El verano está por terminar, lo que significa que es un buen momento para pensar en reverdecer tu casa a medida que se acercan los días más cortos y fríos del otoño y del invierno. Las plantas de interior son la manera perfecta de lograrlo, pero como padre de una mascota, es importante saber qué plantas son seguras para perros y gatos en caso de que decidan probarlas.
Por suerte, existe una gran cantidad de plantas que puedes meter a tu casa durante los meses de invierno sin representar un peligro para la salud de tu compañero animal.
1. Helecho estrella azul. Nombre botánico: Phlebodium aureum; nativo de las selvas tropicales de América del Sur
El helecho estrella azul es una planta de interior fácil de mantener dentro de casa durante todo el año, ya que crece bien con poca luz. También es difícil regarla en exceso y, por lo general, crece hasta un pie de altura y de ancho. A diferencia de otras especies de helechos que tienen hojas de aspecto delicado, las hojas del helecho estrella azul son más anchas.
Debido a que este helecho disfruta de poca luz, se debe ubicar con luz indirecta hacia el centro de la habitación, o en una ventana orientada al este, oeste o norte, donde no reciba de forma directa los rayos del sol todo el día. Elije una mezcla de tierra para macetas que esté suelta y que sea de drenaje rápido (por ejemplo, una mezcla de tierra para orquídeas). Riega el helecho estrella azul con frecuencia, pero no lo dejes reposar en el agua o en la tierra húmeda. Crece mejor a temperatura ambiente con un poco de humedad (podrías colocarlo en la cocina o en el baño, o colocar la maceta en una bandeja de piedras húmedas).
2. Palma de salón. Nombre botánico: Chamaedorea elegans; nativa de México y Centroamérica
Este es un árbol ideal que puedes tener dentro de tu casa porque crece muy lento, a menudo tarda años en alcanzar su altura máxima de 3 a 4 pies. También prospera en condiciones de poca luz y es excelente para purificar el aire. Coloca la palma de salón junto a una ventana que reciba la luz de la mañana o de la tarde y riégala con moderación, debes dejar que se seque entre los riegos.
Si tu palma de salón crece de manera constante, es posible que debas trasplantarla una vez al año durante los primeros años, pero después de eso, la única forma de mantenerla saludable es con fertilizantes. Si tienes varias palmas en una maceta, agrega un fertilizante básico cada uno o dos meses para asegurarte de que la tierra no se agote de nutrientes.
3. Cavendish enano. Nombre botánico: Musa acuminata; nativo de las islas canarias
También llamados plátanos Cavendish enanos, aunque podrían parecer una planta de interior poco probable, en realidad se han cultivado dentro de casa desde la época victoriana. Requieren un poco más de espacio que una planta de interior promedio y de preferencia deben estar en una habitación luminosa y húmeda. Aunque esta planta es un "enano", puede alcanzar de 8 a 10 pies de altura, por lo que puedes colocarla en el borde de una ventana, pero después de unos años tendrás que darle más espacio.
Las hojas son grandes y crecen rápido, pero son muy frágiles. El abono para plantas, suficiente agua, mucha luz, una maceta de buen tamaño y una habitación cálida, sobre todo en invierno, son la receta para el éxito. Si se mantienen dentro de casa, es muy poco común que estos árboles produzcan frutos, pero su apariencia exuberante y tropical lo compensa con creces.
4. Peperomia ondulada esmeralda. Nombre botánico: Peperomia caperata; nativa de las selvas tropicales de Brasil
Estas plantas semisuculentas crecen mejor en un ambiente cálido y húmedo con la luz de los rayos del sol indirecta y brillante (la luz directa de los rayos del sol quemará las hojas); también crecen bien bajo luces fluorescentes. Si no hay suficiente luz, esta planta de crecimiento lento podría dejar de crecer.
Es ideal una tierra para macetas que se drene muy rápido. Debido a que el riego excesivo puede causar hojas amarillas, tallos empapados y otros problemas, debes esperar hasta que la mitad superior de la tierra esté seca para volver a regarla. También considera regar desde el fondo, ya que de esa forma se mantiene el exceso de humedad fuera de las hojas y previene enfermedades.
La mayoría de las plantas de peperomia nunca crecen más de 12 a 18 pulgadas. Las plantas más pequeñas se pueden usar en jardines de platos y terrarios. Las peperomias compactas son ideales para mesas y algunas variedades son excelentes plantas colgantes.
5. Planta de la oración. Nombre botánico: Maranta leuconeura; nativa de los bosques tropicales brasileños
Esta planta recibe su nombre por sus hojas que tienden a plegarse por la noche, lo que recuerda a las manos en oración. Las plantas de la oración son buenas plantas de interior porque son de crecimiento lento, resistentes y fáciles de mantener. Son plantas pequeñas y extendidas que muchas personas colocan en cestas colgantes; sin embargo, también crecen de forma horizontal.
Las plantas de la oración crecen con luz baja, media o brillante, pero con luz brillante, las hojas se deben proteger de los rayos directos del sol. Riégala justo antes de que se seque la superficie de la tierra y mantén la tierra relativamente húmeda. Puedes fertilizarla solo una o dos veces al año o con más frecuencia si lo deseas; estas plantas crecen mejor en un ambiente húmedo.
6. Rhapis. Nombre botánico: Rhapis excelsa; probablemente nativa de China y Taiwán
Cuando las Rhapis están al aire libre pueden crecer de 6 a 12 pies con una extensión de 3 a 12 pies, pero cuando se cultivan dentro de casa en una maceta, son mucho más pequeñas. Es recomendable trasplantarla cada dos años y cambiar el tamaño de la maceta hasta que sea tan grande como quieras que crezca. La Rhapis crece mejor cerca de una ventana orientada al este, fuera de la luz directa de los rayos del sol.
En primavera y verano, riégala cuando la tierra esté seca a una profundidad de 1 pulgada; en otoño e invierno, riégala cuando la tierra esté seca hasta una profundidad de 2 pulgadas. Es mejor mojar la tierra con agua hasta que se filtre por los orificios de drenaje en el fondo de la maceta y luego vaciar el platillo debajo de la maceta después de 20 a 30 minutos. Por otra parte, puedes colocar la maceta sobre una capa de piedras para evitar que la tierra reabsorba el exceso de humedad.
La mezcla de tierra para macetas de violeta africana es ideal para las Rhapis, pero ten cuidado de no fertilizar en exceso. Con el cuidado adecuado, la planta debería durar varios años.
7. Árbol del dinero. Nombre botánico: Pilea peperomioides; nativa de las provincias de Yunnan y Sichuan en el sur de China
Las hojas redondas de color verde brillante de la planta china del dinero agregan colores vivos a cualquier habitación. A esta planta le gusta la luz brillante, pero no la luz directa de los rayos del sol, ya que puede quemar las hojas. Utiliza una maceta con orificios de drenaje y una tierra para macetas que se drene bien. Deja que la tierra casi se seque entre riegos; las hojas de aspecto caído significan que tu planta china del dinero tiene sed.
Gírala al menos una vez a la semana para evitar que tu planta crezca torcida. Fertilízala cada mes durante la primavera y el verano. Debido a que las plantas chinas del dinero pueden ser difíciles de encontrar, es posible que desees cultivar muchas plantas para regalarlas a familiares y amigos. Puedes hacer esto al separar las plántulas que crecen; sigue el tallo casi una pulgada debajo de la tierra, usa un cuchillo afilado para cortar la nueva planta, plántala en una maceta nueva y mantén la tierra húmeda hasta que la planta bebé esté fija y comience a producir hojas.
Otra opción que puedes hacer es cortar nuevas plántulas que crezcan directamente del tallo de tu planta original, colocarlas en agua hasta que desarrollen las raíces (en una semana o dos) y luego seguir las instrucciones anteriores para plantarlas.
Estas siete plantas se consideran aptas para mascotas, sin embargo, para estar más seguro, recomiendo mantenerlas fuera del alcance de los miembros cuadrúpedos de la familia, porque casi cualquier cosa inusual que entra en la boca de una mascota tiene el potencial de causar algún malestar gastrointestinal (GI).