atrevería a aseverar que Fred, el tema de la noticia anterior, se clasifica en al menos una de las siguientes categorías.

Devoradores: Si tu perro es propenso a engullir cada bocado que le proporcionas, deberás tener cuidado con el tamaño de cualquier hueso que le proporciones, porque existe la posibilidad de que trague el hueso entero. O podría intentar tragárselo entero, lo que puede resultar igual de desastroso.

El objetivo principal de un devorador no es roer o masticar el hueso, sino consumirlo lo más rápido posible. Por lo tanto, mi consejo de seguridad para los devoradores de todos los tamaños es ofrecer un hueso muy grande o no proporcionar ninguno. Ya sea que tu perro sea un labrador o yorkie, si le ofreces un hueso recreativo más grande que el tamaño de su cabeza, le será casi imposible devorarlo. Y algunos devoradores son malos candidatos para un hueso de cualquier tamaño.

Masticadores agresivos: Los masticadores agresivos quieren consumir el hueso entero, lo antes posible (por ejemplo, Fred). El problema que presentan muchos masticadores agresivos son los dientes fracturados. A los masticadores agresivos no se les deben dar huesos muy duros. Tampoco se les debe proporcionar huesos delgados que entren fácilmente en sus bocas, lo que les permitirá aplicar mucha fuerza en su mordida vertical. Si un masticador fuerte recibe aros pequeños y angostos de fémur o cuernos delgados, podría haber problemas.

Los masticadores agresivos son buenos candidatos para huesos astragálos grandes y crudos, que son mucho más ligeros que las astas y más suaves que los dientes. Los "huesos" 100 % comestibles hechos comercialmente (elaborados con ingredientes de grado humano) son otra buena opción para los masticadores agresivos. Algunos masticadores agresivos solo pueden tener acceso a huesos comestibles, porque no es seguro proporcionarles huesos recreativos (por ejemplo, Fred).

Como ya mencioné, es imperativo que supervises la masticación de tu perro con cuidado, porque un masticador agresivo con grandes mandíbulas puede reducir un hueso muy grande hasta el tamaño de una pelota de ping pong en poco tiempo. Una vez que un hueso es reducido a ese tamaño, es demasiado pequeño para ser seguro, por lo que es importante que vigiles a tu perro con cuidado. Cuando ha mordido tanto un hueso, es el momento de quitárselo.

Masticadores ligeros: Si tu perro es un masticador ligero al que simplemente le gusta sostener o roer un hueso, las astas son una buena opción. Puedes comprar astas de alce, reno o ciervo, pero, una vez más, no debes darle astas pequeñas a un perro grande debido a la posibilidad de una fractura dental. Proporcionarle astas pequeñas a perros pequeños y astas grandes a perros grandes es adecuado siempre y cuando sean masticadores ligeros.

Si tu perro es un masticador ligero debido a su edad, dientes sensibles o restauración dental, sería una buena idea elegir "huesos" aún más suaves. Los "huesos" 100 % comestibles disponibles comercialmente y hechos con ingredientes de grado humano son mucho más flexibles que los huesos esqueléticos reales de mamíferos.

¿Cuáles son los perros que no deberían consumir médula ósea?: Si tu perro tiene exceso de peso, requiere una alimentación baja en grasas, o padece pancreatitis o estómago sensible, la médula alta en grasa en los huesos crudos puede causarle problemas digestivos significativos. La médula también es una fuente sustancial de calorías, por lo que para las mascotas que tienen demasiado peso o que necesitan evitar los alimentos grasos, existe una opción baja en grasas. Extrae la médula del hueso y reemplázala con calabaza al 100 % enlatada y vuelve a congelar el hueso.

Recomendaciones adicionales para proporcionar huesos crudos

1. Cuando lleves huesos crudos a casa, guárdalos en el congelador y descongélalos uno por uno, antes de proporcionárselos a tu perro. No elijas huesos que estén cortados a lo largo, como los huesos de las patas. Los huesos cortados tienen más probabilidades de astillarse. No le proporciones huesos de cerdo o costillas, ya que tienen más probabilidades de astillarse que otros tipos.

2. Empata el tamaño del hueso con el tamaño de la cabeza de tu perro. Realmente no existe un hueso que sea demasiado grande, pero los huesos demasiado pequeños pueden ser un peligro de asfixia y también pueden causar un trauma oral significativo.

No le proporciones un hueso recreativo a un perro que probablemente intente tragárselo entero o morderlo en dos y comérselo en trozos enormes. Si tu mascota rompe grandes piezas de hueso crudo, retíralas antes de que pueda tragárselas.

Dale a tu perro un hueso para que lo mastique después de haberle proporcionado su comida completa. Los perros hambrientos (o los perros que rara vez se les ofrecen huesos) tienen más probabilidades de tragarse un hueso entero, o partirlo y tragar trozos grandes.

3. Los huesos comestibles (enteros o molidos) pueden ser una buena alternativa para masticadores agresivos, en vez de los huesos crudos recreativos. Elije huesos ligeros, como alas, y no las patas.

Si te preocupa que tu perro mastique huesos comestibles o que se los trague enteros, puedes tomar un extremo con unas pinzas o herramienta similar, lo que obligará a tu cachorro a masticar trozos pequeños. De igual manera, algunas personas utilizan un martillo para fracturar los huesos antes de proporcionarlos, lo que minimizará el riesgo de tragarlos enteros.

4. Los huesos crudos pueden causar un gran desastre conforme son roídos. Es por eso que muchas personas los ofrecen al aire libre o en una superficie que pueda limpiarse fácilmente con agua caliente y jabón.

De nuevo, siempre supervisa cuidadosamente a tu perro cuando esté royendo un hueso. No permitas que se lleve su premio a una esquina donde esté solo, sin supervisión. Debes tener la capacidad de reaccionar de inmediato en caso de que comience a ahogarse o si notas sangre en el hueso o alrededor de su boca.

Al supervisarlo con cuidado, también sabrás cuándo ha masticado la parte dura y frágil de un hueso astrágalo, que puede aumentar la posibilidad de astillas. Cuando haya roído demasiado el hueso, debes desecharlo. No permitas que tu perro lo mastique hasta convertirlo en un trozo pequeño que pueda tragar.

5. En hogares con varios perros, los perros deben ser separados antes de recibir huesos recreativos. Esta regla también se aplica a amigos casuales y mejores amigos caninos, porque los huesos recreativos pueden impulsar el instinto de protección de recursos incluso en el perro más tranquilo.

+ Fuentes y Referencias