Una fascinante y reciente investigación sugiere que tanto los perros como los lobos reaccionan ante la desigualdad de una manera similar a la de los humanos y primates.
Reconocer la desigualdad es una habilidad social clave que desempeña un papel importante en ayudar a los seres humanos a cooperar con éxito el uno con el otro.
Sencillamente nos gusta trabajar con personas que nos tratan de manera justa y evitamos a aquellas que nos tratan de manera injusta.
Algunos primates muestran la capacidad de percibir la injusticia y en estudios anteriores se demuestra que los perros también parecen poseer alguna forma de “aversión a la desigualdad”, como consecuencia de la influencia humana durante la domesticación.
Pero ahora los psicólogos comparativos del Instituto de Investigaciones Messerli y el Wolf Science Center de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena, han descubierto que los lobos manifiestan un entendimiento profundamente arraigado y disgusto por el trato injusto.
Este hallazgo sugiere que los perros poseían un sentido de juego limpio antes de ser domesticados.
Tanto Perros Como Lobos Dejaron de Participar Si Eran Tratados Injustamente
El estudio se realizó con perros y lobos criados en jaurías bajo circunstancias y experiencias de vida similares.1
Se colocaron pares de perros o lobos en jaulas continúas con un timbre. Cuando se les ordenó presionar el timbre con su pata, en ocasiones ambos obtuvieron una recompensa. En otras, al realizar la prueba “sin recompensa”, el perro o lobo que presionó el timbre no obtuvo nada, mientras que el animal en la otra jaula obtuvo una recompensa.
En la "prueba de calidad", se dio una recompensa de menor valor al animal que presionara el timbre, mientras que el animal de la otra jaula, recibió una recompensa de mayor calidad.
¿Cuál fue el resultado? Los perros y en especial los lobos que presionaron el timbre cuando se les fue ordenado y no recibieron nada o recibieron recompensas de menor calidad en comparación con sus compañeros en la otra jaula (quienes habían mostrado exactamente el mismo comportamiento), ¡simplemente dejaron de participar en las pruebas!
En una entrevista realizada por BBC News, Jennifer Essler, la coautora del estudio de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena señaló:
“La respuesta de algunos fue muy muy rápida. Uno de los lobos dejó de participar después de la tercera prueba y no recibir nada mientras que su compañero sí recibía algo. Creo que estaba tan frustrado que incluso rompió el aparato”2
(Puedes ver cómo lo hace exactamente en el video que se encuentra al inicio)
Curiosamente, tanto los perros como los lobos continuaron participando cuando no tenían ningún compañero en la jaula contigua. “Esto demostró que el hecho de no recibir una recompensa no era la única razón por la que dejaron de participar con el adiestrador” cuenta el coautor del estudio Frederike Range. “Se negaron a cooperar porque el otro obtuvo algo, pero ellos no.”3
Ya que tanto los perros como los lobos que fueron tratados injustamente se comportaron de manera similar, esto indica que la aversión a la desigualdad en los caninos es una capacidad proveniente de un ancestro en común, esto significa que la domesticación no es el único factor que contribuye al comportamiento.
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La Jerarquía en la Manada También Influye en Qué Tan Rápido los Perros y Lobos Responded Ante el Trato Desigual
Otra interesante observación dentro del estudio fue que el estatus social del perro o del lobo dentro de la jauría influyó al dejar de cooperar en las pruebas
“Los animales con mayor jerarquía se frustraron más rápidamente por la desigualdad ya que no estaban acostumbrados a la situación de: no recibir nada en lo absoluto o algo de menor calidad”, explicó Range. “Por lo tanto, la jerarquía en su jauría está directamente relacionada con su reacción ante la desigualdad.”
Tras concluir las pruebas, los investigadores llevaron a los perros y lobos a un lugar neutral para evaluar cómo interactuaban tanto con sus compañeros de prueba como con los investigadores. Los lobos que habían sido tratados injustamente intentaron mantener su distancia de los humanos, sin embargo, los perros no lo hicieron así.
Este descubrimiento, llevó a los autores del estudio a concluir que los perros, inclusive aquellos que no viven con humanos, son más afines a nosotros, lo que parece ser un resultado de la domesticación.
“Me parece claro que esto se ve afectado tanto por la domesticación como por las experiencias vivenciales con los humanos porque sí se puede notar la diferencia entre perros que viven como mascotas y los que viven en jaurías” Essler declaró a BBC News.
“Parece ser que la experiencia de vivir con humanos los hace más tolerantes a la desigualdad propia de los humanos.”
Los Caballos También Demuestran Aversión por la Desigualdad
Los caballos son conocidos por ser animales sensibles y los investigadores de la Universidad de Tokio recientemente empezaron a observar si quizás ellos también mostraban una respuesta negativa ante la injusticia.4
Para el experimento, los caballos fueron adiestrados para tocar un blanco después de dar una orden visual y verbal. Para la fase injusta del experimento, los investigadores usaron un alimento de alto valor como recompensa (un pedazo de zanahoria) y otro de menor valor (un sólo pellet).
Al tocar con éxito el blanco, se le dio el pedazo de zanahoria a uno de los caballos y el pellet al otro. El caballo que recibió el pellet tardó mucho más en reaccionar que cuando recibió un trato justo.
De acuerdo al equipo de investigación, “estos resultados sugieren que los caballos fueron más lentos en realizar la tarea y adoptar una estrategia más indirecta cuando recibieron recompensas injustas en comparación con las condiciones justas y de control.”