Algunas de las decisiones más difíciles implican el tratamiento y la atención continua de una mascota gravemente enferma o discapacitada.
La medicina veterinaria está evolucionando en términos de nuevos tratamientos, pero el hecho de que exista un tratamiento disponible no significa que sea adecuado para cada situación. De hecho, en algunas situaciones, rechazar el tratamiento es la mejor decisión que se puede tomar para la calidad de vida de tu mascota.
Hacer las preguntas correctas
Es muy difícil recibir la noticia de que una mascota está gravemente enferma o lesionada, pero es importante mantener la calma para poder formular las preguntas correctas a un veterinario.
Como mínimo, es importante saber qué le sucede a tu mascota, así como el alcance de la enfermedad o lesión, las opciones de tratamiento disponibles, los costos relacionados, y las ventajas o desventajas de cada tipo de tratamiento.
Con esta información, se recomienda reflexionar por unos días y escribir cualquier pregunta o inquietud que surja. También es un buen momento para considerar una segunda opinión con un especialista como un cardiólogo, oncólogo o cirujano veterinario, dependiendo de cada situación.
Preguntas importantes sobre las opciones de tratamiento para tu mascota:
- ¿Cuál es la mejor opción para mi mascota? Esto es para asegurarse de que son los intereses de tu mascota y no los tuyos los que siguen siendo tu enfoque principal.
- ¿Qué tan difícil será el tratamiento? Si a tu gato le estresan los traslados en automóvil y las visitas al veterinario, un tratamiento que involucre ambos aumentará su incomodidad y ansiedad.
- ¿Las pruebas y tratamientos cambiarán el resultado? Por desgracia, "hacer todo lo posible" en términos de diagnóstico y tratamiento no ofrece ningún beneficio más allá de ayudar a las personas a sentir que lo intentaron.
- ¿Este tratamiento le ofrecerá una mejor calidad de vida? Esta es la consideración más importante.
- ¿Cuáles son mis posibilidades económicas y disponibilidad?
Planificar el futuro
Prepararse es fundamental. Se recomienda establecer límites de tratamiento antes de encontrarse en una situación en la que las emociones puedan propiciar una decisión incorrecta. Algunas de estas situaciones son extremadamente difíciles de considerar, pero siempre es mejor hacerlo con la mente despejada.
Aspectos importantes:
1. ¿Cómo pagaré el tratamiento de mi mascota? Es posible encontrar información sobre el seguro de salud de las mascotas, así como otras opciones de pago y consejos de atención preventiva.
2. ¿Cuál es el límite del tratamiento? En términos generales, no tiene mucho sentido someter a una mascota mayor a un tratamiento (como una amputación, cirugía de espalda o extracción de un órgano importante) que no mejorará e incluso puede restarle valor a su calidad de vida.
3. ¿Cuántos procedimientos invasivos permitiré? Establece un "nivel de tolerancia de invasividad" basado en tus propios sentimientos y creencias (tu voz interior). Por ejemplo, un ultrasonido es una imagen tridimensional tomada con un dispositivo externo que no es invasivo, pero puede ser estresante para tu mascota.
Mientras que la cirugía exploratoria, es la definición de invasiva. Ya que se aplica anestesia general, para abrir y explorar los órganos internos. Si no estás dispuesto a una cirugía, pero si a un ultrasonido, escríbelo para saber cómo te sientes sobre los procedimientos invasivos.
4. ¿Hasta dónde dejaré que presionen a mi mascota? Esto implica evaluar el nivel de tolerancia al estrés individual de tu mascota. Si es necesario llevar a un gato mayor a una clínica con docenas de perros ladrando, luces brillantes, olores extraños y personas extrañas, puede ser muy estresante para él. En tal caso, puedes decidir no someterla a ciertos procedimientos, incluso si están justificados porque sabes que es probable que tenga una crisis emocional causada por el estrés de la situación.
Identifica el umbral de estrés de tu mascota y toma una decisión anticipada antes de llegar al límite.
5. ¿Cómo me siento acerca de la reanimación y otras situaciones terminales? Si tu mascota cae en coma en un hospital para animales, ¿te gustaría que el personal realice RCP o lo deje morir? Si quieres que tu mascota se salve, ¿podrías manejar a una mascota gravemente enferma con soporte vital?
6. ¿Cómo me siento acerca de la eutanasia? Ordena tus pensamientos y sentimientos sobre la eutanasia. Considera si concuerda con tus principios. Si debo sacrificar a mi mascota, ¿me gustaría hacerlo en casa? ¿Qué miembros de la familia estarían involucrados? ¿Qué tal mis hijos y otras mascotas?
7. ¿Cómo quieres que se manejen sus restos? ¿Quieres enterrarla en casa? ¿Quieres que la incineren y te devuelvan las cenizas? ¿O preferirías dejar los restos en la clínica? Reflexiona esta situación antes de que llegue el momento. Solo tú sabes qué es lo mejor para tu mascota y para tu familia.
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Cuídate mientras cuidas a tu mascota
Compartir tu vida con una mascota trae mucha alegría y amor incondicional, pero cuando tu mascota se enferma, cuidarla puede afectar tu salud mental. Los investigadores evaluaron lo que llamaron "responsabilidad del cuidador" en 238 dueños. Es bien sabido que las personas que cuidan a otras personas que se enfrentan a una enfermedad crónica o terminal experimentan niveles elevados de estrés, depresión y ansiedad, por lo que los investigadores se propusieron a determinar si esto sucedía en el caso de las personas que cuidan mascotas.
La respuesta es sí. Los dueños de las mascotas que padecen enfermedades crónicas o terminales mostraron una mayor responsabilidad, estrés y síntomas de depresión y ansiedad, así como una peor calidad de vida, en comparación con los dueños de mascotas sanas. A su vez, la sensación de una mayor responsabilidad se relacionó con un menor funcionamiento psicosocial.
Es importante recordar que no es posible cuidar a una mascota salvo que te cuides tú primero. Practica el cuidado personal, desde comer bien hasta dormir lo suficiente, y busca apoyo cuando lo necesites.
Para muchos, el costo emocional es la parte más difícil de cuidar a una mascota enferma, por lo que es importante expresar tus pensamientos y sentimientos. No necesitas reprimir tus emociones, ya que es válido todo lo que sientes, ya sea fracaso, frustración, insuficiencia o culpa, y es posible superarlos al compartir tus pensamientos, por medio de un diario, con un amigo o en un grupo de apoyo. La Asociación Internacional de Hospicio Animal y Cuidados Paliativos (IAAHPC, por sus siglas en inglés) declara lo siguiente:
"Se recomienda que compartas tus pensamientos con personas afines en tu comunidad y que han experimentado situaciones similares. También es posible buscar grupos de apoyo en los refugios de animales locales, la asociación veterinaria y las funerarias de mascotas. Los programas de hospicio en tu comunidad ofrecen servicios de duelo (platica con ellos para conocer sus opiniones sobre el hospicio para mascotas)”.
Además, si te sientes abrumado con la enfermedad de tu mascota, consulta a un veterinario y considera que no tienes que cargar con la responsabilidad tú solo. Si necesitas un momento para reagruparte, pídele a un amigo o familiar que cuide de tu mascota para que puedas concentrarte en aliviar el estrés.
“Pensar con claridad afecta directamente la efectividad del cuidado de tu mascota”, señala la IAAHPC. "Puede ser importante alejarse un poco para tu bienestar".
A pesar del estrés y la incertidumbre, puede ser un gran consuelo estar presente cuando más te necesita. Si te sientes ansioso o abrumado, es mejor sentarte y estar con tu mascota. Respira profundamente, practica la atención plena o meditación, y probablemente tu mascota se calmará.