La agresividad de los perros de refugio es solo un mito

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Historia en Breve

  • Los resultados de un estudio reciente a cargo de expertos del Consejo Nacional de Investigación Canina (NCRC, por sus siglas en inglés) indican que el comportamiento de los perros de refugio no difiere del de los domésticos
  • Los investigadores se percataron de que la ciencia no respaldaba una relación causal entre ciertas conductas en el hogar y el abandono posterior, así que revisaron estudios acerca de la prevalencia de varios comportamientos entre perros que llevaban una buena vida como mascotas; la mayoría de los estudios revelaron que la mitad de los dueños, como mínimo, reportaron que sus perros manifestaban conductas problemáticas, aunque estaban muy satisfechos con ellos
  • En la actualidad, se aplican evaluaciones de comportamiento para determinar si los perros son agresivos o si son aptos para convertirse en mascotas; pero, con base en los hallazgos del estudio, el NCRC planea determinar que dichas evaluaciones ya no serán necesarias y, de esta manera, ayudar a los refugios a ahorrar dinero y recursos
  • A pesar de ello, ya se han realizado pruebas para medir qué tan efectivas son las evaluaciones de comportamiento y los resultados han sido contradictorios, lo que incluye que, en algunas ocasiones, pueden clasificar a los perros como agresivos cuando no lo son
  • Por fortuna, la mayoría de los perros que tienen problemas de comportamiento, como ciertos tipos de agresividad, pueden rehabilitarse si se les brinda el cuidado y cariño adecuados

Hace poco, varios expertos del Consejo Nacional de Investigación Canina (NCRC, por sus siglas en inglés) y de la Escuela de Medicina Veterinaria Cummings de la Universidad de Tufts revisaron varios estudios y documentos sobre el comportamiento de los perros de refugio y concluyeron que su comportamiento no difiere del que presentan los domésticos.

Los investigadores se percataron de que la ciencia no respaldaba que existiera una relación causal entre ciertas conductas que manifestaban los perros en el hogar y el abandono posterior por parte de sus dueños. Esta conjetura es la razón principal por la que se realizan evaluaciones de comportamiento para que los dueños no abandonen a sus perros después de un tiempo de adoptarlos, y el artículo del NCRC examina esta situación con mayor detenimiento.

Los investigadores publicaron su artículo bajo el título: "Saving normal: A new look at behavioral incompatibilities and dog relinquishment to shelters" en el Journal of Veterinary Behavior.

¿Las evaluaciones de comportamiento que se realizan en los refugios son de utilidad?

El estudio del NCRC cuestiona que muchos consideran que es necesario evaluar el comportamiento de los perros de refugio, que consiste en identificar las conductas "problemáticas" que podrían ocasionar que los abandonen, con el objetivo de modificar su comportamiento antes de que los adopten o limitar el número de personas que aspiren a llevarse algún cachorro con dichas características.

Los investigadores se propusieron resolver algunas interrogantes: ¿Cuál es la evidencia de que las incompatibilidades conductuales son factores que aumentan el riesgo de abandono? ¿Qué conocemos acerca de la prevalencia de estas conductas en los perros que llevan una buena vida como mascotas? ¿Cómo se catalogan y clasifican los motivos del abandono que se reportan y qué influencia podría tener esto en las conclusiones? Y ¿cómo influyen estas cuestiones en las decisiones que se toman sobre las prácticas de los refugios?

Descubrieron que, entre el personal del refugio, "parece existir la idea de que basta con registrar los motivos de abandono según los dueños y que esto constituye una evaluación de riesgos relacionada con la frecuencia de los factores que se reportaron". De acuerdo con el NCRC:

"Esto no es lo que se debe hacer. La evaluación de riesgos es una medida comparativa, así que se requiere un grupo de control que represente a la totalidad de la población para compararlo con el grupo de interés. Una muestra por conveniencia (por ejemplo, una encuesta abierta en Internet) suele considerarse inapropiada como grupo de control, ya que no es posible evaluar el sesgo de autoselección.

Lo más recomendable es que la muestra se seleccione de manera aleatoria, ya que es más probable que los resultados representen a la población general como debe ser. En este caso, los perros domésticos serían la población de la que se extraería el grupo de control, mientras que el grupo de estudio estaría constituido por los perros abandonados.

Solo si se demuestra que el factor de interés (como morder las pertenencias del dueño) es más común entre los perros abandonados que entre la población general de perros domésticos, se puede afirmar que la conducta de morder es un factor que podría conducir al abandono. Si las cifras de los 2 grupos son iguales, ese aspecto no tiene relevancia alguna. En caso de que resulte más común entre los perros adoptados, incluso podría considerarse un factor de protección".

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Los perros que reciben cariño y aprecio también manifiestan conductas problemáticas

Los investigadores también descubrieron que, cuando las personas dan a conocer por qué abandonaron al perro, el personal del refugio tiende a agrupar todos los motivos de que tienen que ver con el comportamiento y registra las demás razones por separado, como las dificultades financieras y los conflictos relacionados con el estilo de vida; esto provoca que los problemas de conducta se conviertan en el motivo predominante. Otro problema es la manera en que se plantean las cuestiones del abandono:

"Se solicitó que brindaran una gran variedad de respuestas, desde seleccionar factores específicos que se dispusieron en listas, hasta contestar preguntas abiertas en las que mencionaron motivos propios, e incluso, describir la frecuencia de diversas conductas (por ejemplo, 'a menudo' o menos de 2 veces por semana), con un rango muy amplio de opciones.

A veces, se les solicitaba que eligieran solo una razón, mientras que, en otras ocasiones, podían elegir un número limitado o ilimitado de opciones según lo que aplicara y algunas veces debían jerarquizarlas".

De acuerdo con los investigadores: "no es posible evaluar el efecto de todas estas variaciones en los hallazgos, ni hacer comparaciones dignas de credibilidad entre varios estudios, así que no se puede apreciar un consenso entre los estudios de cotejo de motivos."

Por lo anterior, y debido a que hay muy pocos estudios de factores de riesgo bien elaborados, los investigadores revisaron 14 estudios que trataban sobre la prevalencia de varias conductas entre los perros que llevan una buena vida como mascotas. Su objetivo era comprobar si los dueños necesitaban que sus perros no manifestaran las conductas por las que suelen darse los abandonos.

La mayoría de los estudios revelaron que la mitad de los dueños, como mínimo, reportaron que sus perros manifestaban conductas problemáticas, pero, aun así, estaban muy satisfechos con ellos.

"Es posible que los perros presenten algunas conductas o hábitos que no sean del agrado de sus dueños, pero esto no significa que no los quieran y los aprecien", concluyeron los autores.

¡Estoy seguro de que todos los que aman a los perros piensan lo mismo!

Herramientas de evaluación de comportamiento SAFER y Assess-a-Pet

En caso de que hayas adoptado un perro de un refugio, es muy probable que el personal lo haya sometido a una evaluación de comportamiento antes de darlo en adopción. Los perros que llegan a los refugios provienen de situaciones de vida muy diversas y, a menudo, se desconocen sus orígenes, así que esas pruebas se aplican para separar a los perros "buenos" de los "malos".

Si dejamos a un lado la noción de perros "malos" por un momento, en los refugios, los trabajadores deben decidir si un perro puede ser adoptado por una familia de manera segura. ¿Podrá tolerar que un niño pequeño le jale la cola? ¿Se volverá agresivo hacia otras mascotas? ¿Morderá a quien entre con un sombrero que no le resulte familiar o con un paraguas?

Estas son algunas clases de escenarios prácticos que se intentan recrear en las evaluaciones de comportamiento para juzgar cómo reaccionarían los perros. Los puntajes de estas evaluaciones lo son todo: si el perro no aprueba, corre el riesgo de que lo sacrifiquen; si aprueba, lo pueden dar en adopción.

Ninguna prueba cuenta con una precisión absoluta (en especial cuando se aplica en el ambiente de un refugio de animales, que suele generar mucho estrés) pero, en estas situaciones de alto riesgo, es fundamental que las evaluaciones sean tan confiables como sea posible.

En Estados Unidos, las mascotas de los refugios suelen someterse a una de dos evaluaciones de comportamiento comunes. Una de ellas se conoce como SAFER Aggression Assessment y la desarrolló Emily Weiss, Ph.D., de la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales (ASPCA, por sus siglas en inglés). Consta de siete elementos, dura 10 minutos y promete ser "un método predictivo y consistente para evaluar la probabilidad de agresividad en cada perro".

Assess-a-Pet es otra evaluación cuyo desarrollo estuvo a cargo de Sue Sternberg. El proceso dura 15 minutos y asegura revelar el temperamento de los perros.

En 2012, la Dra. Sara Bennett, veterinaria que fue residente en un programa de comportamiento en un refugio, se dispuso determinar si los resultados de las pruebas SAFER y Assess-a-Pet eran de confianza. Se le solicitó a varios dueños que completaran un cuestionario llamado Test de evaluación de comportamiento canino (C-BARQ), que se utiliza para determinar el temperamento.

Desde hace tiempo, diversas investigaciones demostraron que sus resultados son muy precisos. Procedió a comparar las puntuaciones del C-BARQ con las otras evaluaciones de comportamiento, que arrojaron resultados desiguales.

Tanto la evaluación Assess-a-Pet como el C-BARQ clasificaron a los perros como agresivos el 73 % de las ocasiones, pero la Assess-a-Pet clasificó al 41 % dentro de esta categoría cuando, en realidad, no pertenecían a ella. Como informó la revista en línea, Bark:

"… [E]sta evaluación [Assess-a-Pet] no arrojó mejores resultados que el azar, así que se puede cuestionar si en verdad es útil para tomar decisiones de vida o muerte. Una prueba con una probabilidad de 60/40 en lugar de 50/50 para tomar la decisión correcta parecería tener un valor marginal".

¿Qué podemos decir de la evaluación SAFER? De acuerdo con Bark:

"SAFER tuvo resultados aún peores. Las similitudes con el C-BARQ estuvieron tan cerca de la casualidad que se determinó que esta evaluación no era válida. De los perros que el C-BARQ identificó como agresivos, la prueba SAFER coincidió solo el 60 % de las veces. Y de los que se catalogaron como no agresivos, SAFER arrojó el mismo resultado solo el 50 % de las veces; por lo tanto, había una probabilidad del 50/50 de que un perro seguro se reconociera como tal".

Medir la agresividad de los perros de refugio es todo un reto

Es muy difícil "probar una prueba", lo que significa que aún hay muchas preguntas sin respuesta sobre la precisión de las evaluaciones de comportamiento que se utilizan en gran medida. La investigación que realizó Bennett junto a sus colegas también ha planteado problemas adicionales, como el hecho de que el comportamiento de los perros suele sufrir cambios drásticos una vez que se adaptan al refugio.

Por ello, la prueba que se le aplique a un perro en su primer día en el refugio puede arrojar un resultado muy distinto a la que se le aplique al tercer día, por ejemplo. Además, es posible que algunos perros nunca logren adaptarse por completo a la vida en el refugio, pero prosperarían en un entorno familiar, como mascotas.

Un estudio de la prueba SAFER que se publicó en el Journal of Applied Animal Welfare Science concluyó que aún no se conoce cuál es el momento más idóneo para evaluar a un perro de refugio (en el día de su llegada o al tercer día), y agregó lo siguiente:

"Hasta que se logre identificar el momento ideal para realizar la prueba, debe tomarse en cuenta el grado de bienestar del que goce el perro, y no se debe evaluar a los que presenten estrés severo".

El problema es que la mayoría de los perros de refugio sienten estrés de manera constante y esto impide que haya un momento "ideal" para realizar la prueba.

Cómo ayudar a los perros que presentan agresividad y otros problemas de comportamiento

Otro asunto que no queda claro respecto a las evaluaciones de comportamiento es qué se debe hacer con los perros que se identifican como agresivos. Por lo general, estos perros se pueden rehabilitar, pero los recursos con los que cuente el refugio suelen determinar si es posible brindarles esa oportunidad.

Es imperativo recordar que los perros llegan a los refugios con traumas, ya sean físicos o emocionales. Por ello, es común que le tengan miedo las personas y es posible que no los hayan tocado con regularidad, y mucho menos que hayan socializado con otros animales o hayan vivido ciertas experiencias de la vida diaria (como dominar el arte de subir escaleras). Cabe la posibilidad de que su miedo se manifieste como agresividad y, en ese caso, no se pueden dar en adopción hasta que aprendan a llevarse bien con las personas y otros animales.

Los perros manejan el estrés de manera diferente, pero incluso si sufrieron maltrato severo, por ejemplo: que los hayan golpeado, abandonado o privado de contacto social o alimento, por lo general, pueden convertirse en mascotas amorosas a pesar de sus cicatrices.

La buena noticia es que cada vez hay más centros de rehabilitación para perros que han sufrido maltrato en Estados Unidos. En el centro de rehabilitación de la ASPCA, en Nueva York, los etólogos trabajan con cada perro de manera individual y el centro tiene características especiales para que los caninos se sientan más tranquilos (como protección acústica, reguladores de intensidad de la luz, así como aromas y música relajantes: algo que dista mucho del típico refugio hecho de concreto en el que hay mucho ruido).

Tuve la oportunidad de visitar Austin Pets Alive, donde la tasa de adopción es de 98 %, un porcentaje espectacular. En este refugio no se sacrifica a los animales y una de las razones por las que tiene ese índice de adopción tan impresionante es que hay muchos etólogos capacitados y entrenadores que recurren al refuerzo positivo, quienes ofrecen su tiempo de forma voluntaria para abordar los problemas de conducta de los perros que llegan al refugio, a medida que los identifican.

La mala noticia es que no todos los refugios han instituido programas de entrenamiento tan rigurosos, así que muchos de los perros que han sufrido maltrato o que no han socializado como se debe no tendrán la oportunidad de rehabilitarse.

Tal vez hayas vivido la experiencia de adoptar un perro de refugio y descubrir que todavía manifiesta alguna conducta que lo acompaña desde que lo llevaste contigo, así que es necesario que contrates los servicios de entrenadores que recurran a técnicas positivas para abordar el problema en cuestión. Si los problemas de conducta son muy difíciles de tratar, es posible que se requieran los servicios de un etólogo clínico.

En caso de que estés considerando adoptar un perro de refugio, te recomiendo un programa llamado A Sound Beginning, que está diseñado para enseñarle a los perros y a sus nuevos dueños a comunicarse de manera efectiva y formar un vínculo inquebrantable.

Poner en práctica algunas de sus sugerencias antes de que tu mascota llegue a casa es una de las mejores maneras de lograr que la transición sea pacífica y positiva durante las primeras semanas tan críticas, en las que se sientan las bases de una relación increíble.

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