La mayoría estamos familiarizados con el campo de la medicina forense, definida como "la aplicación de principios y métodos científicos en la investigación criminal en escenas de crímenes y laboratorios", a través de la exposición a programas de televisión y películas, donde prácticamente todas las víctimas de crimen son humanos. Pero, lo que muchas personas no saben es que también existe una especialidad dentro de la profesión llamada medicina veterinaria forense, en la cual las víctimas son animales.
"Cuando la víctima es un animal..." escribe John Cooper y Margaret Cooper para Veterinary Practice, "por lo general, los casos jurídicos se dividen en cuatro categorías".
- El animal ha muerto en circunstancias inusuales, inesperadas o sospechosas, y se investiga con el fin de determinar las circunstancias; es decir, la causa, mecanismo y forma del fallecimiento
- El animal está vivo pero presenta signos clínicos inusuales, inesperados o sospechosos, o se lesionó o quedo incapacitado en circunstancias inusuales o sospechosas
- Al parecer, el bienestar del animal está o ha sido comprometido. En estos casos, es necesario determinar si un animal sufre (o ha sufrido) de dolor, sufrimiento, incomodidad o angustia innecesarios
- Un animal que no es doméstico parece haber sido capturado, asesinado o mantenido en cautiverio de manera ilegal, una forma de delito contra la vida silvestre
Primera línea de defensa
Antes de que los especialistas veterinarios forenses se involucren en casos de abuso, deben investigarlos, lo que a menudo también involucra el rescate de animales. Como la autora, Kendra Coulter, escribe para The Conversation:
“Los casos de crueldad hacia los animales que reciben cobertura de los medios nos sorprenden, molestan y enfurecen. Si incluyen imágenes o grabaciones, muchos de nosotros simplemente no podemos mirarlas, porque nos parece demasiado atroz. Pero, algunas personas no solo tienen que mirar, sino también escuchar, tocar, documentar y, cuando es posible, rescatar a los animales de forma constante”.
Es importante reconocer a las personas dedicadas a esta labor, que están en la primera línea de acción, como investigadores encubiertos, reporteros gráficos, oficiales de policía y trabajadores del bienestar animal, que realizan un trabajo que la mayoría nunca podríamos hacer.
En el curso de sus investigaciones, los oficiales de crueldad hacia los animales también se encuentran con casos de abuso infantil, abuso de adultos mayores y de violencia de pareja, lo cual puede ocurrir a la par de la violencia en contra de los animales. "Esto intensifica las dificultades emocionales del trabajo de investigación de crueldad, así como su importancia", escribe Coulter.
También, hay riesgos físicos para los oficiales de crueldad hacia los animales, junto con los desafíos emocionales de esta labor. Muchos oficiales solo operan solos en el campo y podrían carecer de equipos de comunicación confiables. Muchas son mujeres, mientras que la mayoría de los agresores de animales son hombres. No es inusual que los oficiales sean hostigados, amenazados y agredidos.
Tareas típicas relacionadas con el trabajo veterinario forense
Una vez que una investigación de crueldad detecta víctimas, comienza el trabajo forense. El manejo de un caso forense que involucra animales puede implicar diversas técnicas:
Examen y evaluación del presunto delito; entrevista de las personas que están, o se cree que están, involucradas en el incidente, o que podrían tener información relevante |
Evaluación de animales vivos |
Evaluación de animales muertos |
Evaluación del medio ambiente |
Recolección e identificación de especímenes, incluyendo derivados y muestras, para pruebas de laboratorio |
Almacenamiento y envío correcto de muestras para pruebas de laboratorio y presentación de evidencia |
Pruebas de laboratorio |
Redacción de informe(s) |
Comparecencia ante un tribunal |
Retención de material de referencia para procedimientos judiciales adicionales o de referencia |
El manejo y presentación de evidencia forense en casos de crueldad animal debe ser científica y objetiva, ya que es probable que en algún momento se presente en un informe para un tribunal de justicia.
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Un día en la vida de un veterinario forense
La Dra. Rachel Touroo es Directora del área de Medicina Veterinaria Forense en la ASPCA. Como lo explica, el trabajo de un veterinario forense es "identificar, recopilar y evaluar la evidencia de los animales y su entorno".
Touroo utiliza su conocimiento médico como veterinaria para examinar casos de crueldad animal para poder responder a las preguntas de la policía y testificar ante el tribunal de manera imparcial y objetiva. Durante su testimonio, a menudo desempeña el rol de profesora, al explicar la evidencia para ayudar al juez o jurado a comprenderla.
Como es de esperar, no hay "días de trabajo típicos" en la profesión de Touroo:
"En mi línea de trabajo, es raro que dos días sean iguales", explica “Un día podría estar en la escena del crimen examinando gallos vivos que supuestamente se utilizaban en peleas organizadas. Al día siguiente podría estar en el laboratorio de la Universidad de Florida realizando una necropsia (autopsia de un animal) de un gato con un traumatismo contundente o agudo para determinar si la lesión fue intencional o accidental.
“Con frecuencia, también me pueden encontrar en mi oficina redactando una declaración veterinaria forense sobre mis hallazgos del último caso, o en un salón impartiendo clases a estudiantes de tercer año de veterinaria sobre cómo buscar signos de crueldad intencional. Además, me solicitan que testifique como perito en casos por todo el país".
La formación de Touroo está basada en el bienestar animal, y una vez que estuvo en una clínica privada como veterinaria, sintió el impulso de volver a su vocación inicial. Aceptó un puesto nuevo sobre bienestar animal en Virginia para un veterinario que se enfocará en las fábricas de cachorros y peleas de animales en el estado. "Cuando acepté el puesto, no sabía de qué se trataba la ciencia veterinaria forense", indicó Touroo, "pero rápidamente me empape en esta disciplina".
Cuando se le preguntó cómo mantiene una perspectiva positiva en un trabajo que parece insoportablemente triste, Touroo respondió:
“Si bien me apasiona mi labor, es desalentador saber que es necesario hacer este trabajo. Elijo enfocarme en el impacto que tenemos y los resultados positivos. Es increíblemente alentador ver que un animal rescatado del abuso y negligencia pueda encontrar un hogar amoroso. Si lo hiciera a mi modo, me quedaría sin trabajo, pero hasta que llegue ese momento, estoy orgullosa de ser una voz para estas víctimas".
Todos los que amamos a los animales y no podemos soportar ni siquiera la idea del abuso que sufren tantos de ellos, tenemos una enorme deuda de gratitud con personas como los oficiales de crueldad hacia los animales y veterinarios forenses. Estas almas especiales han elegido carreras en las que todos los días se enfrentan a la oscuridad que el resto de nosotros evitamos.