Si necesitas un medicamento prescrito para tratar un padecimiento crónico; por ejemplo, asma o migrañas, probablemente estés familiarizado con la diferencia de costo entre los medicamentos de patente y genéricos. Cada vez que un medicamento de patente muy costoso finalmente está disponible en su forma genérica, el costo disminuye y muchas de las personas que lo necesitan se sienten aliviadas.
Todos mis lectores regulares saben que prefiero evitar los productos farmacéuticos para mascotas (y personas) cuando existen soluciones eficaces que no son tóxicas, pero también entiendo la importancia de las recetas que son asequibles al bolsillo de quienes las necesitan.
Sin embargo, es importante tomar en consideración que una preocupación en todos los medicamentos genéricos es que los fabricantes no están obligados a demostrar su seguridad o eficacia, solamente que los genéricos contienen los ingredientes activos utilizados en los medicamentos de patente. Y en el caso de los medicamentos psicotrópicos, tanto los psiquiatras como los veterinarios conductistas de animales, han descubierto con frecuencia que la respuesta de un paciente a un genérico difiere de su respuesta al medicamento de patente.
Dicho lo anterior, hoy quiero comentar sobre un medicamento para abordar la ansiedad por separación en los perros que ahora está disponible en su forma genérica. Este ha acaparado tanto los titulares en publicaciones veterinarias como en los principales medios de comunicación, lo que sugiere que posiblemente muchos de los veterinarios convencionales ofrezcan tal medicamento si el perro presenta ansiedad por separación.
A pesar de la relativa asequibilidad de este nuevo medicamento genérico, hay muchos otros factores que debes examinar si consideras proporcionárselo a tu familiar peludo.
Clorhidrato de clomipramina
El medicamento veterinario de patente es Clomicalm, que ha estado disponible durante alrededor de 20 años. En fechas recientes, el medicamento genérico aprobado por la FDA es el clorhidrato de clomipramina, que por lo general es denominado simplemente como clomipramina. Según el sitio FDA.gov, el medicamento debe utilizarse "como parte de un programa integrativo para el control del comportamiento, para tratar la ansiedad por separación en perros mayores de 6 meses de edad".
Los expertos estiman que la ansiedad por separación afecta entre el 20 % y 40 % de los perros cuyos dueños buscan veterinarios especialistas en comportamiento. La clomipramina es un antidepresivo tricíclico, y aunque aún desconocemos exactamente cómo funciona este medicamento, se cree que puede aumentar la actividad del neurotransmisor serotonina en el cerebro. La serotonina puede potenciar la sensación de comodidad y felicidad, y la clomipramina puede inhibir la eliminación de la serotonina en el cerebro para que permanezca durante más tiempo.
Según el sitio web Veterinary Partner, aunque solo se ha aprobado para su uso en humanos y perros, la clomipramina también puede utilizarse ampliamente en gatos. Con frecuencia, los padecimientos para los que se prescribe el medicamento incluyen ansiedad por separación y otras formas de ansiedad, problemas de micción en felinos, agresión por dominación y trastornos compulsivos.
Efectos secundarios e interacción con otros medicamentos
La sedación es el efecto secundario más frecuente de la clomipramina. Algunos otros son boca seca, vómito y diarrea. Lo que es más importante aún, este medicamento puede producir efectos secundarios anticolinérgicos (lo que significa que puede inhibir las funciones involuntarias mediadas por el neurotransmisor acetilcolina), por ejemplo:
- Trastornos del ritmo cardíaco, en especial en las mascotas con hipertiroidismo
- Problemas de micción/ retención de la orina
- Menor motilidad intestinal
- Mayor presión ocular
La clomipramina puede interactuar con productos para el control de pulgas/garrapatas que contienen amitraz, un inhibidor de la monoaminooxidasa. Amy Brannan, la dueña de un perro, quien escribió para Canine Journal, relata su experiencia al proporcionar tanto clomipramina como Frontline Plus (un preventivo contra pulgas y garrapatas que contiene amitraz) a su labrador negro de 10 años, Jet, quien tiene un largo historial de ansiedad inexplicable.
“Un mes después de que [comenzamos] una dosis regular de clomipramina, Jet tomaba una píldora por la mañana y otra por la noche. Todavía tenía que observar señales de mejoría en sus síntomas de ansiedad. Programamos un muestreo sanguíneo con nuestro veterinario y el mismo día acudimos por el preventivo contra pulgas y garrapatas Frontline Plus.
Jet ha recibido Frontline desde que era joven, pero en esta ocasión algo salió mal. Nuestro veterinario lo calificó como una "reacción invisible entre la clomipramina y Frontline Plus", una reacción que de la noche a la mañana ocasionó que el área de aplicación en su cuello se enrojeciera y presentara picazón, así como pérdida de mechones de pelo. Después del tratamiento, nuestro veterinario nos indicó la opción de continuar con la clomipramina durante otras semanas para saber si observábamos alguna mejora en la ansiedad, lo cual rechacé.
Ahora, hemos suspendido su suministro de clomipramina y realizado pruebas con antibióticos y esteroides en un parche recién afeitado en la parte posterior de su cuello. Nuestra búsqueda en pos de la solución perfecta contra la ansiedad aún continua".
Este es un ejemplo muy común del efecto domino que puede ocurrir con el uso casual e indiscriminado de productos farmacéuticos veterinarios (en este caso, incluyendo el pesticida Frontline), y el perjudicado fue el pobre Jet.
La clomipramina podría o no haber sido la mejor opción para tratar la ansiedad del perro, pero en ningún caso demostró eficacia. En mi opinión, (en todo caso) Frontline no debería haberse administrado aparte de la clomipramina, y supongo que el problema con su cuello podría haberse resuelto de forma exitosa sin recurrir al uso de dos químicos adicionales (antibióticos y esteroides) que pueden ocasionar una larga lista de efectos secundarios graves.
La clomipramina tampoco debe administrarse en animales que reciben selegilina, otro inhibidor de la monoaminooxidasa, para tratar la disfunción cognitiva o enfermedad de Cushing. La interacción de estos medicamentos junto con la clomipramina puede provocar el síndrome de serotonina, un padecimiento caracterizado por una presión arterial muy elevada.
Además, la clomipramina tampoco debe administrarse en animales que toman medicamentos antitiroideos como metimazol, cimetidina (Tagamet), la mayoría de los antihistamínicos, cisaprida (un medicamento para el estreñimiento), trazodona, metronidazol, antimicóticos "azoles" (ketoconazol, itraconazol, fluconazol, etc.) y antibióticos macrólidos (azitromicina, tilosina, eritromicina).
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Precauciones y riesgos adicionales relacionados con la clomipramina
Proporcionados por Veterinary Partner:
Podría tomar varias semanas antes de poder observar el efecto terapéutico del medicamento, y hasta 2 meses determinar si puede ayudar a aliviar la ansiedad por separación de un perro |
No debe utilizarse en mascotas con trastornos convulsivos, ya que puede provocar ataques epilépticos |
Puede afectar la fertilidad en los machos, y aunque no parece causar problemas en las hembras preñadas, recomendaría no usarlo durante el período de gestación; además podría filtrarse en la leche de las madres lactantes |
Puede exacerbar el glaucoma y anormalidades en el ritmo cardíaco debido a sus efectos secundarios anticolinérgicos |
Por lo regular, una sobredosis de alrededor de 12 veces la dosis recomendada podría ser fatal |
Puede alterar los niveles de glucosa en la sangre |
Podría activarse en el hígado y eliminarse del cuerpo a través de los riñones e hígado; es posible que las mascotas con enfermedad hepática no metabolicen el medicamento de forma normal |
En un estudio realizado en 2003, se descubrió que la clomipramina podría disminuir los valores de la prueba de tiroides en al menos el 35 % de los pacientes; no se creía que estos perros padecieran hipotiroidismo; los resultados se interpretaron en función de que un perro que recibía clomipramina podría ser diagnosticado erróneamente con hipotiroidismo |
Mi recomendación personal es primero considerar todas las demás opciones
Dados los efectos secundarios, las interacciones entre los medicamentos y otros riesgos relacionados con la clomipramina, lo cierto es que no sería lo primero que buscaría para ayudar a los perros que padecen ansiedad por separación; por lo que, recomiendo encarecidamente considerar otras opciones, empezando por la modificación del comportamiento.
En mi opinión, programar medicamentos que afectan la mente sin abordar los patrones de comportamiento destructivos y repetitivos característicos de la ansiedad por separación, no es de utilidad para nuestros pacientes con ansiedad. En el momento en que observes que tu mascota exhibe una respuesta de estrés leve cuando está solo, es el momento de comenzar a abordar el problema de forma activa con una modificación del comportamiento enfocada.
Debido a que muchos veterinarios no reciben capacitación para abordar con eficacia los problemas de comportamiento y, ya que por lo general no preguntan sobre los cambios de comportamiento en los exámenes, regularmente nuestra profesión no instituye una modificación efectiva del comportamiento desde el principio, cuando es más fácil hacer una reprogramación. Si es tu caso, te sugiero que busques un entrenador que utilice un refuerzo positivo de inmediato.