Por desgracia, no escuchamos muchas noticias positivas sobre los bulldogs ingleses en estos días, pero un estudio que se publicó hace poco tiempo por investigadores financiados por la Morris Animal Foundation (MAF) de la Universidad Estatal de Colorado ofrece una esperanza.
Parece que algunos bulldogs ingleses diagnosticados con un cáncer común es posible que no tengan cáncer, sino un síndrome llamado linfocitosis policlonal de células B. El descubrimiento se realizó durante una investigación para comprender mejor la leucemia linfocítica crónica de células B (BCLL, por sus siglas en inglés), un tipo de cáncer. El síndrome tiene muchas similitudes con la leucemia, pero no parece tener un curso clínico maligno.
"Esto podría evitar que algunos perros sean mal diagnosticados, tratados por cáncer o incluso sacrificados cuando no deberían ser", dijo la Dra. Anne Avery, profesora del Departamento de Microbiología, Inmunología y Patología en la Universidad Estatal de Colorado para MAF. "Los perros podrían ser vistos por sus veterinarios como si tuvieran leucemia, según los diagnósticos originales, pero en realidad no tienen cáncer".
Las pistas que llevaron a este estudio tan importante
En un estudio anterior sobre BCLL, el equipo de Avery identificó razas de perros con mayor riesgo. Una de las razas fue el bulldog inglés, pero el tumor no se presentó en los bulldogs como en otras razas. Los bulldogs ingleses con BCLL eran más jóvenes que otros perros con la enfermedad. Además, sus células B (glóbulos blancos que producen anticuerpos) demostraron una expresión diferente en la superficie celular cuando se analizaron a través de citometría de flujo.
Estos hallazgos hicieron que los investigadores creyeran que quizás los bulldogs ingleses no tenían BCLL, sino una enfermedad diferente no identificada.
Para el estudio actual, los investigadores utilizaron su base de datos de 195 bulldogs ingleses para identificar 84 casos con una mayor cantidad de células B en la sangre, y luego analizaron el suero sanguíneo de los perros para determinar los tipos de anticuerpos que producían las células B. Muchos de los perros tenían el bazo agrandado, por lo que el equipo también examinó el tipo de células que se encuentran en esos órganos.
A continuación, los investigadores realizaron un ensayo para determinar si las células B eran idénticas o no. Si fueran idénticas, indicaría que surgieron de una sola célula y tal vez eran cancerosas. El equipo también anotó los sexos y edades de los perros y qué signos clínicos, si los había, estaban presentes en el momento en que se extrajo la sangre.
El resultado fue que el 70% de los perros NO tenían cáncer
Los investigadores descubrieron que el 70% de los perros no tenían cáncer. Esos perros eran en su mayoría jóvenes; algunos tenían solo 1 o 2 años de edad cuando desarrollaron el síndrome de linfocitosis de células B policlonales. El 75% eran machos y más de la mitad tenía el bazo agrandado. La mayoría tenía hiperglobulinemia que es exceso de anticuerpos en el torrente sanguíneo. Con base en estos resultados, los investigadores plantearon la hipótesis de que el síndrome tiene una base genética.
"Este importante hallazgo demuestra que no debemos asumir que un recuento alto de células B siempre indica cáncer en los bulldogs ingleses", dijo la Dra. Janet Patterson-Kane, directora científica de la Morris Animal Foundation. "Esta es una información muy importante para los veterinarios que en un principio podrían ver a estos pacientes en su clínica".
El equipo de investigación busca evidencia del síndrome de linfocitosis de células B policlonales en otras razas, pero creen que tal vez sea poco común en perros que no sean bulldogs ingleses. A continuación, planean buscar la mutación genética que produce el síndrome y también les gustaría monitorear a los perros durante un período de tiempo para evaluar las posibles consecuencias de una cantidad persistentemente alta de células B.
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El problema general con los bulldogs ingleses es la malas prácticas de cría
Se espera que la investigación adicional nos diga si el síndrome de linfocitosis policlonal de células B en los bulldogs ingleses es genético (sospecho que lo es) y cuáles son las consecuencias (estoy segura que si existen).
Lo que ya sabemos sobre estos perros es que durante décadas han sido víctimas de malas prácticas de cría a manos de personas decididas a exagerar ciertas características físicas que merman la salud de la raza. La imagen de la izquierda muestra a un bulldog inglés de 1915 y a la derecha, una versión de 2015:
Por: Science and Dogs
De acuerdo con la revista veterinaria dvm360:
"No pueden pasar por los canales de parto de sus madres. Tienen problemas respiratorios graves porque son braquicefálicos. Mueren a una edad promedio de poco más de 8 años".
Los bulldogs ingleses no solo tienen síndrome braquicéfalo debido a su cara chata, sino que también son propensos a una larga lista de otros problemas, que incluyen:
- Pecho plano, una deformidad del hueso del pecho en la que la parte media del pecho parece ser plana o cóncava, en lugar de ligeramente redondeada
- Piernas abiertas, una afección en la que los músculos que unen las piernas están débiles, lo que hace que el perro se acueste en el suelo y mueva sus patas como una tortuga
- Paladar hendido, en el que el paladar de la boca o el labio no se cierran durante la gestación
- Condrodisplasia, un trastorno esquelético que puede causar problemas de cadera y displasia de codo, así como otros problemas articulares y espinales
- Problemas dentales, oculares, cutáneos, cardíacos y del sistema inmunológico
Los bulldogs ingleses ocupan el segundo lugar de todas las razas en enfermedades congénitas y muertes relacionadas entre los cachorros. Los problemas de estos pobres perros están bien documentados y están presentes desde la concepción hasta la edad adulta.
¿El problema es una herencia genética?
No hace mucho tiempo, investigadores de la Universidad de California en Davis analizaron el ADN de 102 bulldogs ingleses, incluyendo 87 perros de Estados Unidos y 15 de otros países. Hicieron una comparación genética de esos perros con otros 37 bulldogs ingleses que llegaron a UC-Davis por varios problemas.
El estudio fue la primera evaluación a gran escala de la diversidad genética de los bulldogs ingleses que usaban ADN en lugar de pedigrí. Los resultados confirmaron que una serie de grandes regiones del genoma se han alterado como resultado de siglos de reproducción diseñada para manipular y exagerar la apariencia de la raza.
Por desgracia, los investigadores concluyeron que sería muy difícil, si no imposible, devolver la salud a la raza.
"Nos sorprendió el poco 'margen de maniobra' que todavía existe en la raza para realizar cambios genéticos adicionales", dijo el investigador principal Niels Pedersen, DVM, Ph. D., del Centro UC Davis para la Companion Animal Health.
Extraído del Resumen del estudio UC-Davis:
"El bulldog inglés es una de las razas más populares del mundo debido a su apariencia y comportamiento infantil. Las alteraciones en el tipo de cuerpo y el comportamiento necesarios para crear la raza han requerido cambios físicos mucho más allá de los antepasados de los perros de la aldea.
"Estos cambios se han producido durante cientos de años, pero se han vuelto más evidentes en las últimas décadas. Por desgracia, la popularidad no equivale a la salud y existen crecientes presiones sobre los criadores para moderar los cambios físicos extremos que ahora afectan a la raza y su salud.
"Mejorar la salud a por medio de manipulaciones genéticas supone que todavía existe suficiente diversidad para mejorar la raza dentro de sí misma y, si no, para agregar diversidad al cruzarlos con otras razas.
"La pérdida de diversidad genética y los cambios extremos en varias regiones del genoma harán que sea muy difícil mejorar la salud de la raza desde el acervo genético existente.
"La pérdida de la diversidad genética actual se ve aún más amenazada por la rápida integración de nuevas mutaciones en el color del pelaje, más arrugas en el pelaje y los intentos de crear un tipo de cuerpo más compacto.
"Opuesto a las creencias actuales, la braquicefalia y los problemas respiratorios en la raza son el resultado de cambios complejos en la estructura de la cabeza y no se pueden corregir solo con alargar la cara.
"Además, es necesario abordar otros problemas en los bulldogs ingleses, incluyendo muchos problemas graves que no están relacionados con la braquicefalia, pero que son intrínsecos a la endogamia".
De acuerdo con Pederson, "aunque los criadores de bulldog inglés manejan la limitada diversidad genética de la raza de la mejor manera posible, muchos perros hoy en día son el producto de una endogamia extrema".
"En definitiva cuestionaríamos si nuevos intentos de diversificar físicamente al bulldog inglés, por ejemplo, al introducir nuevos y raros colores de pelaje; hacer el cuerpo más pequeño y compacto; o agregar más arrugas en el pelaje; puedan mejorar la ya tenue diversidad genética de la raza", dijo Pedersen.
Por desgracia, de acuerdo con los investigadores de UC-Davis, el bulldog inglés ahora carece de diversidad en su acervo genético para realizar mejoras de salud tan necesarias.