Estos virus podrían ser incurables, pero no son una sentencia de muerte

virus incurables

Historia en Breve

  • Si tu gato fue diagnosticado con el virus de leucemia felina (FeLV) o el virus de inmunodeficiencia felina (FIV), no es una sentencia de muerte automática
  • Estos virus son muy diferentes, pero comparten ciertas similitudes; es decir, ambos son contagiosos, incurables y ocurren con mayor frecuencia en los gatos que deambulan al aire libre
  • El FeLV y FIV pueden causar un deterioro progresivo en la salud, o episodios recurrentes de enfermedad intercalados con períodos de salud relativamente normales. Además, estos virus comparten varios síntomas
  • No existe un tratamiento específico para ninguno de los dos; sin embargo, la detección temprana y el apoyo del sistema inmunológico de por vida puede ofrecerles a los gatos infectados una mejor oportunidad para disfrutar de una vida normal con una salud relativamente buena

Si tu familiar felino fue diagnosticado con FeLV (virus de leucemia felina) o FIV (virus de inmunodeficiencia felina), estoy segura de que fue devastador saber que tu gatito padece una enfermedad grave. Con suerte, tu veterinario te confirmó que, si bien el virus de tu gato es incurable, no representa una sentencia de muerte automática.

Aunque los gatos afectados pueden morir por cualquiera de las enfermedades, con un diagnóstico temprano, atención veterinaria y cuidados adecuados en el hogar, muchos pueden llevar vidas normales con una salud relativamente buena, así como buena calidad de vida.

Los virus que causan el FeLV y FIV son genéticamente muy diferentes, al igual que las proteínas que contienen, y también difieren en cómo causan las enfermedades. Sin embargo, comparten ciertas características:

  • Ambos virus pueden contagiarse de un gato a otro, y son incurables
  • Hay mayor probabilidad de que ambos ocurran en gatitos que deambulan al aire libre
  • Ninguno de los dos puede transmitirse a humanos o especies que no sean gatos

FeLV: virus de leucemia felina

Hay tres variedades de infección por FeLV: FeLV-A, FeLV-B y FeLV-C. Los gatitos pueden infectarse con uno, dos o los tres tipos. El FeLV-A ocurre en todos los gatos infectados con leucemia felina. El sistema inmunológico se compromete gravemente.

El FeLV-B ocurre en alrededor de la mitad de los gatos infectados con FeLV, y puede causar tumores y otros crecimientos anormales en los tejidos. El FeLV-C ocurre solo en alrededor del 1 % de los gatos infectados con FeLV y causa anemia severa.

Los gatos con mayor riesgo de infección son los que viven con gatos infectados, con un estado de infección desconocido, que deambulan al aire libre donde podrían ser mordidos por un gato infectado y gatitos nacidos de madres infectadas.

El virus FeLV se elimina por medio de los fluidos corporales, como la saliva, secreciones nasales, orina, heces y sangre. El virus se transmite a través del contacto directo, principalmente durante el aseo mutuo y el uso de cajas de arena compartidas, tazones de alimento y agua.

Además, el FeLV puede transmitirse de una madre a sus gatitos, ya sea en el útero o durante la lactancia; de igual manera, la enfermedad puede transmitirse a través de las mordidas y arañazos de un gato infectado. Se necesitan grandes cantidades de virus para infectar a un gato adulto, por lo que es necesario un contacto prolongado o una mordida para que ocurra la transmisión.

Etapas y síntomas del FeLV

La infección por FeLV tiene dos etapas de una infección. La etapa inicial se llama viremia primaria, y durante esta etapa algunos gatos pueden combatir el virus y detener la progresión de la infección a la segunda etapa, llamada viremia secundaria. Esta etapa se caracteriza por una infección persistente en la médula ósea y otros tejidos, y se considera irreversible.

Entre las dos y cuatro semanas después de la exposición al virus de leucemia felina, un gato responderá en una de las siguientes maneras:

  • Algunos gatitos no se infectarán debido a una exposición inadecuada o a una buena respuesta de su sistema inmunológico.
  • Otros desarrollarán una infección latente o regresiva, lo que significa que no eliminaron completamente el virus, pero su sistema inmunológico puede controlarlo. Por lo general, estos gatos no exhiben signos de infección ni trasmitirán el virus en su saliva u otros fluidos corporales.
  • Los gatitos cuyos cuerpos no producen una respuesta inmune adecuada se infectarán con FeLV de forma permanente. Estos gatos trasmitirán grandes cantidades del virus y comenzarán a desarrollar padecimientos relacionados con el FeLV en unos cuantos años. Esto ocurre con mayor frecuencia cuando la exposición sucede antes de que un gatito tenga 8 semanas de edad.

El FeLV es la causa más común de cáncer felino. También, puede causar diversos trastornos sanguíneos y mermar el sistema inmunológico, de manera que no puede defender el cuerpo de otras infecciones. Los patógenos comunes encontrados en el medio ambiente que no causan daño a los animales sanos pueden causar enfermedades graves en un gatito infectado con FeLV. Las infecciones secundarias son la causa de muchas de las enfermedades relacionadas con FeLV.

Al principio de la infección, muchos gatos no manifiestan signos de enfermedad. Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa, la salud de un gatito puede deteriorarse de forma gradual o presentar enfermedades recurrentes seguidas de períodos de salud relativamente buenos.

Los síntomas relacionados con el FeLV incluyen:

Pérdida de apetito

Inflamación de las encías (gingivitis) y boca (estomatitis)

Pérdida de peso, lenta y progresiva, seguida de un desgaste severo al final del proceso de enfermedad

Infecciones de la piel, urinarias, y del tracto respiratorio superior

Pelaje en mal estado

Diarrea persistente

Ganglios linfáticos agrandados

Convulsiones, cambios en el comportamiento y otros trastornos neurológicos

Fiebre persistente

Diversos padecimientos oculares

Encías pálidas y otras membranas mucosas

Abortos espontáneos en hembras preñadas y otros problemas reproductivos

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FIV: virus de inmunodeficiencia felina

El FIV se observa con mayor frecuencia en gatos machos y agresivos que deambulan al aire libre. Los gatitos de interiores son mucho menos propensos a infectarse. La edad promedio al momento del diagnóstico es de 5 años, y el riesgo de infección puede aumentar con la edad. No existe una predisposición genética para este padecimiento, aunque la genética puede estar involucrada en la progresión y gravedad de la enfermedad.

El FIV se transmite principalmente a través de heridas por mordidas. El contacto casual no parece propagar el virus, razón por la cual los gatitos amigables en hogares estables con múltiples gatos tienen poco riesgo de contraer el FIV. En ocasiones inusuales, una madre infectada puede transmitir el virus a sus gatitos, ya sea durante el paso a través del canal de parto o de la lactancia. El contacto sexual no se considera una vía importante de transmisión.

Un gato con una infección causada por FIV puede parecer normal durante años. Pero, eventualmente la enfermedad produce un estado de inmunodeficiencia que deja al gatito susceptible a otras infecciones. Esto significa que las bacterias, virus y hongos cotidianos que no generan problemas en los animales sanos pueden causar enfermedades graves en los gatitos con sistemas inmunológicos comprometidos. Las infecciones secundarias son responsables de muchas de las enfermedades relacionadas con el FIV.

Al inicio de una infección por FIV, los ganglios linfáticos de todo el cuerpo son afectados, lo que resulta en un agrandamiento temporal de los ganglios y, a menudo, fiebre. Con frecuencia, esta etapa de infección pasa desapercibida a menos que los ganglios linfáticos crezcan de forma notable.

Al igual que con el FeLV, el curso de la enfermedad de FIV puede causar un deterioro progresivo de la salud o episodios recurrentes de enfermedad intercalados con períodos de salud relativamente normales.

Los síntomas de inmunodeficiencia pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo de un gato, e incluyen:

Enfermedades leves recurrentes, que a menudo involucran al tracto respiratorio superior y gastrointestinal

Infecciones bacterianas o micóticas persistentes en los oídos y la piel

La inflamación de las encías se observa en el 25 % al 50 % de los casos

Fiebre y raquitismo, especialmente en las últimas etapas

La enfermedad del tracto respiratorio superior se observa en el 30 % de los casos

Cáncer, especialmente linfoma

Problemas oculares crónicos y glaucoma

Insuficiencia renal crónica

Diarrea persistente en el 10 % al 20 % de los casos

Pelaje en mal estado

Anomalías del sistema nervioso, incluyendo trastornos en los patrones de sueño normales, cambios de comportamiento (por ejemplo, caminar de un lado a otro y agresión), alteraciones en la visión y audición, trastornos que afectan a los nervios de las patas

Cómo diagnosticar las infecciones causadas por FeLV y FIV

Hay dos tipos de análisis sanguíneos para el FeLV que buscan un componente de proteína específico del virus. La prueba ELISA (ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas) detecta las etapas primaria y secundaria del FeLV, y puede realizarse en una clínica veterinaria.

La prueba IFA (ensayo de anticuerpos inmunofluorescentes indirectos) solo detecta la viremia secundaria, por lo que la mayoría de los gatitos que dan positivo estarán infectados de por vida. Esta prueba debe enviarse a un laboratorio de diagnóstico y, a menudo, se utiliza para confirmar una prueba ELISA positiva para FeLV.

Para verificar la presencia de anticuerpos FIV en la sangre de los gatitos infectados se usa una prueba de anticuerpos. Sin embargo, pueden producirse resultados falsos positivos, por lo cual lo recomendable es confirmar un resultado positivo de la prueba de anticuerpos por medio de un tipo diferente de prueba; por lo general, una prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR).

Las madres infectadas transferirán sus anticuerpos FIV a los gatitos lactantes, y esos bebés podrían dar positivo varios meses después de su nacimiento. Por fortuna, la mayoría no se infecta ni se infectará. Los gatitos menores de 6 meses que dan positivo deben volver a analizarse cada 60 días hasta que tengan al menos 6 meses de edad.

Opciones de tratamiento

No existe un tratamiento específico para los gatitos con FeLV o FIV; sin embargo, cualquier infección secundaria existente deberá solucionarse.

Los gatos que dan positivo a cualquiera de las enfermedades deben permanecer en el interior, lo que evitará la propagación del virus a otros gatos, mientras se reduce el riesgo de que el gatito esté expuesto a los patógenos que su sistema inmunológico no puede controlar. Estos gatitos no deben reproducirse ni tampoco deben ser vacunados.

Tu gato debe llevar una alimentación equilibrada, nutricionalmente completa y apropiada para su especie. Puede llevar una alimentación a base de alimentos crudos, a menos que tenga un recuento bajo de glóbulos blancos, en cuyo caso recomiendo alimentos frescos cocinados. También, puede llevar una alimentación a base de alimentos comerciales, estériles y sin procesar, que hayan sido pasteurizados a alta presión.

Los gatos con FeLV o FIV deben acudir con el veterinario al menos dos veces al año para revisar su salud ocular, de las encías, cutánea y de los ganglios linfáticos, así como para controlar su peso. En una de las dos visitas anuales, deben realizarse análisis de sangre y de orina.

Es extremadamente importante llevar un monitoreo cuidadoso y constante de la salud y comportamiento de tu gatito, para que puedas notificarle inmediatamente a tu veterinario cualquier cambio.

He podido mantener saludables a los pacientes con FeLV y FIV de manera exitosa, y en algunos casos, no han presentado síntomas, gracias a diversos métodos y suplementos naturales para apoyar el sistema inmunológico, por ejemplo:

Proceso estándar de apoyo para todo el cuerpo y sistema inmunológico felino

Hongos medicinales

Cúrcuma

Terapia por vía intravenosa (IV) con vitamina C

Ozonoterapia

Extracto de timo

Hierbas chinas

Nosodes homeopáticos para FeLV y FIV

Cómo hacer el pronóstico y la prevención

En todo momento, el objetivo debe ser identificar a los gatos con FeLV y FIV antes de que presenten síntomas y proporcionarles un apoyo para su sistema inmunológico de por vida. En estos casos, muchos de estos gatitos pueden llevar una vida completamente normal.

Por desgracia, la mayoría de los gatos que obtienen un diagnóstico positivo de leucemia, cuyos sistemas inmunológicos no son generalmente compatibles, presenta complicaciones de una enfermedad secundaria dentro de los 2 años posteriores a la infección.

Es muy probable que los gatos que adquieren una o más enfermedades graves relacionadas con el virus, con fiebre persistente y pérdida de peso, y los que padecen cáncer, tengan una esperanza de supervivencia mucho más corta.

La única fórmula infalible para mantener a tu gato a salvo de estos virus es evitar que se exponga. Obviamente, esto significa mantenerlo alejado de los gatos posiblemente infectados.

Si tienes un gato que no está infectado, no permitas que entre en contacto con gatitos que estén en riesgo o que no hayan sido analizados. Los gatos con FeLV positivo en casa deben separarse de los gatos que no padecen el virus. Los gatos con FIV positivo y negativo pueden vivir bajo el mismo techo siempre que no se peleen ni se muerdan.

No recomiendo administrar las vacunas contra FeLV o FIV, ya que a menudo son ineficaces y se han relacionado con el desarrollo de sarcomas asociados a vacunas en gatos.

+ Fuentes y Referencias