¿Quién es más inteligente: tu gato o tu perro?

inteligencia de perros y gatos

Historia en Breve

  • Un estudio sugiere que los gatos tienen memoria episódica igual que los perros y que podrían ser tan inteligentes como ellos
  • La memoria episódica se relaciona con la introspección y, según el autor principal del estudio, es posible que los gatos "disfruten recordar activamente sus experiencias de forma similar a las personas"
  • No es fácil comparar la inteligencia entre especies, pero algunos expertos hacen uso del Cociente de Encefalización (EQ, por sus siglas en inglés) para comparar la inteligencia y el peso del cerebro en relación con el tamaño corporal de un animal
  • Se cree que los animales sociales (perros) gozan de una inteligencia emocional superior a la de los animales solitarios (gatitos), por lo que muchos expertos piensan que los perros son más inteligentes
  • Además de eso, los gatos son más difíciles de estudiar que los perros; sin embargo, es posible entrenarlos para que logren distinguir cantidades distintas de objetos y seguir las señales de las personas, tal como los caninos

Un estudio llevado a cabo en Japón sugiere que, debido a que los gatos son tan buenos como los perros en ciertas pruebas de memoria, existe la posibilidad de que sean tan inteligentes como ellos. En el estudio, participaron 49 gatos domésticos, los cuales demostraron tener la capacidad de evocar recuerdos de experiencias agradables, por ejemplo, comer su alimento favorito.

Los recuerdos exclusivos de un evento específico se conocen como memoria episódica y, tal como las personas, los perros pueden tener este tipo de recuerdos, los cuales se vinculan con la experiencia de un individuo de un evento en particular y, por lo tanto, solo le pertenecen a él. Bob Yirka escribió lo siguiente para el sitio web Phys.org:

"Investigaciones anteriores han demostrado que los seres humanos tenemos lo que se conoce como memoria episódica, la cual es la capacidad de asociar información autobiográfica con detalles contextuales; un ejemplo sería recordar los detalles de una fiesta de cumpleaños y no solo el hecho de que se llevó a cabo. Parte de esta memoria permite recordar qué evento y cuando sucedió, y los investigadores querían saber si los gatos también la tenían, ya que otros estudios han demostrado que los perros cuentan con ella".

La memoria episódica es diferente a la memoria semántica, la cual se forma a partir de hechos y normas que los animales aprenden para sobrevivir. El investigador principal, Saho Takagi de la Universidad de Kyoto, comentó lo siguiente en una entrevista con BBC News:

"Se considera que la memoria episódica se relaciona con la función introspectiva de la mente; nuestro estudio podría sugerir que los gatos cuentan con algún tipo de conciencia. Una especulación interesante es que tal vez disfrutan evocar activamente los recuerdos de sus experiencias, igual que las personas".

Diversas investigaciones previas sugieren que los primates, las palomas y las ratas también tienen la capacidad de construir recuerdos episódicos.

Un estudio sugiere la posibilidad de que los gatos y los perros cuenten con la misma inteligencia

Los investigadores usaron varios tazones de comida para alimentar a los gatos a lo largo del periodo en que los analizaron. Gracias a eso, descubrieron qué tipos de alimentos preferían y se los sirvieron en un tazón específico, lo que provocó que los gatitos formaran recuerdos de lo que se les dio y cuándo sucedió. Después, cambiaron los tazones para observar si un gato en particular podría recordar esos detalles.

Otros experimentos que realizaron los investigadores demostraron que los gatitos eran capaces de recordar si habían buscado un tazón determinado cuando buscaban un tipo de alimento en particular, así como las circunstancias del suceso. El equipo de investigación cree que los gatos pueden recordar durante períodos mucho más extensos de lo que midieron en sus experimentos y también aseguran que cuentan con la misma capacidad que los perros para enfrentar numerosas pruebas mentales, lo que incluye responder ante los gestos, las expresiones faciales y las emociones de las personas.

"Comprender a los gatos con mayor profundidad nos ayuda a establecer mejores relaciones entre nosotros", aseveró Takagi. "Es muy probable que los gatos sean tan inteligentes como los perros, en contraste con la opinión popular de que los caninos son mucho más listos".

Esta investigación podría abrirle paso a estudios adicionales que permitan determinar la duración de los recuerdos de los gatos y qué clase de episodios de sus vidas también pueden formar parte de esos recuerdos. Esto podría ser muy emocionante, ya que las investigaciones que se realizan en gatos no reciben la misma atención ni financiamiento que las investigaciones en perros.

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¿Qué tan precisa es la comparación de la inteligencia canina y gatuna?

Los amantes de los perros y gatos se han preguntado esto durante décadas, pero es muy difícil investigar quiénes son más inteligentes porque la pregunta es complicada. Los perros y los gatos pertenecen a especies diferentes, por lo que comparar la inteligencia entre ellos es como comparar peras con manzanas y, en mi opinión, es casi imposible evaluarla con precisión. Como escribe Stanley Coren, PH. D., autor de The Intelligence of Dogs, en Psychology Today:

"Cuando se trata de comparar a los perros con los gatos, cada uno tiene capacidades especializadas para hacer cosas distintas. La naturaleza de los perros les permite correr mucho mejor, mientras que los gatos tienen una habilidad superior para manipular cosas con sus patas. Dado lo anterior, un gato tendría una gran ventaja en una prueba que implique tirar de cuerdas o accionar palancas, mientras un perro lo superaría en una que implique moverse de un lugar a otro y donde la velocidad sea una medida del rendimiento.

Charles Darwin afirmó que: ‘la inteligencia se basa en la eficacia de una especie para hacer las cosas que necesita para sobrevivir’, y se podría argumentar que, según esta definición, todas las especies que se mantienen sanas, numerosas y evitan la extinción, son inteligentes en la misma medida".

Hasta cierto punto, es cierto que tener un cerebro de mayor tamaño implica contar con una mayor inteligencia, no obstante, existe la complicación de que los animales más grandes requieren cerebros más grandes por naturaleza (en sí, esto no es un indicador de que posean una inteligencia superior).

El cociente de encefalización (EQ): una herramienta para comparar la inteligencia entre especies

De acuerdo con Coren, el "cociente de encefalización" (EQ, por sus siglas en inglés) se desarrolló en la década de los setenta como una herramienta para comparar la inteligencia y el peso del cerebro en relación con el tamaño del cuerpo de un animal, lo cual solucionó los problemas que solían presentarse al intentar relacionar el tamaño del cerebro con la inteligencia.

Tras hacer uso de esta herramienta, resulta que un animal que tiene una mayor masa cerebral en relación con su tamaño corporal, cuenta con una inteligencia superior. De acuerdo con el EQ, los animales más inteligentes son: los humanos, los grandes simios, las marsopas y los elefantes (en orden descendente). Los perros están muy cerca de quienes encabezan esta lista. Los gatos se posicionan un poco más abajo, por encima de los caballos, las ovejas, los ratones, las ratas y los conejos.

Los animales sociales tienden a gozar de una mayor inteligencia emocional que los que son solitarios por el simple hecho de que socializar requiere solucionar problemas, comunicarse e interactuar en mayor medida. Los gatos no son animales de carga como los perros. A pesar de lo anterior, Coren comenta algo interesante: las investigaciones sugieren que los perros se están volviendo aún más inteligentes debido a que las demandas sociales están aumentando.

Esas exigencias surgen a raíz de las interacciones tan estrechas que tienen con las personas, ya que los hemos obligado a entender nuestras formas de comunicación a lo largo del tiempo, en un grado mucho mayor que a los gatos. Los investigadores pusieron a prueba esta teoría y descubrieron que, con base en el EQ, los perros se han vuelto más inteligentes de manera progresiva, mientras que la inteligencia de los gatos casi no ha cambiado. De acuerdo con la explicación de Coren:

"Esto significa que, además de que los perros son más inteligentes que los gatos, la brecha entre las especies crece con el paso del tiempo. Es posible que surja otra discusión debido a que estos datos pueden explicar por qué nunca escuchamos sobre cosas como un 'gato guía', 'gato policía' o' gato de búsqueda y rescate'".

En comparación con los perros, los gatos tienen casi el doble de neuronas que se asocian con el procesamiento, la resolución de problemas y la percepción

Sin duda, es mucho más fácil entrenar a los perros y trabajar con ellos que con la mayoría de los gatos, y esto también aplica cuando se trata de realizar estudios de investigación. ¿Será posible que los gatos sean tan inteligentes como los perros, o quizás más, pero no sienten la necesidad de demostrar su inteligencia? Por mencionar un ejemplo, algunos científicos han argumentado que la cantidad de neuronas es un indicador de inteligencia mucho más importante que el tamaño del cerebro, y los gatos sobresalen en eso.

Los mininos tienen 300 millones de neuronas en su corteza cerebral, la cual es el área del cerebro que se asocia con el procesamiento, la resolución de problemas y la percepción; en contraste, los perros solo cuentan con 160 millones. A pesar de ello, los perros pueden clasificar los objetos en categorías (lo que significa que son capaces de pensar de forma abstracta) y tienen la capacidad de interpretar lo que piensan las personas: estos son indicadores de su inteligencia.

Aun así, los investigadores han demostrado que es posible entrenar a los gatos para que realicen hazañas tan impresionantes como distinguir cantidades distintas de objetos y seguir las señales de las personas, tal como los caninos. No es sorprendente que sea tan difícil convencer a los gatos de que muestren lo que pueden hacer. Por ejemplo, al evaluar la capacidad de distinguir diferentes cantidades, los investigadores concluyeron que era mucho más fácil trabajar con peces que con gatos.

Los gatos domésticos aún tienen un lado salvaje

Tampoco fue sorprendente la manera tan diferente en la que respondieron los perros y los gatos cuando se les presentó un rompecabezas imposible de resolver. Los perros buscaron ayuda de los humanos, mientras que los gatos siguieron intentando resolverlo por sí mismos. Esta es una distinción que también se ha documentado entre perros domesticados y lobos criados por humanos. Y esto tiene mucho sentido si se toma en cuenta que muchos expertos creen que los gatitos son "semidomesticados", en especial si se les compara con los perros.

Si las diferencias de inteligencia entre los gatos y los perros te parecen fascinantes, tal vez te interese saber que tu preferencia por una u otra especie puede revelarte algo sobre tu propia inteligencia.

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