En el año 2016, un equipo de investigadores en el Reino Unido de la Facultad de Medicina y Ciencia Veterinaria de la Universidad de Nottingham reveló que la fertilidad de los perros había disminuido drásticamente en los últimos 35 años. Los hallazgos del estudio, publicados en la revista Scientific Reports, mostraron que la calidad del esperma en perros machos adultos intactos ha disminuido significativamente durante un período de 26 años.
Los investigadores descubrieron altos niveles de químicos disruptores hormonales en los testículos y espermatozoides de los perros, los mismos químicos que también se encuentran en algunos alimentos comerciales, que podrían causar un efecto nocivo en su función.
Los científicos sospecharon que la presencia de estos químicos puede desempeñar un papel en el deterioro significativo de la calidad del esperma humano. Según el investigador principal, el Dr. Richard Lea:
"Esta es la primera vez que se reporta tal deterioro en la fertilidad masculina del perro y creemos que esto se debe a contaminantes ambientales, algunos de los cuales hemos detectado en el alimento para perros, así como en los espermatozoides y testículos de los mismos animales".
"Aunque se necesita más investigación para demostrar de manera concluyente el vínculo, un perro puede ser un centinela para los humanos: comparte el mismo entorno, exhibe el mismo rango de enfermedades, muchas con la misma frecuencia y responde de manera similar a las terapias".
Ahora, un segundo estudio realizado por el mismo equipo de expertos y publicado en marzo, sugiere que, de hecho, los contaminantes ambientales que se encuentran en el hogar y la alimentación tienen los mismos efectos adversos sobre la fertilidad de los hombres y de los perros machos.
Un estudio analizó dos contaminantes ambientales comunes
En el estudio más reciente, los investigadores probaron los efectos de dos productos químicos artificiales. El primero fue DEHP, una sustancia que hace que los plásticos sean flexibles y se utiliza en una variedad de productos de consumo, como alfombras, pisos, tapicería, ropa, cables y juguetes.
El segundo fue el bifenilo policlorado químico industrial (PCB153), utilizado en plastificantes, recubrimientos superficiales y pinturas. El PCB153 se ha prohibido en todo el mundo, pero aún está presente en el medio ambiente, incluso en los alimentos. Ambos productos químicos se han encontrado en alimentos comerciales para perros.
El equipo de investigación realizó experimentos idénticos con el esperma de hombres donantes (9 muestras) y perros machos intactos (11 muestras) que viven en la misma región del Reino Unido. Para imitar la cantidad de productos químicos que se encontrarían de forma natural en un entorno hogareño, los científicos incubaron las muestras en un laboratorio junto con el DEHP y el PCB153 a concentraciones previamente detectadas en los espermatozoides de los perros que se someten a evaluaciones reproductivas de rutina.
Los resultados confirmaron los efectos dañinos de la exposición en el esperma humano y canino
Los resultados de la investigación demostraron que ambos productos químicos estaban presentes en niveles típicos de exposición ambiental y tenían los mismos efectos dañinos en los espermatozoides humanos y caninos. De acuerdo con Lea:
"Este nuevo estudio respalda nuestra teoría de que el perro doméstico es un 'centinela' o espejo para el declive reproductivo de los humanos y nuestros hallazgos sugieren que los productos químicos hechos por el hombre que se han utilizado ampliamente en el hogar y en el entorno laboral pueden ser responsables de la mala calidad del esperma, tanto en hombres como en perros que comparten el mismo ambiente.
Nuestro estudio anterior en perros demostró que los contaminantes químicos encontrados en el esperma de los perros adultos y en algunos alimentos para mascotas, tenían un efecto perjudicial sobre la función del esperma en las concentraciones encontradas previamente en el tracto reproductor masculino.
Este nuevo estudio es el primero en probar el efecto de dos contaminantes ambientales conocidos, DEHP y PCB153, en espermatozoides In vitro [en laboratorio], tanto en perros como en humanos, en las mismas concentraciones que se encuentran In vivo [en un organismo vivo]".
Tanto en los perros como en los hombres, el efecto de la exposición a los dos contaminantes ambientales fue una menor motilidad de los espermatozoides y mayor fragmentación del ADN (la separación o ruptura de las cadenas de ADN en partes).
Según la coautora del estudio, la Dra. Rebecca Sumner:
"Sabemos que cuando la motilidad del esperma humano es deficiente, la fragmentación del ADN aumenta, y que la infertilidad masculina humana está relacionada con los mayores niveles de daño del ADN en el esperma. Ahora, creemos que esto también puede pasar en los perros porque viven en el mismo entorno doméstico y están expuestos a los mismos contaminantes del hogar".
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El efecto de estos químicos en la fertilidad femenina
Según el investigador principal Lea, el seguimiento natural de estos estudios es observar cómo los mismos productos químicos afectan a las mujeres, así como los productos químicos del lugar donde vivimos afectan el esperma y su calidad.
El DEHP y PCB153 son contaminantes que se utilizan principalmente en las industrias occidentales, y dado que otros estudios indican que no ocurre un deterioro del esperma en Asia, África o América del Sur, este podría ser un problema que predomina en el occidente.
Aunque también otros factores como la contaminación del aire y la obesidad pueden desempeñar un papel en el deterioro de los espermatozoides, el hecho de que los espermatozoides de los perros y humanos se vean afectados de la misma manera por el DEHP y el PCB163 reitera la idea de que las sustancias artificiales pueden alterar al sistema natural de mensajeros químicos que controlan las hormonas.
La motilidad de los espermatozoides de los perros disminuyó en un 35 % en 26 años
Los perros involucrados durante el estudio de 26 años (1988-2014) que mencioné anteriormente eran perros machos intactos de asistencia. Representaron cinco razas, incluido el labrador retriever, golden retriever, retriever de pelo rizado, border collie y pastor alemán. Se estudiaron entre 42 y 97 perros al año.
Todas las muestras de semen fueron procesadas y analizadas por el mismo laboratorio que utilizó los mismos protocolos. Los espermatozoides se evaluaron para determinar los patrones normales de avance y de apariencia normal bajo un microscopio.
Durante el estudio de 26 años, los investigadores notaron un número significativamente menor de espermatozoides normales, con una motilidad casi 35 % más baja en general.
Durante un período de 10 años, de 1988 a 1998, la motilidad de los espermatozoides disminuyó en un 2.5 % por año. De 2002 a 2014, y después de que los perros con menor fertilidad fueron retirados del estudio, el deterioro se midió a una tasa de 1.2 % por año.
El lento deterioro en los últimos años del estudio también podría ser el resultado de regulaciones más estrictas sobre el uso de ciertos químicos que alteran las hormonas.
Otra irregularidad que descubrieron los investigadores fue que la descendencia masculina de perros con menor calidad de esperma demostró una mayor tendencia hacia la criptorquidia, una afección en la cual los testículos no descienden de forma normal al escroto. Además, notaron un menor número de cachorros machos versus hembras
Las sustancias químicas que se encuentran en el esperma de los perros también están en los alimentos comerciales
Se descubrió que los espermatozoides y testículos de los perros del estudio, contenían contaminantes ambientales en niveles tan altos que podrían interferir en la motilidad y viabilidad. Los mismos productos químicos también se encontraron en una variedad de alimentos comerciales para perros, incluidas las fórmulas enlatadas, croquetas y alimento para cachorros.
De acuerdo con el estudio:
“Se detectaron químicos ambientales [ECs], incluido el dietilhexil ftalato (DEHP) y el bisfenol policlorado 153 (PCB153), en testículos de perros adultos y en alimentos comerciales para perros en concentraciones reportadas que alteran la función reproductiva en otras especies.
Las concentraciones testiculares de DEHP y PCB153 alteraron la viabilidad y motilidad de los espermatozoides, así como la integridad del ADN In vitro, pero no afectaron la secreción de testosterona estimulada por LH de los explantes de testículos adultos.
Por lo tanto, los efectos directos de los productos químicos sobre los espermatozoides pueden contribuir al deterioro en la calidad del semen canino, que es paralela a la reportada en los humanos".
Estos productos químicos se filtran en los alimentos comerciales para mascotas a partir del empaquetado y contaminación de plantas y ganado.
Cómo limpiar el cuerpo de tu perro de contaminantes químicos
Los productos químicos discutidos anteriormente entre otros, son penetrantes no solo en los hogares, sino también en las plantas, la vida marina y también en los animales comestibles. Si te preocupan los contaminantes en los alimentos comerciales para mascotas, mi consejo es que hagas comidas nutricionalmente equilibradas y apropiadas para su especie y utilices tantos ingredientes orgánicos frescos como puedas pagar.
Una alternativa sería comprar alimentos orgánicos disponibles en el mercado, aptos para consumo humano, frescos, deshidratados o liofilizados para mascotas.
Hoy en día, es muy difícil evitar todas las toxinas ambientales y hay muchas formas diferentes en que nuestras mascotas están expuestas. Si te preguntas si tu propio perro lleva una carga de toxinas, por desgracia no hay duda al respecto. La verdad es que prácticamente todas las mascotas tienen cantidades cuantificables de productos químicos en su cuerpo.
Por eso recomiendo la desintoxicación periódica según sea el nivel de exposición a toxinas de tu perro.