En el año 373 a.C. en Grecia, se dice que las ratas comadrejas, serpientes e incluso los ciempiés huyeron de sus viviendas en busca de un entorno más seguro días antes de que un terremoto azotara la zona. Es la primera referencia conocida donde los animales detectan terremotos antes de que ocurran y no creemos que sea la última.
Hace poco, se reportó que el terremoto de Haicheng de 1975 en China, se pronosticó después de que la gente observara que las serpientes y ratas abandonaron sus madrigueras durante el invierno.
Los informes anecdóticos son muy comunes y detallan cuáles son los comportamientos inusuales de los animales antes de los terremotos. Estos cambios de comportamiento se han observado en muchas especies, incluyendo peces, aves, reptiles e insectos, desde unas semanas antes de un terremoto.
Hoy en día no existe una forma confiable de pronosticar sismos, por lo que se ha investigado si los animales podrían dar pistas sobre los terremotos que se avecinan, al enviar una advertencia antes de que ocurran.
Científicos del Instituto Max Planck Institute of Animal Behavior in Konstanz/Radolfzell y el Cluster of Excellence Centre for the Advanced Study of Collective Behaviour at the University of Konstanzse han descubierto que al parecer los animales en realidad tienen un sexto sentido, cuando se trata de predecir terremotos.
Observar los movimientos de los animales podría ayudar a predecir terremotos
Para averiguar si los animales en realidad alteran su comportamiento antes de un terremoto, los investigadores estudiaron los movimientos de vacas, ovejas y perros que viven en un área propensa a terremotos en el norte de Italia. Se colocaron acelerómetros en los collares de los animales que proporcionan datos de movimiento en 3D.
Debido a que algunas pruebas sugieren que los animales podrían percibir mejor los terremotos inminentes que los individuos, el estudio involucró a un grupo de animales que vivía en la misma granja y que se encuentra cerca del hipocentro (el epicentro subterráneo de un terremoto) del poderoso Norcia, el terremoto de Italia que se produjo en 2016.
Las seis vacas, cinco ovejas y dos perros del estudio demostraron un comportamiento inusual antes de los terremotos. Se recopilaron datos de tres períodos diferentes que abarcaron de octubre de 2016 a abril de 2017, e incluyeron momentos en que los animales estaban en un establo o en un jardín. Durante este tiempo, se reportaron 18 000 terremotos en la región, incluyendo 12 que tuvieron una intensidad de 4 o más en la escala de Richter.
Después de evaluar las aceleraciones corporales de los animales de la granja que actuaron como una medida del nivel de actividad y de utilizar modelos estadísticos, el estudio descubrió que surgieron patrones de comportamiento inusuales en los animales hasta 20 horas antes de un terremoto y que el comportamiento extraño comenzaba cuando los animales estaban más cerca del epicentro.
“Cuanto más cerca estaban los animales del epicentro, más cambiaban su comportamiento.” Martin Wikelski, director del Max Planck Institute of Animal Behavior and Principal Investigator at the Centre for the Advanced Study of Collective Behaviour, dijo en un comunicado de prensa: "Esto es justo lo que esperaría cuando los cambios físicos ocurren con mayor frecuencia en el epicentro del inminente terremoto y se debilitan con el aumento de la distancia”.
Publicidad
![Clic aquí para aprende más]()
![Clic aquí para aprende más]()
¿Los animales podrían actuar como sistemas de alerta de terremotos?
La clave parecía estar en observar los movimientos de los animales. Como dijo Wikelski, "los animales parecen mostrar habilidades que no se reconocen tan fácil a nivel individual".
Entonces, aunque podría ser difícil confiar en una mascota o en un animal individual para que sirva como un sistema de alerta de terremotos, los movimientos colectivos podrían ser significativos. Los investigadores sugirieron que los animales podrían tener un chip en su collar que envíe datos de movimiento a una computadora central cada tres minutos, lo que activaría una advertencia si se observa un incremento de actividad durante al menos 45 minutos.
Desde diciembre de 2019, los investigadores han medido datos en tiempo real de los animales, lo que provocó una advertencia. “Tres horas después un pequeño terremoto sacudió la región”, dice Wikelski. "El epicentro estaba debajo de los establos de los animales".
Para aclarar el sistema, se necesitan más observaciones con más animales, y los investigadores planean utilizar el International Cooperation for Animal Research Using Space (ICARUS), un sistema global de observación de animales en la Estación Espacial Internacional, para este propósito.
Wikelski y sus colegas también monitorean los movimientos de los animales para advertir de otros desastres naturales, incluyendo las erupciones volcánicas, huracanes y tsunamis. Por ejemplo, uno de los estudios de Wikelski que rastreó los movimientos de las cabras descubrió que demostraban una actividad inusual seis horas antes de la erupción del Etna en 2012.
En 2009, los investigadores también revelaron que los sapos que vivían cerca de L'Aquila, Italia, donde ocurrió un gran terremoto en abril de ese año, demostraron una actividad inusual cinco días antes del terremoto, incluyendo la detención de la actividad de desove.
En cuanto a cómo los animales pueden sentir desastres naturales como terremotos, es posible que puedan sentir la ionización del aire que ocurre debido a las grandes presiones de las rocas en las zonas de terremotos, o que puedan oler los gases liberados por el cristal de cuarzo antes de que ocurra un terremoto. En la situación actual, no hay suficientes datos para implementar un sistema de alerta temprana de animales, pero la esperanza es que ICARUS podría cambiar eso:
“El conocimiento que tienen los animales podría salvar miles de vidas humanas: por cada minuto extra de advertencia anticipada, se puede llevar a más personas a un lugar seguro, evacuar edificios en riesgo de colapso y en áreas peligrosas. Esta información también sería muy valiosa para las compañías de seguros y podría ayudar a limitar los daños.
Los datos disponibles para tal sistema de alerta todavía son incompletos: se deben analizar más eventos catastróficos, individuos y especies para descubrir qué animales responden a qué eventos y qué tan confiables son en sus respuestas. El papel de ICARUS es crear las condiciones para un sistema de alerta animal temprana de este tipo.
La gran cantidad de información registrada por los minitransmisores modernos nos dirá si los sensores de los animales son elementos adecuados para un sistema de alerta temprana y, de ser así, cuáles. Con una predicción más confiable de terremotos, erupciones volcánicas o huracanes, ICARUS podría utilizar una vez más el conocimiento de los animales para beneficiar a los humanos".