La vacuna para la influenza felina no funciona

gripe en gatos

Historia en Breve

  • En la actualidad, la influenza felina no existe, pero las "partes interesadas" están al pendiente de esta situación
  • La gripe porcina del 2009, junto con los casos aislados de los gatos que contraen gripe de otras especies, han resultado en vacunas contra la gripe para los felinos
  • La mayoría de las mascotas que contraen la gripe lo hacen en áreas donde interactúan de cerca con otros animales, como refugios e instalaciones de alojamiento
  • La mejor defensa contra la gripe es un mejor sistema inmunológico. No se recomiendan estas vacunas porque no previenen la infección, pueden desarrollar efectos secundarios y pueden comprometer el sistema inmunológico

Recientemente encontré un artículo en una revista veterinaria bajo el título de: “Fun with feline flu: Can cats get influenza?” y pensé que era un grave error. ¿A dónde se dirige esto? ¿Están buscando enfermedades que requieran nuevos medicamentos o vacunas? ¿Es otra solución en busca de un problema?

Entonces, ¿los gatos pueden tener gripe? Según el autor del artículo: “sí”. Pero, es como "algo así" y "depende".

La influenza felina no existe

Actualmente no existe la "influenza felina". Sin embargo, hace una década durante la gripe porcina (H1N1) del 2009, se infectaron algunos gatos domésticos y guepardos, quizás por el contacto con humanos infectados. Tanto los gatos como los guepardos desarrollaron síntomas leves, mientras que los guepardos sobrevivieron, algunos cuantos gatos fallecieron.

Desde ese momento, la influenza en animales domésticos ha sido monitoreada mucho más de cerca. Además, "A medida que la influenza canina continuó propagándose en los Estados Unidos, muchas personas comenzaron a optar por vacunar a sus mascotas para prevenir enfermedades".

La vacuna contra la gripe canina es una solución que estaba en búsqueda de un problema y lo encontró. Más información a continuación.

En un estudio del 2014, se infectó a 14 gatos en China deliberada y exitosamente con el virus de la influenza equina (H3N8), que había mutado y se había vuelto transmisible entre los perros. Todos los gatos mostraron signos clínicos, eliminaron el virus y lo transmitieron a otros animales. Según el artículo, aparentemente nada resultó de este experimento en términos de "mensajes públicos o veterinarios".

Después se encontró el virus H3N2 canino, una cepa mutada de la gripe aviar, considerada más virulenta en los perros y transmitida más fácilmente entre ellos que el H3N8. "Se desarrollaron e implementaron rápidamente las vacunas", según el artículo, pero "los gatos no forman parte de esta ecuación".

La vacuna contra la influenza felina es una solución en busca de un problema

Esta situación, según el artículo, se produjo en el 2016 cuando se confirmó la transmisión del virus de la gripe canina (H3N2) en gatos de un entorno de refugio. Un veterinario que trabajaba en un refugio diferente contrajo el virus de la gripe aviar H7N2, el cual fue rastreado a los gatos que, al parecer, lograron infectar a los humanos y a otros gatos.

Probablemente es posible adivinar la dirección que toma esta historia. A pesar de la inexistencia de la "influenza felina" y unos cuantos casos de gatos que contraen cepas de gripe de otras especies, actualmente existe una vacuna contra el H3N2 para los gatos, y otra en proceso.

Por fortuna, el artículo incluye la siguiente advertencia:

"Es importante considerar que las recomendaciones de vacunación deben hacerse con una evaluación de riesgo en lugar de basarse en declaraciones generales (como "todos los gatos deben ser vacunados"). Es importante comprender los mecanismos de transmisión de enfermedades infecciosas junto con el estilo de vida del paciente y el propietario para una recomendación precisa".

Propagación del virus de la gripe

Cambiamos el tema a los perros porque existen algunas investigaciones que recurren a la gripe canina. Sin embargo, la transmisión de un perro a otro es muy similar a la transmisión de un gato a otro, por lo que se recomienda sustituir "gato" por "perro" a continuación.

El virus de la influenza canina (CIV, por sus siglas en inglés) se transmite en los perros que viven o visitan entornos como refugios, perreras, guarderías, parques, instalaciones de aseo o veterinarias, tiendas de mascotas u otras competiciones. Los brotes suelen ser el resultado del contacto directo de perro a perro, así como el contacto con superficies contaminadas o la transmisión del virus a través de estornudos o tos.

En términos generales, el CIV se transmite por contacto cercano con un perro infectado, en un espacio reducido. Debido a que los perros infectados eliminan una menor cantidad del virus, el contacto casual no es una gran preocupación.

El CIV se relaciona con condiciones de hacinamiento como las que se encuentran en algunos refugios, perreras e instalaciones de carreras de perros. Es poco probable que la mayoría de los perros con familia contraigan el virus, pero incluso si uno lo hace, lo más probable es que su sistema inmunológico se recupere por completo sin la necesidad de intervención médica.

Es extraño que un perro sea hospitalizado por CIV. La enfermedad grave ocurre únicamente en cachorros, perros geriátricos o aquellos inmunodeprimidos, estresados o débiles.

Existe un mayor contagio durante el período de incubación de dos a cuatro días. Durante este corto período de tiempo, están infectados y eliminan el virus por medio de secreciones nasales, pero aún no muestran señales de la enfermedad. Casi el 100 % de los perros expuestos se infectan, mientras que la mayoría (80 %) desarrolla síntomas de gripe. Por fortuna, la tasa de mortalidad es baja (menos del 10 %). Todos los perros son susceptibles independientemente de la edad, sexo o raza.

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Síntomas

Los síntomas comunes duran de una a dos semanas e incluyen lo siguiente:

  • Tos paroxística (ataques de tos)
  • Laringitis
  • Tos o náuseas
  • Rinitis (congestión y secreción nasal)

En el estudio chino mencionado anteriormente que involucra a los gatos infectados deliberadamente con H3N8, los signos clínicos incluyeron los siguientes:

  • Secreción ocular y nasal
  • Tos, incluso severa con asfixia
  • Estornudos
  • Dificultad para respirar
  • Depresión

Opciones de Tratamiento

El enfoque tradicional para tratar la gripe canina, y esto también aplica a la gripe felina, incluye la administración a corto plazo de antibióticos y dosis antiinflamatorias de glucocorticoides para ayudar a aliviar la tos. Estos medicamentos no curan la infección ni acortan la duración de la enfermedad, y puesto que tienen efectos secundarios, no se recomiendan.

Otras terapias pueden incluir antitusivos (hidrocodona, butorfanol) siempre que no exista una infección bacteriana, y la administración de antibacterianos en aerosol o nebulizador en pacientes con infecciones bacterianas secundarias. También se recomienda utilizar aceites de eucalipto de alta calidad.

Los virus de las vías respiratorias superiores en los gatos, que incluyen influenza, generalmente siguen su curso en cuestión de semanas. Uno de los síntomas en los felinos es la pérdida de apetito. La congestión nasal, la inflamación de las membranas mucosas y de los senos paranasales pueden evitar que capten el aroma de los alimentos, lo que elimina el incentivo para comer.

La anorexia puede provocar rápidamente una afección muy peligrosa conocida como lipidosis hepática felina, por lo que la pérdida de apetito es un síntoma que debe tratarse. Es necesario calentar la comida para resaltar el aroma. Se recomienda consultar a un veterinario si el gato se niega a comer durante uno o dos días.

Los cuidados complementarios son el tratamiento habitual para los gatos con virus de las vías respiratorias superiores. Esto incluye líquidos, estimulantes del apetito, homeopáticos y nutraceu­tico­s para ayudar al sistema inmunológico a combatir el virus. Regularmente utilizo nosodes homeopáticos, hongos y hierbas medicinales que estimulan el sistema inmunológico, incluyendo hojas de olivo, uña de gato, Pau D'arco y cúrcuma, así como lisina, terapia de ozono y, en casos graves, terapia con vitamina C por vía intravenosa.

Contradicciones de las vacunas contra la gripe

Las vacunas contra la gripe no previenen la infección. La vacuna puede reducir la eliminación del virus una vez que la infección está presente y puede disminuir la gravedad de los síntomas y su duración, pero no evita que la mascota la contraiga.

Demasiadas vacunas, en particular las vacunas opcionales como estas, pueden comprometer el sistema inmunológico y afectar la capacidad de eliminar a los patógenos de manera natural. Además, las vacunas opcionales han demostrado ser menos seguras en términos de efectos secundarios.

Cómo evitar la gripe

Si tu mascota está expuesta al virus de la influenza, siempre y cuando su sistema inmunológico se encuentre sano, no mostrará síntomas o se recuperará rápidamente sin necesidad de atención médica. Para optimizar el sistema inmunológico para luchar contra la gripe se recomienda lo siguiente:

  • Ofrecer alimentos frescos, nutricionalmente equilibrados y apropiados para la especie
  • Evitar las vacunas innecesarias, el uso excesivo de medicamentos veterinarios y de químicos para prevenir parásitos y plagas
  • Reducir las toxinas ambientales a las que está expuesta tu mascota, lo que a su vez reducirá la carga tóxica y el estrés biológico
  • Consultar a un veterinario sobre los estimuladores inmunológicos naturales como la cúrcuma, el orégano, el ajo fresco, las hierbas y los aceites esenciales para combatir los virus

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