El Virus de Inmunodeficiencia Felina (VIF) es un lentivirus, o "virus lento", que se multiplica lentamente y tiene un largo período de incubación antes de causar síntomas. La inmunodeficiencia significa que el cuerpo no es capaz de programar una respuesta inmune normal.
El VIF pertenece a la misma clase de virus que el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), que es el precursor del SIDA. Pero no te preocupes--los seres humanos no pueden obtener VIF y los gatos no pueden contraer el VIH. El VIF también está en la misma familia de retrovirus como el Virus de Leucemia Felina (VLFe), pero hay varias diferencias entre los dos.
Por ejemplo, el virus VIF tiene una forma alargada, mientras que FeLV es más circular. Los virus son muy diferentes en términos genéticos, al igual que las proteínas que contienen. También son diferentes las formas en que el VIF y el Virus de Leucemia Felina causan enfermedad.
Gatos en Mayor Riesgo del Virus de Inmunodeficiencia Felina
Los gatos infectados con VIF se encuentran en todo el mundo, pero con tasas de infección drásticamente diferentes. En los Estados Unidos, se estima que entre el 1 y el 15 por ciento de los gatos podría estar infectado, dependiendo del estado inmunológico y el riesgo de exposición.
El VIF se observa con mayor frecuencia en los gatos machos, agresivos y que andan libres. Los gatitos que viven en el interior son mucho menos propensos a ser infectados. La edad promedio del diagnóstico es a los 5 años, y el riesgo de infección aumenta con la edad. No hay predisposición genética para la enfermedad, aunque la genética puede desempeñar un papel en la progresión de la enfermedad y la gravedad.
El VIF se transmite principalmente a través de las heridas por mordedura. El contacto casual no parece transmitir el virus, es por ello que los gatitos amistosos que viven en hogares donde hay muchos gatos estables están en bajo riesgo de adquirir VIF.
En raras ocasiones, una madre infectada puede transmitir el virus a sus gatitos, ya sea durante el paso por el canal del parto o durante la lactancia. El contacto sexual no es considerado uno de los principales medios de transmisión.
Los Síntomas de una Infección por VIF
Un gato con una infección VIF puede parecer normal durante años. Pero con el tiempo, la enfermedad crea un estado de inmunodeficiencia que deja al gatito susceptible a otras infecciones.
Esto significa que las bacterias cotidianas, virus y hongos que no causan problemas en los animales sanos pueden causar una enfermedad grave en gatitos con sistemas inmunológicos débiles. Las infecciones secundarias son responsables de muchas de las enfermedades que están vinculadas a VIF.
A principios de una infección por VIF, se contagian los ganglios linfáticos en todo el cuerpo, lo que causa una ampliación temporal de los ganglios y, a menudo, fiebre. Esta etapa de la infección a menudo pasa inadvertida a menos que los ganglios linfáticos crezcan notablemente demasiado.
El curso del VIF puede causar un deterioro progresivo de salud, o episodios recurrentes de enfermedad intercalados con períodos de salud relativamente normal.
Los síntomas de la inmunodeficiencia pueden ocurrir en cualquier área del cuerpo de un gato, e incluyen:
Pequeñas enfermedades recurrentes, a menudo relacionadas con el tracto respiratorio superior y el tracto gastrointestinal |
Persistentes infecciones bacterianas o micóticas de los oídos y la piel |
Inflamación de las encías como es el caso del 25 al 50 % de los casos |
Fiebre y debilitamiento, especialmente en las etapas posteriores |
Enfermedad del tracto respiratorio superior que se presenta en el 30 % de los casos |
Cáncer, sobre todo linfoma |
Problemas oculares crónicos, glaucoma |
Anomalías del sistema nervioso, incluyendo interrupción de los patrones normales del sueño, cambios de comportamiento, tales como el ritmo y la agresividad, cambios en la visión y la audición y trastornos que afectan los nervios de las piernas y las patas |
Insuficiencia renal crónica |
Pelaje dañado |
La diarrea persistente se presenta en el 10 a 20 % de los casos |
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Diagnóstico del VIF
El veterinario realizará un examen físico completo en tu gato y tomará un historial de los síntomas, para identificar cualquier evento que podría haberlo puesto en riesgo de infección.
También realizará un perfil completo de sangre, incluyendo un perfil químico de sangre, un hemograma completo y un análisis de orina, y tendrá que descartar infecciones, parásitos y tumores.
Una prueba de anticuerpos se utiliza para comprobar la presencia de anticuerpos del VIF en la sangre de los gatitos infectados. Sin embargo, se pueden presentar resultados falsos-positivos, por lo que se recomienda que un resultado positivo de la prueba de anticuerpos se confirme mediante otra prueba diferente, por lo general una prueba de reacción en cadena a la polimerasa (PCR).
Las gatas embarazadas infectadas transferirán anticuerpos VIF a los gatitos en lactancia, y los bebés podrían dar positivo durante varios meses después del nacimiento. Afortunadamente, la mayoría de ellos no están infectados ni tampoco se infectaran. Los gatitos menores de 6 meses que dan positivo deben ser reexaminados cada 60 días hasta que tengan al menos 6 meses de edad.
Los gatos que den un resultado negativo al VIF, pero han tenido una exposición conocida o desconocida a través de una mordedura de otro gato deben ser reexaminados durante 60 días después de su exposición más reciente. Esto se debe a que se necesitan de 8 a 12 semanas—y a veces incluso más tiempo--antes de que se presenten niveles detectables de anticuerpos.
Rara vez, un gatito con VIF dará negativo porque su sistema inmunológico está tan comprometido que ya no puede producir niveles detectables de anticuerpos.
Opciones de Tratamiento
No existe un tratamiento específico para los gatitos con el Virus de Inmunodeficiencia Felina, sin embargo, cualquier infección secundaria tendrá que ser tratada.
Los gatos que dan positivo al VIF deben mantenerse en el interior, con el fin de evitar la propagación del virus a otros gatos, mientras que también se reducirá el riesgo de que tu gatito este expuesto a los patógenos que no pueden ser combatidos por el sistema inmunológico. Los gatos que dan positivo al VIF no deben reproducirse.
Tu gato debe ser alimentado con una alimentación apropiada según su especie, equilibrada y nutricionalmente completa. A menos que tu gatito tenga un bajo conteo de glóbulos blancos-- en cuyo caso te recomiendo cocinar los alimentos frescos--una alimentación a base de alimentos crudos es aceptable.
También puedes darle alimento crudo estéril comercialmente disponible que haya sido pasteurizado a alta presión (HPP por sus siglas en ingles).
Los gatos con el VIF deben ser vistos por el veterinario por lo menos dos veces al año para revisar la salud de sus ojos, encías, la piel y ganglios linfáticos, y para comprobar su peso. En una o ambas visitas anuales, el veterinario podría realizar un análisis de sangre y análisis de orina.
El monitoreo cuidadoso y consistente de la salud y el comportamiento del resultado positivo al VIF es muy importante para que le puedas avisar rápidamente a tu veterinario de cualquier cambio.
He tenido buenos resultados al mantener en buen estado de salud a mis pacientes que dan positivo al VIF, al utilizar una variedad de suplementos naturales para apoyar el sistema inmunológico, incluyendo hongos medicinales,
la cúrcuma, el extracto de timo "Kyosenex", hierbas chinas, nosodes homeopáticos para VIF.
La terapia de ozono también puede ser muy útil para los gatos con VIF.
Perspectiva de los Gatos con VIF
Muchos gatos con el VIF viven una vida normal o casi normal con una atención de buena calidad, así que por favor no le hagas caso a los veterinarios que sugieren la eutanasia sólo porque tu gato dio positivo por la infección.
Desafortunadamente, es imposible predecir cuánto tiempo o qué tan bien un gato sobrevivirá después del diagnóstico. Los gatos que desarrollan enfermedades secundarias graves a una infección por el VIF tienen un pronóstico menos alentador, al igual que los gatitos con fiebre persistente y pérdida progresiva de peso. Los gatos que dan positivo al VIF no deben ser vacunados, contra nada.
Prevención de Infecciones
La única manera infalible para mantener a tu gato a salvo del VIF es evitar la exposición al virus. Obviamente, esto significa mantenerlo alejado de los gatos que posiblemente están infectados.
Si tu gato sale a dar la vuelta, debe ser bajo tu estrecha y permanente supervisión, o en una caja segura que le impida salir—que impida no solo que otros gatos entren, sino también que no lo puedan morder o arañar por los lados o parte superior de la caja.
Si tienes un gato infectado, nunca permitas que tu hijo o hija juegue con otros gatitos con posible riesgo y que no se hayan hecho la prueba. Es posible tener gatitos con resultados positivos y negativo al VIF, que viven bajo el mismo techo, siempre y cuando no se peleen o se muerdan.
No recomiendo la vacuna VIF, ya que a menudo es ineficaz y se ha relacionado con el desarrollo de sarcomas felinos, que se relacionan a las la vacunas.