Incluso si te describes a tí mismo como una persona apasionada por los gatos y estás seguro de que los conoces por completo, es posible que te sorprendan los resultados que publicó un estudio reciente. Investigadores del Departamento de Etología de la Universidad Eötvös Loránd en Budapest, reportaron el primer caso observado de una gata doméstica que reconoce y luego imita el comportamiento humano.
El pequeño equipo de investigadores dirigido por la conductista animal Claudia Fugazza publicó un artículo que describe sus observaciones en la revista Animal Cognition.
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La técnica de entrenamiento "Haz lo que yo hago"
Las especies que imitan el comportamiento humano son pocos, y se trata de simios, delfines, orcas, elefantes, urracas y ahora, miembros de la familia felina. El hallazgo es una sorpresa porque la ciencia asumió que los gatos no tienen las habilidades cognitivas necesarias para copiar de manera intencional las acciones de otros animales. (¡Podría ser eso o que simplemente no les interesa hacerlo!)
El experimento se produjo porque una colega de Fugazza, Fumi Higaki, le dijo que le había enseñado a su gata, Ebisu, de 11 años (llamada así por el dios japonés de la prosperidad), a imitar algunos de sus comportamientos cuando se lo ordenara. La gata vivía en la tienda de mascotas de Higaki y le motivaba la comida, lo que facilitaba el entrenamiento.
Ambos investigadores también son entrenadores de perros y han estado estudiando la técnica de entrenamiento "Haz lo que yo hago" con perros. La técnica implica entrenar a un perro (u otro animal) para imitar un comportamiento familiar (por ejemplo, darse la vuelta) en cuatro pasos:
- Di: "Haz lo que yo hago"
- Demuestra el comportamiento
- Di: "¡Hazlo!"
- Recompensa al perro cuando tenga éxito
Con el tiempo, el perro aprende que "Hazlo" significa imitar el comportamiento del entrenador. La técnica se puede usar para ver si los animales en realidad imitan al agregar acciones que nunca antes habían realizado.
Ebisu respondió de forma correcta el 81 % de las veces
Higaki le dijo a Fugazza que había usado la técnica para entrenar a su gata y organizó una demostración en su tienda de mascotas. Fugazzi se sentó a cierta distancia de Ebisu para no asustarla, y luego observó cómo la gata respondía a 18 solicitudes de Higaki para realizar acciones que nunca antes había hecho. Ebisu observó a Higaki realizar cada comportamiento, y luego hizo lo mismo cuando se le indicó: "Haz lo que yo hago". Los comportamientos incluían abrir un cajón, girar, extender la mano y tocar un juguete y acostarse en una posición determinada.
Durante la demostración, Ebisu respondió a las señales de Higaki casi el 81 % de las veces. Debido a que la gatita usó su pata y cara para tocar una caja cuando Higaki usó su mano y cara, respectivamente, los investigadores creen que su desempeño demostró su capacidad para mapear las partes de su propio cuerpo con las de otra criatura y comprender cómo esas partes se podrían usar de manera similar.
De acuerdo con la revista en línea Science, "Ebisu podría ser la primera gatita imitadora en todo el mundo".
"Es muy emocionante", dijo Kristyn Vitale, investigadora de la cognición de los gatos y conductista animal en Unity College, para la revista. "La gente piensa en los gatos como una especie solitaria y antisocial, pero este estudio refuerza la idea de que nos observan y aprenden de nosotros".
Fugazzi cree que estos hallazgos sugieren que la capacidad de imitar a otros podría estar muy extendida en el reino animal. Y aunque el experimento involucró a una sola gata, ella cree que es probable que la mayoría de los gatos puedan imitar a las personas. "No creo que Ebisu fuera una genio", dice Fugazzi.
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Gracias a Ebisu ahora existen más investigaciones sobre gatos
Como era de esperar, el experimento con Ebisu tiene sus detractores. El etólogo Claudio Tennie de la Universidad de Tübingen, que estudia la cognición en perros y primates, cree que el estudio podría ayudarle a saber si los gatos tienen una capacidad innata para imitar a los humanos o si el rendimiento de Ebisu fue el resultado de un entrenamiento intensivo. No está convencido de que lo que se observó con Ebisu fuera una "verdadera imitación".
Sin embargo, Vitale, también dueña de un gato, señala que uno de sus gatos, Bo, comenzó a presionar un timbre de llamada después de que la vio hacerlo. Ella espera que los estudios futuros investiguen cuán extendida está dicha habilidad entre los gatos.
El coautor del estudio Adam Miklosi, un etólogo cognitivo de Eötvös Loránd, asegura que se están preparando más investigaciones sobre gatos, que por naturaleza no son los sujetos más cooperativos en los estudios.
La investigación con Ebisu (que por desgracia murió de una enfermedad renal en junio del año pasado) demostró nuevos enfoques para entrenar y realizar experimentos cognitivos con gatos. Entre otras cosas, ella confirmó que, a diferencia de los perros, es probable que los gatos muestren sus verdaderas habilidades solo cuando su humano está presente.
"Podríamos aprender mucho de Ebisu" dijo Miklosi.