Los resultados del estudio publicados en octubre en la revista Journal of Neuroscience, revelan algunas similitudes y diferencias notables en la forma en que los cerebros de los perros y humanos procesan la información visual con respecto a los demás.
Estos hallazgos sugieren que el sistema visual de los perros está organizado de manera diferente al nuestro, lo que significa que es posible que la "conexión facial" que se encuentra en los primates no aplique en todos los mamíferos, incluyendo los perros.
Como se explica en la revista SciTechDaily:
“Los rostros son importantes para la comunicación visual en los seres humanos, que poseen una red neuronal dedicada para el procesamiento facial. Aunque los perros también identifican las expresiones faciales, el contacto visual y las emociones faciales, también dependen de otras señales corporales para comunicarse".
El video está disponible solo en inglés
El cerebro de los perros parecen no reaccionar ante los rostros humanos
La pregunta que los investigadores del Departamento de Etología de la Universidad Eötvös Loránd, en Hungría, quisieron responder es: ¿Los cerebros de los perros están especializados para el procesamiento facial como los cerebros humanos?
El equipo de investigación evaluó 20 perros y 30 humanos por medio de imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI) ubicadas en dos de los pocos laboratorios capaces de escanear el cerebro de perros despiertos y desatados. Uno de los laboratorios está en la Universidad Eötvös Loránd, mientras que el otro está en el Instituto de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Los investigadores mostraron cortometrajes de rostros de perros y humanos, así como la parte trasera de la cabeza. El estudio es notable porque es el primer "estudio de neuroimagen no invasivo y comparativo de una especie de primates y no primates".
Los escáneres de resonancia magnética funcional demostraron muchas diferencias entre los humanos y los perros. De ScienceDaily:
“Los cerebros humanos mostraron preferencia por los rostros, lo que significa que algunas áreas visuales tenían una mayor actividad en respuesta a un rostro en comparación con la parte posterior de la cabeza. Un subconjunto de estas regiones también mostró preferencia por las especies, con una mayor actividad como respuesta a un humano en comparación con un perro.
Por el contrario, el cerebro de los perros solo mostró preferencia por las especies. Las áreas visuales tuvieron una mayor actividad en respuesta a un perro que a un humano, y no hubo diferencia de actividad entre ver un rostro versus la parte posterior de la cabeza”.
Estos hallazgos sugieren que, aunque los perros hacen contacto visual con nosotros y son capaces de leer las emociones en nuestro rostro, pueden depender más de otras señales de comunicación que enviamos, como nuestro tono de voz, tacto, lenguaje corporal y aroma. Al considerar cómo los perros se comunican con otros perros, tiene sentido que busquen el mismo tipo de señales de los humanos que de los miembros de su propia especie.
Publicidad
![Clic aquí para aprende más]()
![Clic aquí para aprende más]()
Los humanos son bastante buenos para identificar los rostros de los perros
En 2013, un equipo de investigadores de Estados Unidos se dispuso a investigar si los humanos podían leer las expresiones faciales de un perro. Publicaron sus hallazgos en la revista Behavioral Processes.
El estudio utilizó imágenes de un pastor belga de 5 años llamado Mal. Las fotos mostraban que Mal experimentaba varias emociones provocadas por los investigadores. Cuando Mal fue elogiado, mostró una expresión feliz con las orejas levantadas, la lengua afuera y la vista en la cámara. Cuando los investigadores lo reprendieron, la expresión de Mal se puso triste, con los ojos hacia abajo.
Para capturar una expresión de sorpresa, los investigadores usaron una caja de sorpresas y Mal arrugó la parte superior de su cabeza. Una medicina con mal sabor resaltó en la expresión de disgusto del perro: orejas aplastadas. Luego vinieron los temibles cortaúñas, lo que hizo que Mal levantara las orejas y mostrara el blanco de sus ojos.
Finalmente, para producir una expresión de ira, uno de los investigadores actuó como delincuente. Mal, un perro policía en la vida real, mostró los dientes al comienzo de un gruñido.
Al ver las fotos, los voluntarios del estudio (50 adultos, separados en dos grupos en función de si tenían experiencia o no con perros) pudieron determinar cuándo Mal estaba feliz, triste, enojado, sorprendido o asustado con solo mirar una foto de su rostro.
- El 88 % de los participantes identificó la felicidad
- El 70 % identificó la ira
- El 45 % más o menos identificó el miedo
- El 37 % identificó la tristeza, una emoción relativamente sutil
- Solo el 20 % identificó la sorpresa y el 13 % el disgusto
(El estudio completo, disponible solamente en inglés y que incluye fotos de las expresiones faciales de Mal, se puede descargar aquí).
De forma curiosa, los investigadores encontraron que el grupo con la menor cantidad de exposición a los perros era mejor para reconocer el disgusto y la ira. Piensan que los dueños de perros pueden convencerse de que su mascota no es agresiva y racionalizar las expresiones negativas como "un simple juego".
Los investigadores concluyeron que estos resultados sugieren que los humanos poseen una capacidad natural para comprender lo que sienten los animales. Además, concluyeron que la capacidad de las personas con poca o nada de experiencia con perros para identificar las expresiones faciales, es una habilidad innata y no una adquirida; deebido a esto, dichas personas podrían ser mejores que los dueños de perros.