Lo creas o no, hay muchas cosas que le pueden pasar a la cola de tu mascota. A menos que ya hayas pasado por eso, puede volverse una experiencia bastante espantosa. La cola tiende a ser propensa a lesionarse ya que es una parte del cuerpo sin protección y en constante movimiento.
Las lesiones de cola son mucho más comunes en perros que en gatos. Sin embargo, se sabe que los gatitos también se lastiman la cola.
El daño a la cola puede ser desde un simple pellizco, como cuando alguien pisa accidentalmente la cola del animal o se machuca cuando se cierra una puerta, o puede ser un problema muy grave, que conlleva a sangrados significativos o un daño nervioso.
Dependiendo del nivel del dolor, tu perro puede literalmente aullar en agonía por una lesión de cola. Y con cierto tipo de lesiones, su cola que normalmente mueve podría quedar simplemente flácida, lo cual también es muy alarmante - especialmente si tienes un perro que normalmente está feliz y usa su cola para expresar sus emociones.
Información Básica Sobre la Cola de Tu Mascota
La cola en realidad es una extensión de la columna vertebral de tu mascota - es simplemente más flexible y móvil. Está adjunta al sacro, que es un hueso en la base de la columna.
La cola tiene huesos llamados vértebras coccígeas o caudales que se van haciendo progresivamente más pequeñas a lo largo de la cola. Tienen pequeñas articulaciones y discos entre cada hueso que las amortiguan.
Hay vasos sanguíneos y nervios a lo largo de la cola, así como músculos que controlan el movimiento de la cola y que también intervienen en el proceso de defecación tanto en los perros como en los gatos
Abrasiones en la Cola
Los gatos salvajes y las mascotas callejeras, seguido son víctimas de raspones en la cola y pérdida de pelaje durante los meses de invierno, ya que al esforzase en mantenerse calientes, tienden a subirse al área donde se encuentra el motor en los automóviles estacionados.
El dueño del auto se sube, y lo enciende. El gato que estaba descansando abajo del cofre trata de salir y termina con la cola lesionada o fracturada. Es por ello que durante los meses de invierno siempre recomiendo golpear un poco el cofre del auto antes de sentarte detrás del volante y encender el motor.
Es una buena manera de asegurarte que cualquier animal, como las aves y otros animales salvajes, pueda escapar antes de que prendas el automóvil.
Si la cola de tu gato sufre una abrasión, debes hacer una cita con el veterinario inmediatamente. Si presenta sangrado abundante o pérdida de piel o pelaje, podría ser necesario un viaje de emergencia al hospital, especialmente si no puedes lograr que el sangrado se detenga.
En los casos donde la piel de la cola está gravemente o ampliamente dañada, curarse podría tomar algo de tiempo, la lesión puede ser bastante dolorosa para tu mascota hasta que la piel o el pelaje vuelvan a crecer.
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Fracturas en la Cola
El trauma es casi siempre la causa de una fractura en la cola de un perro o un gato. Por ejemplo cuando los atropellan, o la cola se atora cuando cierran una puerta, o los pisan, o incluso cuando una mascota se cae de la cama o del sillón o cae mal cuando salta.
La buena noticia es que una simple fractura en el extremo de la cola de tu mascota a menudo se cura por sí sola, sin necesidad de cirugía o de yeso. En muy raras ocasiones, se podría necesitar amputar una cola gravemente dañada con huesos separados o fracturados.
Después de que la cola sane, podría aparecer una torcedura o una protuberancia en el lugar donde se produjo la fractura. A menudo, la zona permanecerá sensible, lo cual notarás si tratas de acariciar la cola de tu mascota. Si hay dolor residual, tu perro o gato protegerá la zona, que es la señal para que no toques esa parte de la cola.
Daños a los Nervios en la Cola
El daño nervioso en la cola de tu perro o gato con frecuencia es el resultado de algún jalón. Esto se conoce como avulsión, y puede impactar a los nervios y a los músculos que mueven la cola así como al control de la micción y la defecación.
La función nerviosa puede regresar con el tiempo, pero una mascota con este tipo de lesión a menudo necesita ayuda durante ese lapso. Debes llevar a tu mascota con el veterinario si es incapaz de mover su cola, o no puede orinar o defecar después de una lesión.
El Síndrome de la Cola Feliz
El síndrome de la cola feliz es un apodo para una situación infeliz que se observa con mayor frecuencia en perros grandes que agitan tan bruscamente sus colas delgadas y lisas que terminan con lesiones.
Las vértebras caudales en la cola de tu perro están compuestas de entre 5 a 20 huesos pequeños. Cuando reúnes esos diminutos huesos con un buen suministro de vasos sanguíneos, los envuelves en una cola larga cubierta de pelaje o piel delgada, y la adjuntas a la parte trasera de un perro de gran tamaño, puedes obtener una cola feliz.
La fuerza con la que un perro grande o gigante puede sacudir su cola, golpear superficies una y otra vez por un periodo prolongado de tiempo, puede provocar graves daños, especialmente en la punta. La piel que rodea la punta puede recibir tantos golpes que empieza a sangrar. Y si ocurre con suficiente frecuencia, la lesión en la cola se puede convertir en una úlcera que sangra y no cicatriza.
Si tu perro tiene cortadas o tajos por golpearse contra superficies duras o con esquinas filosas, deberías consultar al veterinario porque la cola podría necesitar vendas o suturas. Además, estas heridas pueden infectarse. Vendar la cola podría ayudar a que sane y se prevengan futuras lesiones.
El Síndrome de la Cola Fría
El síndrome de la cola fría también se le conoce como cola flexible, cola de nadador, y cola muerta. Es algo relativamente común en las razas deportivas, como en el Labrador y Golden Retriever.
Éste síndrome es muy doloroso y provoca que la cola cuelgue flácidamente desde su base. Por otra parte, algunas veces se sostiene en un ángulo horizontal de unas 3 o 4 pulgadas y luego cuelga. El trastorno aparece muy rápido y le provoca mucho dolor al perro, especialmente cuando alguien trata de acariciar su cola o la base de la misma.
Afortunadamente, a parte del dolor, es un trastorno relativamente benigno que se arregla por si solo dentro de unos pocos días o una semana.
El síndrome de la cola fría ocurre con mayor frecuencia después de nadar, pero también puede suceder después de un día de ejercicio intenso, tal como cazar u otras actividades en exteriores. Cualquier actividad en la que tu perro utilice mucho su cola puede provocar cola flexible.
Si tu perro tiene este trastorno, puede parecer que su cola este fracturada. Sin embargo, el daño no es en los huesos, sino en los músculos. Es una lesión muscular que generalmente ocurre al agitarla excesivamente.
Mientras que una cola flácida puede indicar una fractura real, una lesión de la médula espinal u otro problema. Con la cola fría, el comienzo es repentino - la cola del perro está bien hace un minuto, y después de nadar o de ejercicio intenso, deja de estarlo. Una aparición repentina es un buen indicador de que tu perro presenta un trastorno muscular que es temporal.
Por lo general, el síndrome de la cola flexible se arregla por sí solo dentro de una semana aproximadamente. Sin embargo, si tu perro sufre, te recomiendo terapia proteolítica enzimática para el tratamiento del dolor. La aconitum o “acónito” y la árnica también son remedios excelentes que aceleran la curación en situaciones como esta.