La proteína inaceptable que se oculta hasta en un 20 % de los alimentos para mascotas

soya en los alimentos procesados para mascotas

Historia en Breve

  • Poco a poco la soya está desapareciendo de las marcas de alimentos para mascotas en respuesta a las preocupaciones de los dueños sobre su idoneidad para perros y gatos
  • En los Estados Unidos, la mayoría de la soya cultivada es transgénica, por lo que además de los niveles potencialmente tóxicos de glifosato, las plantas también contienen niveles naturalmente altos de antinutrientes y fitoestrógenos
  • La soya cruda y madura contiene fitatos que podrían impedir la absorción de minerales, al igual que sustancias que bloquean las enzimas que son necesarias para digerir las proteínas
  • En los perros y gatos, la soya se ha relacionado con gases estomacales y distensión abdominal, cálculos en la vejiga, fluctuaciones de azúcar en la sangre, convulsiones y daño tiroideo
  • En general, los posibles riesgos relacionados con proporcionar soya a los peludos miembros de la familia son inaceptablemente elevados

La soya, que alguna vez fue un ingrediente principal en muchas marcas de alimentos para mascotas, ahora se encuentra en menos del 13 % de los alimentos para perros y en el 20 % de los alimentos para gatos.

Este es un ingrediente muy popular entre los productores de alimentos ultraprocesados para mascotas porque es de bajo costo y fácil de conseguir. En parte, su suministro constante se debe a décadas de ingeniería genética para mejorar su rendimiento. En los Estados Unidos, la gran mayoría de la soya cosechada se fumiga con el herbicida Roundup (glifosato), que podría ingresar en la cadena alimentaria de las mascotas.

De igual manera, la soya es más rica en proteínas que muchas otras plantas utilizadas en alimentos comerciales para mascotas, y aunque es un tipo de proteína biológicamente inapropiada para perros y gatos, los fabricantes de alimentos para mascotas pueden incluirla en sus porcentajes de proteína cruda en el análisis garantizado que está impreso en las etiquetas de alimentos para mascotas.

Soya procesada en fábrica versus soya fermentada

Los estrógenos vegetales, también llamados fitoestrógenos, pueden producir efectos biológicos en los humanos. En el caso de la proteína de soya, el más común de estos compuestos son las isoflavonas.

Los métodos de procesamiento podrían influir en el nivel de los fitoestrógenos de la soya. La fermentación tradicional podría disminuir drásticamente los niveles de isoflavonas; sin embargo, no ocurre lo mismo cuando se procesa en fábrica.

En los Estados Unidos, las variedades de soya son manipuladas para ser resistentes a las plagas (la soya tiene algunas de las concentraciones más altas de pesticidas, en comparación con cualquier otro cultivo), con el resultado de que contienen niveles más altos de isoflavonas que la soya cultivada en Japón o China.

La soya cruda y madura no solo contiene fitoestrógenos, sino también fitatos que podrían evitar la absorción de minerales, al igual que sustancias que pueden bloquear las enzimas necesarias para digerir las proteínas. Asimismo, la soya contiene otros antinutrientes (toxinas naturales), por ejemplo:

  • Antígenos en forma de proteínas sin desnaturalizar, que podrían crear reacciones alérgicas graves tanto en animales como en personas
  • Inhibidores de la tripsina, que pueden dificultar la acción de las enzimas proteolíticas en el tracto gastrointestinal (GI), al disminuir la digestibilidad de las proteínas
  • Oligosacáridos, que son azúcares indigeribles que pueden causar flatulencias y diarrea
  • Ácido fítico, que puede interferir en el uso de los minerales vitales como calcio, magnesio, hierro y zinc en el cuerpo

En los platillos orientales tradicionales, la soya se fermenta durante largos períodos (18 meses en promedio) por medio de mohos, cultivos u otras sustancias que pueden alterar radicalmente su bioquímica. La transformación que ocurre a través de la fermentación podría disminuir el impacto de los antinutrientes mientras ocasiona que los aminoácidos de la soya se vuelvan disponibles para el cuerpo.

A diferencia de la soya fermentada, la soya procesada en fábrica comienza con harina de proteína de soya sin grasa, en vez de la soya entera. Los alimentos se producen por medio de un proceso de trituración. Los granos crudos se trituran hasta quedar en forma de hojuelas finas. Luego, estos se mezclan con un solvente de hexano a base de petróleo para extraer el aceite de soya. Los desperdicios en hojuelas se tuestan y trituran para obtener polvo o harina de soya, que termina como alimento para animales. El aceite de soya se limpia, blanquea, desgoma y desodoriza.

La salsa de soya "elaborada de forma natural" consiste en harina de proteína de soya procesada que se ha mezclado con esporas de moho y se ha "envejecido" a altas temperaturas durante 3 a 6 meses.

La salsa de soya regular, sin fermentar, puede producirse en dos días. La harina de soya se mezcla con ácido clorhídrico a altas temperaturas, bajo presión, y el resultado es la proteína vegetal hidrolizada.

Se utilizan diversos conservadores y aditivos para mejorar el sabor y color. Este método emplea el uso de la enzima glutaminasa, que a su vez produce grandes cantidades de "g" (glutamato) en MSG.

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Cómo reconocer la soya oculta en los alimentos para mascotas

La soya y los productos relacionados pueden encontrarse en diversas fórmulas de alimentos para mascotas que son ultraprocesadas, deshidratadas, semihúmedas y húmedas, así como en fórmulas veterinarias y alimento de prescripción. Ya que las proteínas vegetales son más económicas que las proteínas de carne, los fabricantes de alimentos para mascotas las utilizan para incrementar sus márgenes de ganancia.

Es posible que la etiqueta del ingrediente ni siquiera indique soya, ya que comúnmente se enlista como caldo vegetal, proteína vegetal texturizada o TVP, y tal vez con otras denominaciones. Los expertos en nutrición para mascotas coinciden en que la soya no es una buena fuente alimenticia para los perros o gatos. Se considera una proteína incompleta de baja calidad muy conocida por crear alergias alimenticias y posiblemente sea mucho más perjudicial para las mascotas.

Según indican Sally Fallon y Mary G. Enig, PhD, autoras de Cinderella's Dark Side:

"La soya contiene grandes cantidades de toxinas naturales o "antinutrientes". Las primeras son potentes inhibidores de enzimas que pueden bloquear la acción de la tripsina y de otras enzimas necesarias para digerir las proteínas. Estos inhibidores son proteínas grandes, muy plegadas, que no se desactivan por completo durante un proceso de cocción ordinario. Pueden producir problemas gástricos graves, disminuir la digestión proteica y causar deficiencias crónicas en la absorción de aminoácidos.

En los animales de pruebas, los tipos de alimentación que tienen alto contenido en inhibidores de tripsina pueden causar agrandamiento y padecimientos patológicos en el páncreas, incluyendo al cáncer. Asimismo, la soya contiene hemaglutinina, una sustancia promotora de coágulos que promueve la agrupación de los glóbulos rojos. Los inhibidores de la tripsina y la hemaglutinina pueden inhibir el desarrollo".

La soya y sus efectos en los perros y gatos

Un estudio realizado en el año 2004 analizó la cantidad de fitoestrógenos en dos docenas de alimentos comerciales para perros. Los resultados revelaron que todos los alimentos con ingredientes de soya tenían concentraciones de fitoestrógenos lo suficientemente elevadas para generar algún efecto biológico en las mascotas.

La soya se ha relacionado con flatulencias y distensión abdominal en los perros. Tiene un alto contenido de purinas, por lo que es una fuente de proteínas completamente inapropiada para los perros que forman urato (incluyendo a los dálmatas). De igual manera, tiene alto contenido de silicatos y promueve la formación de cálculos de sílice. La acción de los carbohidratos de la soya puede elevar los niveles de azúcar en la sangre en los gatos. Además, la soya está relacionada con el daño en la tiroides y dado que el hipertiroidismo es común en los gatitos, esta es otra razón por la que no debería ser parte de alimentación de un felino.

El consumo de granos con alto contenido de glutamato, incluyendo a los productos de soya, podría causar convulsiones en perros y gatos.

La soya y el exceso de estrógeno en otras especies

Hace aproximadamente 35 años, se inició la cría de guepardos en cautividad en Norteamérica para revertir una crisis en la población de la especie. Pero en 1985, murieron 29 guepardos de zoológicos estadounidenses, muchos de ellos por causa de una enfermedad hepática. Solo nacieron 18 ejemplares y 7 murieron antes de llegar a la edad adulta.

En Norteamérica, tan solo el 10 % de las hembras adultas en cautiverio tuvieron cachorros vivos a mediados de los años 80. Al contrario de otros países, que fue del 60 al 70 %. ¿Cuál es la diferencia? Los guepardos que viven y se reproducen con éxito en otras partes del mundo fueron alimentados con animales enteros. En Norteamérica, los guepardos recibieron una alimentación comercial felina a base de carne de caballo y soya.

Los investigadores en Ohio estudiaron los alimentos que recibían los guepardos de Norteamérica. Descubrieron que la porción de soya contenía estrógenos vegetales similares a las hormonas que se encuentran en las hembras de los mamíferos. En los Estados Unidos, cuatro guepardos de un zoológico recibieron un cambio de alimentación a una a base de carne de pollo sin soya. No obstante, aunque la función hepática mejoró, seguía siendo una incógnita si los felinos podrían reproducirse de forma exitosa.

Los investigadores teorizaron que quizás los guepardos eran mucho más sensibles a los efectos de los estrógenos vegetales debido a la endogamia (como resultado de una crisis demográfica previa). Sin embargo, la cantidad de soya presente en su alimentación fue relativamente pequeña, lo que ocasionó que los científicos concluyeran que quizás todos los felinos tenían dificultades para eliminar el exceso de estrógenos en sus cuerpos.

A principios de los años 90, una pareja en Nueva Zelanda que criaba loros, decidió proveerles un nuevo "alimento maravilloso" a base de soya. En la vida silvestre, los loros no consumen granos de soya, pero la pareja asumió que les proporcionaban la mejor alimentación disponible a sus aves exóticas. Por desgracia, el experimento fue un desastre. Como resultado, algunas de las aves se volvieron infértiles y muchas otras murieron. Los machos jóvenes llegaron a la pubertad a una edad temprana y envejecieron de forma prematura.

En caso de que no parezca obvio, recomiendo evitar los alimentos para mascotas que contengan productos de soya. Los posibles riesgos relacionados con la alimentación de soya pueden ser inaceptablemente altos, en especial si consideras que tu gato o perro carnívoro podría nutrirse mucho mejor cuando recibe fuentes de proteína animal. 

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