De acuerdo con un estudio que se realizó en Alemania y se publicó en Current Biology hace unos meses, las mortíferas serpientes de cascabel ejecutan una maniobra muy astuta para correr un menor riesgo de que las pise alguna persona descuidada. Su cascabeleo se escucha más fuerte cuanto más se acerca una persona; además, su frecuencia se vuelve mayor y esto crea la ilusión de que se encuentra mucho más cerca de lo que en realidad está.
Las serpientes de cascabel agitan los músculos de la cola hasta 90 veces por segundo
El sonido que caracteriza a las serpientes de cascabel se produce cuando agitan con rapidez los anillos de la punta de su cola, los cuales son rígidos y se componen de queratina (la misma proteína que se encuentra en el cabello y las uñas de las personas). Y al decir que "los agitan con rapidez", estamos hablando de que hacen vibrar los músculos de la cola hasta 90 veces por segundo para que las amenazas potenciales noten su presencia, ya sean animales o personas.
Desde hace varias décadas, los científicos sabían que estas criaturas modifican la frecuencia de su sonido, pero no mostraban ningún interés en determinar por qué lo hacen, hasta hace poco. El autor principal del estudio, Boris Chagnaud, de la Universidad Karl-Franzens en Graz, Austria visitó un centro de animales y se percató de que la frecuencia del cascabeleo aumentaba cuando se acercaba a las serpientes y disminuía cuando se alejaba.
Basándose en esto, los investigadores alemanes decidieron estudiar varias serpientes conocidas como cascabel diamante del oeste, y registraron sus reacciones tras percibir un disco negro y un torso similar al de una persona, que crecían en tamaño y parecían acercarse a ellas.
A medida que los objetos se movían o daban la impresión de acercarse, la frecuencia del cascabeleo se elevó hasta 40 Hz y luego alcanzó entre 60 y 100 Hz de manera abrupta. Resultados adicionales demostraron que las serpientes adaptaron la frecuencia de su cascabeleo en función a la velocidad a la que se acercaba el objeto y no a su tamaño.
"En la vida real, las serpientes de cascabel recurren a señales vibratorias e infrarrojas adicionales para detectar a los mamíferos que se acerquen, por lo que podríamos esperar respuestas de cascabeleo aún más fuertes", aseveró Chagnaud.
Los investigadores se dispusieron a averiguar cómo perciben los demás ese cambio en la frecuencia del cascabeleo, así que diseñaron un entorno de realidad virtual y les pidieron a 11 participantes que se desplazaran en un pastizal hacia una serpiente oculta. La velocidad de su cascabeleo creció a medida que las personas se acercaban y aumentó a 70 Hz de manera abrupta a una distancia virtual de 4 metros (más de 13 pies).
Se les solicitó a los participantes que indicaran el momento en que percibieran que la fuente de sonido estaba a una distancia de 1 metro (más de 3 pies). Ellos subestimaron la distancia que los separaba de la serpiente virtual debido a que la frecuencia del sonido aumentó de manera repentina.
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Las serpientes de cascabel envían una señal sofisticada que engaña a quienes la escuchan
Los científicos llegaron a la conclusión de que el cambio de frecuencia no solo es una simple advertencia, sino una señal de comunicación entre especies de gran complejidad.
"El cambio repentino al modo de alta frecuencia actúa como una señal muy sofisticada que engaña a quien la escucha respecto a la verdadera distancia que lo separa de la fuente de sonido", afirma el autor principal Boris Chagnaud de la Universidad Karl-Franzens en Graz, Austria. "Cuando el oyente interpreta la distancia de manera equivocada, se genera un margen de seguridad".
Los autores del estudio creen que las serpientes agitan su cascabel con mayor rapidez para aprovechar la manera en la que funciona la audición de las personas, ya que interpretamos un mayor volumen como un indicador de que la fuente de sonido se está moviendo más rápido y se está acercando a nosotros.
"Las serpientes agitan su cascabel para advertir que están presentes y esta, además, se trata de una estrategia innovadora que desarrollaron: un sistema acústico de advertencia de proximidad que se asemeja al de los automóviles cuando van marcha atrás", comentó Chagnaud.
"La evolución es un proceso aleatorio y es probable que lo que consideramos sofisticado desde la perspectiva actual sea el resultado de todo lo que han intentado las serpientes al enfrentarse a mamíferos de gran tamaño. Su cascabeleo evolucionó junto con su percepción auditiva de los mamíferos por ensayo y error, así que sobrevivieron las serpientes que lograban evitar que las pisaran".
Antídoto contra mordeduras de serpiente basado en las zarigüeyas
A pesar de que emiten una señal de alerta temprana, las serpientes de cascabel son responsables de la mayoría de los casi 8000 casos de mordedura de serpiente que sufren las personas de Estados Unidos cada año. Las mordeduras de serpientes venenosas son un problema de gran relevancia en todo el mundo, sobre todo en los países en vías de desarrollo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las mordeduras de serpientes ocasionan la muerte de 81 000 a 138 000 personas cada año y provocan una discapacidad grave a largo plazo en un aproximado de 400 000 personas.
Lo que resulta interesante es que existe una criatura que tiene poco que temer: la zarigüeya, que se conoce por su capacidad para resistir la mordedura de casi cualquier tipo de serpiente. Hace algunos años, un equipo de científicos de la Universidad Estatal de San José logró aislar una proteína de la sangre de las zarigüeyas que tiene un gran potencial para funcionar como antídoto.
En el experimento, los ratones que se habían expuesto al veneno y recibieron el péptido de zarigüeya no demostraron efectos nocivos por el veneno, mientras que los ratones que no se trataron murieron en cuestión de horas. De acuerdo con Claire Komives, líder del estudio: "en esencia, el veneno se neutralizó en su totalidad".
Aún no se comprende por completo el mecanismo que permite que el péptido de la zarigüeya actúe contra el veneno de serpiente. Casi todo el veneno de serpiente contiene más de una toxina, por lo que parece poco probable que el péptido funcione al unirse solo a una de ellas. La hipótesis de Komives es que la proteína del veneno se une a la proteína de la zarigüeya y esto elimina la toxicidad.
Para crear el antídoto, los investigadores hicieron una síntesis química de la proteína. Programaron la bacteria E. coli para producir los primeros 11 aminoácidos de la proteína que le brinda a las zarigüeyas la inmunidad al veneno de serpiente. Hacer uso de esta bacteria también permitirá que el antídoto se produzca en grandes cantidades a un bajo costo.
Los investigadores descubrieron que su antídoto protegía a los ratones del veneno de la serpiente de cascabel diamante del oeste de Estados Unidos y de la mortífera víbora de Russell, nativa de Pakistán.
Hace falta realizar más investigaciones para determinar si el antídoto puede ser útil para las personas, y antes de comercializarlo, es necesario perfeccionar el procedimiento. A pesar de ello, los investigadores estimaron un costo de $ 1 dólar, o menos, por cada dosis, lo que supone un ahorro importante en comparación con otros antídotos.