En el mes de julio un refugio de animales en el Estado de Virginia (Estados Unidos) tuvo que dejar de recibir gatos, debido a brote de panleucopenia felina. Este mismo refugio tuvo que dejar de recibir gatos durante junio por un brote de la misma enfermedad. La panleucopenia es muy contagiosa y peligrosa para los gatitos y no contagia a los perros.
La enfermedad va en aumento, después de no tener casos registrados en 50 años
Al virus de la panleucopenia felina se le conoce por otros nombres, tales como: FP, FPL, FPV, enteritis infecciosa felina, parvo felino, y se le conoce de manera común como moquillo felino. Sin embargo, a pesar de lo que los nombres puedan referir, el organismo que ocasiona el FPV no se relaciona con los virus que causan el moquillo o parvovirus canino. Y para generar confusión al respecto, a la enfermedad felina la ocasiona un tipo de parvovirus, por lo que la mayoría de la información acerca del parvovirus canino se puede aplicar para la panleucopenia.
Hace dos años la Morris Animal Foundation alertó acerca del resurgimiento de la panleucopenia, después de un declive importante seguido de la vacuna que se utilizó a finales de 1960 y que ahora es parte del esquema de vacunación de los gatos. El rebrote no es una cepa nueva del virus.
Es interesante que investigadores de la Universidad de Sídney estén indagando sobre su reaparición al estudiar el viroma intestinal, o colecta de virus de los intestinos de gatos infectados con panleucopenia. Lo cual parecería indicar que la enfermedad está sucediendo en gatos vacunados; no obstante, es una suposición de mi parte.
Transmisión de virus y gatos en riesgo
El FPV se transmite rápido y es en extremo estable en el medioambiente. Puede vivir por años en ambientes contaminados, puede sobrevivir en temperaturas muy bajas, también es resistente a desinfectantes comunes, tales como el alcohol o el yodo. Por fortuna, una mezcla de una parte de lejía o cloro en 32 partes de agua es eficaz para matarlo.
El virus es muy contagioso y letal. Ataca de manera rápida al dividir las células en el cuerpo, en específico las que están en el tracto gastrointestinal, en la médula ósea, así como, en las células madre de los gatitos en el útero. Debido a que el virus afecta a las células sanguíneas, el FPV puede provocar anemia. También puede hacer que los cuerpos de los gatos afectados sean más susceptibles a otras infecciones virales y bacterianas.
Los casos graves de panleucopenia felina se observan con mayor frecuencia en gatitos de entre dos y seis meses de edad, hembras preñadas y gatos inmunodeprimidos. Los gatos que están en mayor riesgo de un brote de esta enfermedad son los que viven en manada, ya sean gatos salvajes o en granjas, los que viven en un refugio estresante o los que están en situación de calle.
Para los gatos adultos que son saludables, el virus puede incluso no detectarse, debido a que no presentan síntomas. Los gatitos que sobreviven a la infección se vuelven inmunes a algún otro contagio por el virus. La panleucopenia también puede infectar a gatos salvajes, visones, mapaches y hurones.
El virus se elimina a través de las secreciones corporales de los animales infectados, incluso hasta 6 meses después de la exposición. Los gatos pueden infectarse a través de la exposición directa a heces infectadas, saliva o partículas virales que quedan en los platos de comida y agua, toallas, ropa de cama o superficies alrededor de la casa o del refugio.
El FPV también se puede transmitir en el útero a través de la madre, así como, cuando la madre los acicala.
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Síntomas de la infección
El virus ingresa por la boca o la nariz de un gato. Primero se ven afectados los ganglios linfáticos de la garganta y luego, durante los siguientes dos a siete días, la infección se mueve muy rápido a la médula ósea y al intestino.
En la médula ósea, el virus suprime la producción de todos los glóbulos blancos ("panleucopenia" significa "sin blanco"), que son las células necesarias para combatir la infección. Sin glóbulos blancos, el cuerpo del gato no puede detener la propagación del virus.
En el intestino el virus provoca úlceras que ocasionan diarrea, deshidratación letal e incontenibles infecciones bacterianas subsecuentes. Sea la deshidratación o la infección bacteriana que se propaga del intestino hasta el sistema circulatorio del gato es lo que por lo general ocasiona la muerte. En los gatos infectados de FPV los síntomas son similares a los del parvovirus canino, los cuales incluyen:
Vómito |
Depresión |
Diarrea (en ocasiones con sangre) |
Ocultamiento |
Falta de apetito |
Anemia |
Fiebre alta |
Pérdida de peso significativa |
Deshidratación intensa |
Signos neurológicos (si el virus ataca al cerebro) |
Diagnóstico del FPV
El veterinario tomará registro del historial, lo cual incluirá la salud general del gato y si ha tenido contacto con otros gatos o pasa tiempo fuera de casa. Dado que el virus ocasiona síntomas que también podrían surgir debido a otras enfermedades y los cuales incluyen: envenenamiento, leucemia felina (FeLV, por sus siglas en inglés), el virus de inmunodeficiencia felina (FIV, por sus siglas en inglés) y la pancreatitis, el veterinario tendrá que descartarla primero.
Las pruebas de laboratorio de rutina incluyen un hemograma completo (CBC, por sus siglas en ingl´s), un panel bioquímico y un análisis de orina. Por lo general, los análisis de sangre demuestran un menor conteo de glóbulos blancos y rojos, lo que indica anemia. Para verificar que el virus se haya eliminado por completo, se puede tomar una muestra de materia fecal.
Las pruebas específicas para detectar el FPV incluyen: inmunofluorecencia de anticuerpos, reacción de cadena de polimerasa y aislamiento del virus, aunque no es común usarlas. Como regla general, los gatitos con síntomas gastrointestinales severos además de un conteo bajo de glóbulos blancos y anemia, pueden estar contagiados del FPV.
Opciones de tratamiento
Por desgracia, no existen protocolos específicos para el FPV, por lo que la única manera es mantenerlo con vida hasta que el sistema inmunológico elimine la infección. Como mínimo, esto requiere una terapia intensiva con fluidos por vía intravenosa, para prevenir la deshidratación y el control de bacterias intestinales que surjan.
Dependiendo de los síntomas del gatito, es posible que se requieran otros medicamentos, incluyendo expectorantes para ayudar a controlar la bronquitis o la neumonía, antieméticos para ayudar a controlar las náuseas y los vómitos y transfusiones totales de sangre, para pacientes con anemia grave. En ocasiones, también se necesita apoyo nutricional por la falta de apetito y, a menudo, es necesario controlar el dolor.
Es necesario hospitalizar a estos gatos durante este período crítico, así como aislarlos de otros felinos. En la carrera por salvarle la vida al gato, los veterinarios integradores pueden utilizar también la terapia de vitamina C, nosodos homeopáticos para el FPV, así como, la terapia que restaura el microbioma durante el tratamiento, para ayudar a estimular rápido el sistema inmune del gato.
Por desgracia, incluso con una terapia agresiva, el FPV es casi siempre mortal en los gatos muy jóvenes o inmunocomprometidos. Los gatos adultos con un sistema inmunológico más fuerte tienen un pronóstico mucho mejor, pero incluso sus posibilidades de supervivencia no son muchas.
El experto en vacunas veterinarias, Dr. Ronald Schultz, considera que la mejor manera de proteger de esta enfermedad a los gatos es aplicarles dos vacunas antipanleucopenia a tiempo y desde bebés. El Dr. Richard Pitcairn aboga por el uso de nosodes en su lugar. Yo uso ambos.
Cuidados en el hogar para gatos con panleucopenia felina
Para los gatos que sobreviven, la buena noticia es que nunca volverán a padecer la enfermedad de nuevo. Sin embargo, pueden tardar semanas o incluso meses en recuperarse por completo.
Una vez que un paciente con FPV sea dado de alta del hospital veterinario, será necesaria una excelente atención de apoyo continuo en el hogar. El gato necesitará descansar en un área tranquila y cálida, lejos de situaciones estresantes y del ajetreo cotidiano. También deberá estar aislado de otros gatos hasta que se recupere por completo.
Es importante acariciar y abrazar a tu gato, porque esta enfermedad tiene un efecto que en específico los deprime, tanto a nivel físico como mental, y necesitará atención y afecto mientras se recupera. Dicho esto, deberás practicar una higiene muy estricta durante su recuperación de la infección.
Es importante considerar que las partículas virales pueden permanecer en el hogar durante muchos meses. Asegúrate de limpiar muy bien, en específico todo lo que tenga contacto con el gato y sus pertenencias, para evitar la propagación involuntaria del virus a otros gatitos de la casa.
Cualquier persona que ingrese a tu hogar deberá tomar todas las precauciones necesarias para evitar la propagación de la enfermedad, incluso a través de los zapatos y la ropa contaminados. También es importante desinfectarse bien las manos y los brazos antes de entrar en contacto con animales no infectados.
La lejía o cloro puede utilizarse como un desinfectante efectivo. Sin embargo, la mejor manera de asegurarse de haber erradicado eficazmente el virus de tu hogar es reemplazar todas las pertenencias de tu gato por nuevas, incluida la ropa de cama, los juguetes, los platos, las toallas y las cajas de arena.