Si tienes un perro, lo más probable es que ya tuviste que lidiar con algún tipo de problema de parásitos intestinales; de no ser así, entonces eres muy afortunado, pero recuerda ¡nunca digas nunca! Muchos dueños de perros se sorprenden al saber que su mascota tiene parásitos intestinales recorriendo su tracto digestivo y por lo general, no saben dónde o cómo terminaron dentro de su mascota.
También podrías pensar que tu perro no tiene ese tipo de problema porque no has visto nada que indique lo contrario. Por esa razón se necesita un examen fecal: la mayoría de los parásitos intestinales son tan pequeños que no son visibles para el ojo humano (a excepción de las lombrices y tenias y solo en algunos casos). Tu veterinario realizará una prueba especial o examinará la muestra bajo un microscopio para verificar si hay alguno.
Existen varios tipos de parásitos intestinales que pueden meterse en el tracto gastrointestinal (GI) de tu perro, pero los más comunes son las anquilostomiasis, las lombrices, las tenias y los tricocéfalos.
Anquilostomas
Los anquilostomas se adhieren a la pared intestinal y absorben la sangre del huésped, se transmiten principalmente por vía fecal u oral a los animales, lo que significa que tal vez tu cachorro comió heces o suciedad contaminada, o bien, que caminó sobre tierra contaminada, después se lamió las patas e ingirió los huevos.
Los cachorros pueden adquirir anquilostomas de la leche materna infectada y pueden llegar a desarrollar letargo, debilidad, desnutrición y anemia. No es raro que las mascotas jóvenes mueran a causa de una infestación por anquilostomas. Cuando las mascotas adultas se infectan pueden desarrollar síntomas como falta de apetito y pérdida de peso. La infestación crónica por anquilostomas es una causa común de enfermedad en perros de edad avanzada.
Los seres humanos también pueden adquirir una infección por anquilostomas, por lo general al entrar en contacto con suelo contaminado con huevos o larvas que provienen del excremento de animales salvajes o mascotas infectadas. Las larvas de anquilostomas pueden penetrar la piel humana y no son visibles a simple vista.
Para prevenir una infestación por anquilostomas, es importante limpiar cuidadosamente las heces de animales salvajes o callejeros cerca de tu casa con el fin de evitar que tu mascota entre en contacto con posibles focos de infección. También es una buena idea mantener a tu mascota alejada de las heces de otros animales mientras camina al aire libre o sale de excursión.
Lombrices
Las lombrices son largas y se parecen al espagueti, y tienen la capacidad de crear una infestación avanzada dentro de tu mascota incluso antes de que sepas que la tiene. Es decir, cuando comienzas a ver signos de lombrices intestinales en las heces o vómito de tu perro, significa que ya está infestado, así que es muy importante no esperar hasta que ver los parásitos, para hacer algo al respecto, si sospechas que tu perro estuvo expuesto, debe recolectar una muestra de heces y llevársela a tu veterinario para que la analice.
Por lo general, las mascotas adquieren lombrices al comer heces infectadas. La infección también se puede transmitir de una hembra a sus cachorros a través de la placenta. Los cachorros desarrollan su propia infección cuando aún se encuentran en el útero y resultan positivos a las lombrices intestinales.
Los cachorros con lombrices a menudo cuentan con vientres inflamados y un crecimiento inapropiado. Si no se trata rápidamente, una infestación grave puede bloquear los intestinos y causar la muerte. Por eso, es necesario siempre revisar las muestras fecales durante las 6, 8, 10 y 12 semanas de edad.
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Tenias
Las tenias son planas y tienen cabeza, cuello y muchos segmentos corporales que se llaman proglótides y su cabeza tiene ventosas y ganchos que le permiten incrustarse en las paredes del intestino delgado. El tamaño de los parásitos intestinales puede variar de menos de 2.5 centímetros hasta varios metros de largo (sí, leiste bien, ¡metros!) Algunas veces, se pueden ver los segmentos de la tenia desde el ano de una mascota infectada, de hecho, los segmentos recién expulsados se siguen moviendo.
Tu perro puede adquirir una infestación por tenia al comerse parte o todo un huésped intermediario (por ejemplo, aves, peces, reptiles y ratas) que portan huevos, larvas o quistes de tenia. Las pulgas y los piojos también albergan huevos de tenia. El método de transmisión más común es al comer pulgas adultas, aves, roedores, conejos o al hurgar entre la basura.
Las mascotas que deambulan libremente y tienen acceso a restos frescos de animales salvajes o domésticos tienen un mayor riesgo de adquirir tenias, al igual que los animales con infestación de piojos o pulgas.
Las mascotas con tenias no suelen tener síntomas visibles, pero cuando los desarrollan hacen cosas como rascarse alrededor del ano, lamerse el área anal y perianal, arrastrar el trasero, bajar de peso sin dejar de comer o comer mucho y no subir de peso, tener el pelaje o piel en mal estado o bien, dolor abdominal, distención, diarrea, letargo e irritabilidad.
En raras ocasiones, una infestación intensa de tenias adultas provoca un bloqueo intestinal parcial o completo, lo que representa una verdadera emergencia médica. Estos parásitos pueden ser difíciles de diagnosticar y, a veces, el único síntoma notable es lo que parecen granos de arroz blanco (segmentos de tenia) pegados o que se mueven por el pelaje alrededor del trasero de una mascota.
Tricocéfalos
Los perros solo pueden infectarse con tricocéfalos al ingerir los huevos del suelo u otros sustratos que contengan huevos. En el intestino delgado, las larvas que nacen de los huevos se meten en el revestimiento de la mucosa y de 2 a 10 días después, se mueven al ciego intestinal y se convierten en parásitos adultos.
Los huevos no son infecciosos al momento de excretarse, deben pasar varias semanas en el suelo para convertirse en larvas infecciosas dentro de sus caparazones. El ciclo de infección comienza cuando un perro come tierra u objetos contaminados en la tierra.
Los tricocéfalos adultos parecen pequeños trozos de hilo, con un extremo más grande y rara vez son visibles en las heces. En el caso de la infestación de tricocéfalos, muchas mascotas no muestran signos de enfermedad. Pero, cuando se presentan síntomas, incluyen diarrea con sangre, deshidratación, pérdida de peso, anemia e incluso la muerte en casos graves.
La reinfección con tricocéfalos de entornos contaminados representa un problema grave ya que los huevos son muy resistentes y sobreviven a la mayoría de los métodos de limpieza e incluso a temperaturas bajo cero. Se pueden secar con agentes fuertes como la cal agrícola, pero la mejor manera de eliminarlos es remplazar el suelo contaminado con suelo nuevo u otro sustrato.
Mantener limpio (al recoger las heces) el jardín y otras áreas que frecuenta tu mascota ayudará a reducir el riesgo de una mayor contaminación del suelo.
¿Cómo saber si mi perro tiene parásitos intestinales?
En pocas palabras: puede ser todo un desafío. Como lo dije antes, algunos parásitos intestinales se pueden ver a simple vista; mientras otros no. En términos generales, los perros con infestaciones por parásitos intestinales pueden presentar uno o más de los siguientes síntomas:
- Diarrea con o sin sangre
- Vómito
- Pérdida de peso
- Pelaje en mal estado
Sin embargo, algunas veces no provocan síntomas perceptibles. Además, los parásitos también pueden permanecer inactivos dentro del cuerpo de tu perro durante períodos prolongados.
Diagnóstico y tratamiento
Al igual que con cualquier otra enfermedad, diagnosticarlos y tratarlos de manera oportuna proporcionará mejores resultados.
Muchos veterinarios incluyen un examen de heces como parte del examen de bienestar, si el tuyo no lo hace, puedes solicitarlo. Es importante considerar que las tenias (y la giardia) pueden ser difíciles de diagnosticar con pruebas de muestras de heces de rutina, así que debes estar atento a la aparición de lo que parece "arroz" en las heces de tu mascota o en el pelaje alrededor de su trasero.
Además, tu veterinario debe identificar el tipo exacto de parásito presente en el tracto intestinal de tu perro porque no existe un desparasitante universal que mate todos los tipos de parásitos. No recomiendo adivinar qué tipo de parásitos podrían estar presentes, porque no hay forma de evaluar con precisión el estado parasitario de una mascota sin realizar pruebas. Por lo general, los "desparasitantes universales" están includidos en la medicina prescrita de forma mensual para combatir el llamado parásito de corazón.
Pero cuando se trata de productos químicos antiparasitarios para mascotas, más no siempre es mejor. Por ejemplo, si tu perro tiene tricocéfalos, se debe tratar este tipo de parásito específico y el tiempo suficiente para eliminar la infección. Darle a tu mascota un desparasitante mensual para lombrices, cuando no tiene este problema solo alterará su microbioma, lo que puede tener consecuencias desagradables a largo plazo.
Algunas compañías de suplementos ofrecen desparasitantes naturales para ciertos tipos de infestaciones de parásitos intestinales, los he probado todos y por desgracia, a veces reducen la carga de parásitos de un animal y otras veces no. Y recuerda, reducir la carga de parásitos es diferente a eliminarlos por completo.
No hay ningún problema si primero quieres probar un desparasitante natural, pero para asegurarte de eliminar por completo estos parásitos resistentes, debes repetir la prueba de parásitos fecales varios meses seguidos, sin importar el producto con el que trates a tu mascota, para evitar los problemas gastrointestinales que causa el parasitismo crónico de bajo grado.
Después de implementar los protocolos de desparasitación natural y química, debes darle probióticos para repoblar su intestino con las bacterias beneficiosas, ya que estas dos opciones de tratamiento descritas alteran su microbioma.