¿Pueden los gatos reconocer su nombre?

gato reconoce su nombre

Historia en Breve

  • Es evidente que los perros reconocen y responden a sus nombres, pero eso no siempre ocurre con los gatos
  • Investigadores en Tokio realizaron un estudio para determinar si los gatos podían distinguir sus nombres y los nombres de otros gatos
  • Con base en sus respuestas, quedó claro que los gatos reconocen y responden (aunque sea sutilmente) a sus propios nombres
  • Los perros tienen una ventaja de 20 000 años de domesticación sobre los gatos, por lo que es posible que los felinos continúen su evolución social a lo largo del tiempo

Como dueño de una mascota, probablemente ya has notado la diferencia entre cómo los perros responden a sus nombres en comparación a los gatos.

Salvo que tu perro se concentre en algo más interesante, por lo general, hará todo lo posible por responder a tu llamado porque podría haber comida, algún premio, paseo o tal vez un poco de tiempo de juego con su humano favorito.

Lo más probable es que al decir el nombre de un gato, obtengas una respuesta muy diferente o ninguna respuesta. Entonces ¿los gatos no reconocen su nombre o simplemente lo ignoran?

Los gatos son 'auto-domesticados'

En fechas recientes, un pequeño equipo de científicos universitarios en Tokio se propuso estudiar la capacidad de los gatos para comprender las voces humanas de forma similar a los perros, loros, delfines y simios, ya que estos son capaces de comprender ciertas palabras.

Sin embargo, en comparación con esas especies tan sociales, "los gatos no son tan sociables", explica el autor principal del estudio, Atsuko Saito, Ph.D., Psicólogo de la Universidad Sophia de Tokio. "Los gatos interactúan con nosotros cuando quieren”.

Resulta curioso que, al aprender más sobre los comportamientos sociales de los gatos, podría ayudarle a los investigadores a aprender más sobre cómo los humanos se volvieron entes sociales. Según ScienceDaily:

"Tanto los humanos como los gatos han evolucionado a través del proceso de auto-domesticación, donde la población recompensa ciertos rasgos que se vuelven cada vez más comunes en las generaciones futuras".

Las investigaciones anteriores con gatos han revelado que pueden identificar los gestos humanos para encontrar alimentos ocultos, reconocer la voz de los humanos y pedir comida cuando una persona los observa y dice su nombre. Según Saito, estos tres comportamientos sugieren que los gatos pueden identificar su nombre.

"Creo que muchos dueños de gatos sienten que sus mascotas conocen su nombre", Saito le explico a la revista ScienceNews, pero hasta ahora, no existía evidencia científica que respaldara dicha información.

Los gatos parecen saber su nombre

En el estudio, publicado recientemente en la revista Scientific Reports, participaron 77 gatos de hogares y de cafés para gatos (generalmente, cafeterías donde los clientes pueden interactuar con los gatos que viven allí), y se realizaron cuatro experimentos durante un período de tres años.

Los gatos tenían entre 6 meses y 17 años de edad, de ambos sexos, razas mixtas, esterilizados o castrados, y todos menos uno eran gatos domesticados.

Los investigadores grabaron sus propias voces y las voces de los dueños de los gatos que decían cinco palabras: las primeras cuatro eran palabras que sonaban similares al nombre de cada gato, mientras que la quinta era su nombre.

Los investigadores también evaluaron si los gatos podían distinguir la diferencia entre sus nombres y los de otros gatos con los que vivían.

El comportamiento que los investigadores buscaban en los gatos para indicar que reconocían sus nombres era: no responder al escuchar las primeras cuatro palabras, y el movimiento de la cabeza o las orejas (o raramente, mover la cola o el cuerpo al vocalizar) al escuchar sus nombres.

Los investigadores observaron que los gatos que tenían respuestas débiles a palabras que sonaban similares o los nombres de otros gatos con los que vivían eran más propensos a mostrar una respuesta fuerte a sus propios nombres, incluso cuando los expresaba un extraño.

En comparación con los gatos de cafeterías, los gatos domesticados demostraron mayor probabilidad de distinguir entre sus propios nombres y los nombres de los otros gatos; mientras que los gatos de cafeterías casi siempre reaccionaban a sus propios nombres y a los de los otros gatos. Dado que los nombres de los gatos de cafeterías a menudo son llamados al mismo tiempo, los investigadores especularon que puede ser más difícil para ellos relacionarse con sus propios nombres en dichos entornos.

Según Saito, los gatos que no respondieron a sus nombres aún tienen la capacidad de reconocerlos.

"La falta de respuesta puede deberse a su bajo nivel de motivación para interactuar con los humanos, o su sensación en el momento del experimento", explicó.

El consejo de Saito para las personas que desean comunicarse más con sus mascotas es "interactúa con tu gato cuando demuestre que quiere interactuar contigo".

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Evolución social de los gatos

Saito señala que, a diferencia de los gatos, los perros "nacen para responder a sus nombres". Esto se debe a que desde hace mucho tiempo, los humanos hemos criado a los perros para que sean obedientes y receptivos en sus interacciones con nosotros. Por otro lado, los gatos son semi-domesticados. Se encuentran alrededor de 20 000 años retrasados con respecto a la evolución de los perros.

Los perros también tienen otras ventajas en este ámbito. Son una especie social, mientras que los felinos son independientes ya que prefieren pasar gran parte de su tiempo solos. Además, una de las primeras cosas que se les enseña a los perros es su nombre, mientras que entrenar y socializar a los perros es más fácil porque, a diferencia de la mayoría de los gatos, son motivados por los premios.

No fue hace tanto que la mayoría de los gatos pasaban la mayor parte del tiempo al aire libre. Ahora que cada vez más miembros de la familia felina viven en interiores y pasan sus días en contacto cercano con las personas, es posible que evolucione su capacidad de interpretar y responder a nuestras señales verbales y físicas.

"La evolución social es un proceso continuo", explica Saito, mientras que los gatos continúan su evolución.

Es decir, cuando llamas a tu gato por un nombre y no recibes una respuesta, es porque te escuchó y decidió ignorarte. Aunque, en algún momento te hará caso, como siempre lo hace, pero bajo sus términos y no en los tuyos.

Para aquellas personas que no estén familiarizadas con el concepto, ¡así es un gato cuando responde a su nombre!

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