El linfoma es un cáncer muy común en los perros. Todas las razas se ven afectadas, pero los Golden Retriever, Labrador Retriever, Boxer y Boston Terriers son los que tienen más alta probabilidad de sufrir. Sólo el 50 por ciento de los perros que reciben quimioterapia para el linfoma sobreviven un año después y sólo el 15 por ciento sobrevive los dos años.
Sin embargo, en los últimos 10 años, más de 100 perros con linfoma se han curado con un procedimiento que históricamente se había reservado para el tratamiento del cáncer humano-- trasplantes de médula ósea. Esos 100 perros representan una impresionante tasa de curación del 50 por ciento de una forma de cáncer canino que es muy fatal.
Como pudiera adivinar, el procedimiento es complejo. El siguiente es un resumen general de los pasos involucrados.
Procedimiento del Trasplante de Médula Ósea Canina
Esta información fue tomada de, Hematopoietic Cell Therapy: An Owner's Guide1 (Terapia de Células Hematopoyéticas: Una Guía Para Dueños).
- En primer lugar, el perro debe someterse a quimioterapia para lograr una completa remisión clínica. Varias pruebas de diagnóstico se realizan, incluyendo un recuento sanguíneo completo, radiografías de tórax y ultrasonido abdominal para detectar las células cancerosas restantes. Si no se encuentra ninguna, el perro ya logró la remisión clínica completa (RC) y puede continuar con el siguiente paso, "la terapia de consolidación."
- La terapia de consolidación fue diseñada para reducir aún más la presencia de cualquier célula de cáncer oculta en el cuerpo o médula ósea y para asegurar que las células cancerosas no puedan contaminar la preparación de las células madre (médula ósea). Para lograr este objetivo, se administran dosis altas de quimioterapia. Durante la siguiente semana, las muestras de sangre son analizadas para detectar incluso los números mínimos de células cancerosas restantes en la sangre. Si no se encuentra ninguno, el perro ha logrado la remisión molecular (MR), que es el mejor de los casos para un trasplante de médula ósea exitoso.
- En este momento se empiezan a administrar antibióticos orales para reducir el recuento de las bacterias en el tracto gastrointestinal, lo que reduce la posibilidad de que las bacterias entren al torrente sanguíneo después de la radioterapia, lo que resulta en la sepsis (una infección bacteriana sistémica). Los perros deben permanecer tomando antibióticos hasta que están listos para salir del hospital después de que haya terminado el tratamiento completo y el período de recuperación.
- El siguiente paso en el proceso implica la recolección de células hematopoyéticas del perro usando una máquina de aféresis que aísla las células de otras células rojas de la sangre y los recupera, mientras que el resto de los componentes de la sangre se regresan al paciente en ciclos. Este procedimiento implica hospitalizar al perro la noche anterior para administrarle un medicamento que estimule la liberación de las células hematopoyéticas de la médula ósea a la sangre.
- Después de aproximadamente seis horas de haberse administrado el medicamento, la máquina de aféresis se adjunta al perro a través de catéter. El proceso de aféresis dura varias horas, pero de acuerdo con los veterinarios que realizan el procedimiento, no produce ninguna molestia para el perro. De vez en cuando, se administra un sedante suave para calmar a los pacientes agitados.
- Una muestra de las células hematopoyéticas se envía durante la noche para ser analizada y determinar si un número suficiente fue colectado. Una segunda muestra se envía para análisis de ADN para asegurar que las células hematopoyéticas no estén contaminados con células tumorales. El perro se queda en el hospital durante la noche por si es necesaria una segunda ronda de aféresis (que por lo general no lo es), o de lo contrario seguir con el siguiente paso--radioterapia.
- Un día o dos después de la aféresis, el perro recibirá dos terapias de radiación gama de 60 a 70 minutos, con un descanso de tres horas en cada terapia. Los pacientes deben ser sedados o anestesiados durante la radioterapia para asegurar que estén completamente quietos y para posicionar adecuadamente sus cuerpos.
- Inmediatamente después de la segunda sesión de radiación, las células hematopoyéticas recogidas durante la aféresis se regresan al perro a través de vía Intravenosa. Las células viajan a la médula ósea, se injertan y comienzan a dividirse y a crear nuevos glóbulos.
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Período de Recuperación Después del Tratamiento
Después de la terapia de radiación e infusión de las células hematopoyéticas, los perros se colocan en una unidad de aislamiento para recuperarse. Este es un período crítico que dura unas dos semanas. La unidad de aislamiento está diseñada para ofrecer el máximo confort para los perros y se les permite la entrada a sus familiares humanos.
De 7 a 10 días en el período de recuperación, el conteo de glóbulos blancos y de plaquetas de los perros estará en sus niveles más bajos. El sistema inmune estará extremadamente débil y hay un peligro de hemorragia espontánea hasta en aproximadamente 14 días después del tratamiento. Una vez que un perro pasa la marca de dos semanas, los glóbulos blancos y los niveles de plaquetas aumentan y el sistema inmunológico se restablece.
Durante el período de recuperación inicial, los perros reciben líquidos por vía intravenosa, pero sin comida ni agua por vía oral durante varios días. La radioterapia daña el tracto gastrointestinal, por lo que durante los primeros días después del tratamiento, la mayoría de los perros no tienen mucho apetito. La recuperación de los signos vitales de los pacientes y otras medidas de salud son revisados varias veces al día y se realizan pruebas de sangre todos los días para controlar la función del órgano.
Los perros típicamente son aislados durante aproximadamente 10 días, o hasta que su conteo de glóbulos blancos alcanza un nivel seguro. Generalmente se permiten visitas, pero deben seguir una estricta técnica estéril. Si el perro desarrolla fiebre u otros signos de infección durante el período de recuperación, se administrará el tratamiento agresivo con antibióticos. Si se presenta sangrado espontáneo como resultado de un conteo bajo de plaquetas, la transfusión de sangre podría ser necesaria.
Los efectos secundarios comunes del tratamiento incluyen diarrea y náusea ligera. Las complicaciones menos comunes incluyen la anemia, infecciones bacterianas y náuseas prolongadas. Los efectos adversos raros incluyen cistitis severa (irritación de la vejiga), formación de coágulos sanguíneos en los pulmones o el cerebro e infecciones por hongos o parásitos.
Una vez que el conteo de glóbulos blancos del perro se normalice, tarda unos días adicionales para que el recuento de plaquetas empiece a recuperarse. Dado que las plaquetas controlan la coagulación sanguínea, los perros deben estar en completa tranquilidad y deben ser monitoreados cuidadosamente. Durante el período en que hay suficientes glóbulos blancos, pero un conteo bajo de plaquetas, los pacientes se pueden mover de la zona aislada a una zona regular. Una vez que el recuento de plaquetas del paciente alcance el nivel aceptable, por lo general 14 días después de la radiación, puede abandonar el hospital.
Una vez que el perro está de regreso en casa, necesitará análisis de sangre periódicos durante varias semanas. Se realiza la remisión clínica una vez al mes con un examen físico y una vez cada tres o cuatro meses a través de radiografías de tórax y ultrasonido abdominal. Se realiza la remisión molecular cada tres o cuatro meses a través de exámenes de sangre. Si el tratamiento es exitoso, el perro no requerirá quimioterapia adicional u otros tratamientos tumorales convencionales.
Consideraciones Adicionales
De acuerdo con un comentario relativamente reciente por el Dr. Edmund Sullivan de la veterinaria Bellingham, uno de los pioneros sobre el procedimiento de trasplante de médula ósea canina, más de 120 perros con cáncer han recibido un trasplante. Acerca del 30 a 40 por ciento de los perros que recibieron un trasplante autólogo (utilizaron su propia médula ósea) se han curado y más del 60 por ciento de los perros que recibieron un trasplante utilizando médula ósea de un perro pariente se curaron.2
El Dr. Sullivan los invita a que contacten a alguna de las clínicas que realizan este tratamiento en caso que tenga algunas preguntas después de que su perro haya sido diagnosticado con linfoma, leucemia, melanoma múltiple u otra enfermedad sistémica hematopoyética (incluyendo sistémica mastocitoma e histiocitosis sistémica).
En la actualidad, parece que el procedimiento solo se realiza en tres lugares en los Estados unidos:
Bellingham Veterinary en Bellingham, WA
Veterinary Specialty Hospital en San Diego, CA
North Carolina State Veterinary Hospital en Raleigh, NC
Los perros que actualmente están excluidos del tratamiento son los que pesan menos de 30 a 35 libras (esto parece ser un problema con el tamaño de la máquina de aféresis), los que tienen disfunción de órganos (corazón, riñón, hígado), perros con infecciones no controladas o que se encuentran en alto riesgo de desarrollar infecciones secundarias de otra enfermedad (por ejemplo, diabetes o Cushing), y los perros que no pueden mantener una remisión clínica antes o después de la terapia de consolidación.
El costo del procedimiento en el estado de Carolina de Norte (NC) según informes varía entre $13,000 a $ 16,000. Puede ser más caro en otras instalaciones.
Consideraciones Finales
Enterarse de que su perro precioso tiene linfoma es absolutamente devastador. La manera en que elige manejar la situación es una decisión muy personal. Incluso si su mascota es un candidato potencial a un trasplante de médula ósea, el costo del procedimiento puede ser prohibitivo-- especialmente si tiene que viajar a una de las instalaciones que lo realiza.
Además, el estrés del procedimiento puede ser demasiado para algunos perros, por no mencionar el protocolo en sí, que muchos dueños de mascotas pueden ser escépticos al respecto.
Obviamente un trasplante de médula ósea no es la respuesta para todos los perros, por una variedad de razones. Lo que este estudio demuestra que para mí todavía tenemos mucho que aprender acerca de cómo y por qué se presenta el crecimiento celular anormal y el hecho de que protocolos de tratamiento muy diferentes pueden ofrecer algo de éxito. También me recuerda que no existe un enfoque único para tratar cualquier enfermedad. Lo que funciona para un paciente talvez no funcione en otro.
Si usted ama a un perro que ha sido curado por un trasplante de médula ósea, también es probable que tenga algunas opiniones emocionantes sobre el tema. Si tiene un perro con cáncer, investigar el protocolo holístico, integral o tradicional adecuado para su mascota es parte de su trabajo como su dueño y también es importante elegir un protocolo que sea compatible con sus puntos de vista personales.
Creo que la prevención es siempre la mejor medicina. El crecimiento celular anormal (cáncer) puede ser multifactorial, que tiene sus raíces en aberraciones genéticas, así como factores ambientales. Mantener regularmente la vida de su mascota libre de agentes cancerígenos es muy importante, incluyendo:
- Proporcionar un ambiente libre de humo de cigarro y sin toxinas
- Proporcionar alimentos orgánicos sin ingredientes transgénicos
- Proporcionar agua potable sin cloro, metales pesados ni fluoruro
- Darle una alimentación con alimentos sin procesar, frescos y según la especie libre de acrilamidas y aminas heterocíclicas encontradas comúnmente en los alimentos secos
- Reducir o eliminar de la alimentación los carbohidratos refinados (libre de granos)
- Eliminar el potencial de daño por vacunas al realizar pruebas de laboratorio
- Eliminar la exposición ambiental a sustancias químicas (fertilizantes de césped, herbicidas, productos de limpieza tóxicos y pesticidas tópicos)