A medida que tu perro envejece, es importante vigilar de cerca cualquier cambio en su salud. En términos generales, hoy en día (tristemente), se considera que un perro es mayor cuando alcanza de los 7 a 9 años de edad. Sin embargo, los perros de raza gigante, como los Gran Danés, envejecen más rápido, alcanzando sus años dorados a los 5 o 6 años, mientras que los pequeños, como los Chihuahuas, pueden vivir más y no se consideran ancianos hasta los 10 u 11 años.
Tu perro puede estar bien en sus últimos años y ser muy saludable, pero es el momento en que los problemas de salud se hacen evidentes. Algunos de los más comunes relacionados con la edad se enumeran a continuación.
Debido a que algunos causan síntomas sutiles, o síntomas que tu perro puede esconder o permanecer estoico, se recomienda visitar al veterinario dos veces al año para eliminar cualquier problema desde la raíz antes de que empeore o se convierta en permanente.
1. Problemas de micción — Tu veterinario debe verificar cualquier esfuerzo o aumento en la cantidad de micción, ya que podría indicar una infección del tracto urinario (ITU). Las mascotas más viejas también pueden desarrollar suelo pélvico débil o vejiga deficiente que puede provocar goteo de la orina. Entre los perros con senilidad o demencia, pueden olvidar avisar cuando necesitan ir al baño, permitiendo que la vejiga se llene demasiado y se escape.
2. Problemas oculares — Las cataratas, el síndrome del ojo seco y la conjuntivitis también pueden ocurrir en perros más viejos, lo que ocasiona molestias y problemas de visión. Si los ojos de tu perro se ven enrojecidos o nublados, solicita a tu veterinario que realice un examen exhaustivo. Algunas afecciones, como el ojo seco, se pueden tratar, pero si no se controlan, pueden ser muy dolorosas e incluso provocar ceguera.
3. Problemas de salud bucal — Vigila el hocico de tu perro para detectar signos de enfermedad periodontal, como encías rojas e inflamadas, dientes con una acumulación de placa y sarro marrón o verdoso, mal aliento y encías sangrantes. También puede exhibir cambios de comportamiento, como dejar caer la comida, huir de su plato o masticar solo de un lado.
Todas estas son señales de que tu perro mayor probablemente está sufriendo y necesita intervención para mejorar su salud bucal. No solo descuidar estas señales pueden hacer que tu perro sufra, sino que también pueden provocar enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas. Hablando preventivamente, cepillar sus dientes regularmente es una de las mejores formas de proteger la salud bucal.
4. Problemas de articulaciones y artritis — Si tu perro cojea o tiene dificultades, podría deberse a que la artritis le causa dolor en las articulaciones. También puede lamer una articulación dolorosa en un intento de encontrar molestias.
Los medicamentos antiinflamatorios y para el dolor a menudo se recetan para controlar las molestias del día a día en mascotas artríticas envejecidas. Sin embargo, antes de que se requieran medicamentos para el dolor de los síntomas de la artritis, puedes reducir la causa de la degeneración instituyendo un protocolo de apoyo conjunto.
Incluso si se necesitan medicamentos para controlar la calidad de vida de tu perro, utilízalos siempre junto con agentes condoprotectores (CPA), para retardar la degeneración y reforzar el cartílago sano que queda. En mi experiencia, no recetaré medicamentos sin prescribir también un protocolo de apoyo para la articulación, ya que el bloqueo del dolor (sin disminuir la degeneración) es contraproducente.
Hay muchos tratamientos naturales efectivos y remedios para la artritis que pueden reducir o eliminar la necesidad de medicamentos, entre ellos:
Un suplemento de omega-3 de alta calidad (aceite de kril) |
Aceite de cannabidiol (CBD) |
Ubiquinol |
Alimentos verdes (espirulina, astaxantina) |
Cúrcuma |
Remedios homeopáticos (Rhus tox, Arnica) |
Fórmulas antiinflamatorias naturales (hierbas, enzimas proteolíticas, nutracéuticos, fórmulas TCM) |
Complejo Esterified Fatty Acid Complex (EFAC) |
Si tu mascota mayor sufre de dolor crónico, algunas opciones que pueden ser útiles para reducir el dolor incluyen:
5. Bultos y protuberancias — Los crecimientos son muy comunes en los perros más viejos, y la mayoría de las veces son benignos y no tienen nada de qué preocuparse. Si el bulto parece estar causando molestias, está creciendo rápidamente o cambiando de apariencia, el veterinario debe revisarlo de inmediato.
Es probable que se realice un aspirado con aguja fina, que consiste en insertar una aguja en el bulto, extraer células y, en general, enviar muestras a un patólogo para su evaluación y un diagnóstico preliminar.
Si la aspiración con aguja fina muestra que hay algo peligroso en la preparación, posiblemente cáncer, entonces la extracción quirúrgica de la masa le dará a tu mascota la oportunidad de estar libre de cáncer. Si el aspirado con aguja fina muestra que el bulto es benigno, lo que significa que no hay células anormales, entonces dejo las cosas en paz.
6. Cambios de comportamiento — A medida que tu perro envejece, es común que duerma más y se mueva un poco más lento. Sin embargo, otros cambios de comportamiento podrían ser signos de una enfermedad subyacente. Todo, desde el dolor, que puede irritar o desestabilizar a tu perro, hasta el deterioro cognitivo, lo que puede llevar a comportamientos extraños como pararse en esquinas, estar frente a las paredes o vagar sin rumbo, podría involucrarse en los cambios de comportamiento de tu perro.
La disfunción cognitiva en un perro es un diagnóstico de exclusión, sin embargo, ya que existen muchas afecciones que tu mascota mayor puede adquirir y que imitan los signos de deterioro cognitivo. Por ejemplo, una convulsión puede hacer que tu mascota se quede mirando hacia el espacio, mientras que la eliminación inapropiada puede ser un signo de deterioro cognitivo, enfermedad renal y muchas otras afecciones.
Los exámenes de bienestar regulares le permiten a tu veterinario comparar los resultados de las pruebas actuales con los resultados anteriores, con el fin de verificar los cambios que puedan necesitar investigación adicional y permitir un tratamiento temprano en caso de que se descubra alguna enfermedad. También debes vigilar de cerca la condición de tu mascota, incluso si observas bultos, problemas en la piel u otros signos sutiles de enfermedad.
En perros mayores, el peso, el tono muscular, el rango de movimiento de las articulaciones, la dieta, el protocolo de suplementos y los hábitos de ejercicio deben revisarse al menos semestralmente, si no tres veces al año, especialmente si el último examen reveló anomalías en el análisis de sangre o en el examen físico de tu mascota. Tomar medidas proactivas ayudará a garantizar que tu mascota se mantenga cómoda, activa y sana incluso en sus últimos años.