El Retriever de Nueva Escocia, conocido como "tollers", es conocido tanto por su energía ilimitada como por su llamativo pelaje, que puede variar de rojo dorado a cobre oscuro. Como en todos los perros, su color proviene de los pigmentos amarillos (feomelanina) y negros (eumelanina), que están controlados por los genes MC1R (receptor de melanocortina 1), que cambian la pigmentación, y la proteína de señalización agouti (ASIP, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, los investigadores querían saber por qué algunos perros con las mismas variantes del gen MC1R tienen diferentes intensidades de color, por lo que buscaron en el genoma del pelaje.
Variantes genéticas relacionadas con el color del pelaje
Investigadores de la Facultad de Medicina Veterinaria Davis de la Universidad de California realizaron un estudio del genoma completo que comparó las capas de color rojo claro con rojo oscuro en el Retriever de Nueva Escocia, lo que reveló "una región relacionada con el cromosoma canino número 15".
Se detectó una variante en el número de copias, lo que significa que los perros pueden tener diferentes copias del gen. La variante en el número de copias influye en el KITLG, que es un gen que se relaciona con el color del pelaje. "El KITLG es un factor importante en la melanogénesis, mientras que las variantes originales de KITLG se han relacionado con los diferentes colores del pelaje de los ratones, así como con el color del cabello de los seres humanos, tal como sucede con los perros domésticos", explicaron los investigadores.
Los perros con un mayor número de copias tenían un color más intenso, lo cual sucedía en diferentes razas de perros. "Lo interesante es que esta variación en los perros se refleja en un pigmento más oscuro", declaró Danika Bannasch, autora principal del estudio, en un comunicado de prensa.
Además, la intensidad del color se ve afectada por la distribución del pigmento en el cabello, ya que una variante con un menor número de copias desarrolla raíces más claras y puntas oscuras, mientras que una variante con un mayor número de copias genera una pigmentación uniforme en todo el cabello, lo que crea una mayor intensidad en el color. Los investigadores señalaron lo siguiente en la revista Genes:
"La relación del genotipo fenotipo en un espectro de colores y razas demuestra que este locus se encarga de la intensidad del pigmento de la eumelanina y la feomelanina en los perros.
El análisis cuantitativo a lo largo del tallo del cabello demuestra que una menor pigmentación en la base del cabello genera una menor intensidad del pigmento, lo que desarrolla un color más claro. Por el contrario, una intensidad más elevada del pigmento ocurre cuando el cabello está pigmentado de manera uniforme".
Aunque este hallazgo ayuda a explicar por qué algunas razas tienen diferencias tan notables en el color del pelaje, se registraron excepciones notables. Los Golden Retrievers y Labrador Retrievers, tienen colores que no se relacionan con el número de copias que se encuentran en los Tollers.
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El número de copia se relaciona con la domesticación
Charles Darwin fue uno de los primeros en reconocer que "los mamíferos domesticados poseen un conjunto inusual de rasgos hereditarios que no se observan en los antepasados salvajes". Este "síndrome de domesticación", como lo llamó Darwin, incluye una serie de cambios genéticos que se pueden observar en animales domesticados, pero no en animales salvajes, que incluyen los siguientes:
Despigmentación (parches blancos y regiones marrones) |
Orejas caídas |
Orejas más pequeñas |
Hocicos más cortos |
Dientes más pequeños |
Comportamiento dócil |
Capacidad craneal o cerebral más pequeña |
Ciclos de celo más frecuentes |
Comportamiento inmaduro |
Cola rizada |
La variante en el número de copias que genera colores más intensos en algunos perros ejemplifica un cambio genético relacionado con la domesticación. Mientras que los lobos tienen solo una variante en el cromosoma 15, los perros tienen un mayor número de copias.
Se cree que los humanos alentaron este cambio al elegir perros con colores más intensos, posiblemente como una manera de distinguirlos de sus antepasados salvajes. Según los investigadores del estudio Genes:
"Resulta curioso que los humanos seleccionaban a los perros que tenían una pigmentación más oscura en lugar de los colores que tenían los lobos salvajes. Una pigmentación más colorida significa que pudieron haberse distinguido de los lobos.
Los lobos tienen una sola copia de esta región de 6 kb, lo que indica que el crecimiento de esta región se produjo en los perros domésticos. Este puede haber sido un medio útil para distinguir a los proto-perros de sus antepasados salvajes".
También es interesante observar que, aunque los lobos han conservado sus colores, un rasgo que ayuda a su camuflaje, existe evidencia de que los perros desarrollaron tonalidades más vibrantes al principio de la domesticación.
Las pinturas del siglo XVI incluyen perros con colores vibrantes, mientras que las razas modernas que se han desarrollado en los últimos 200 años tienen una mayor intensidad en su pelaje, especialmente cuando se compara con el lobo.
Se necesita mayor investigación sobre cómo los perros han desarrollado colores tan vastos, pero el descubrimiento de que la variante en el número de copias influye en el KITLG, añade una pieza importante de información.