Por increíble que parezca, todos los perros, desde el pequeño maltés hasta los grandes pirineos, pertenecen a una sola especie que desciende de los lobos. Y aunque han pasado decenas de miles de años desde que se domesticaron los primeros perros, las razas actuales "son el resultado de la selección de ciertos rasgos por parte de los humanos durante los últimos cientos de años", según Scientific American, y resulta que, uno de esos rasgos es el carácter juguetón.
Un estudio publicado hace poco tiempo en la revista Biology Letters sugiere que es posible que la disposición de los perros para jugar con humanos se deba a una característica central en su domesticación y también podría haber motivado esfuerzos posteriores para criar perros con propósitos específicos.
"Tenemos una enorme cantidad de diversidad dentro de la misma especie y rara vez podemos observar tal diversidad en la naturaleza", dijo el coautor del estudio y biólogo evolutivo László Garamszegi del Instituto de Ecología y Botánica en Hungría para Scientific American. "Por lo tanto, es un sistema maravilloso para comprender cómo funciona la evolución en poco tiempo".
Algunos perros son juguetones por naturaleza
Como sabemos (en especial los que tenemos miembros de la familia canina), los perros son juguetones en diferentes grados. Casi todos los cachorros jóvenes, si se les da la oportunidad, juegan con otros de su especie.
El juego es una parte esencial del desarrollo social, físico y cognitivo; además, esta actividad los ayuda a perfeccionar las habilidades que necesitarán cuando sean adultos, como la caza. Sin embargo, en la naturaleza, los animales maduros rara vez juegan porque deben pasar todas sus horas de vigilia buscando territorios, comida y parejas. Cuando juegan, casi siempre se relacionan con animales de su misma especie.
Los ejemplos que da Garamszegi para demostrar los extremos opuestos del espectro en los perros domésticos de hoy son el muy juguetón vizsla y el chihuahua, que "no le gusta nada jugar". Sin embargo, hay excepciones para cada particularidad. Por otro lado, el entorno desempeña un papel importante independientemente de las tendencias naturales de una raza, por lo que podrías tener una experiencia personal con un Chihuahua juguetón o un Vizsla no tan juguetón.
Para el estudio, los investigadores analizaron durante 16 años (de 1997 a 2013) el carácter juguetón en más de 89 000 perros de 132 razas puras modernas del American Kennel Club (AKC): desde el pomeranio, hasta gran danés. Las razas se agruparon por función, como pastoreo, caza, vigilancia, compañerismo, trabajo y deporte. Los datos genéticos de las razas se introdujeron en un modelo informático evolutivo que predijo qué razas tenían rasgos juguetones.
"Nos interesaba saber si las razas podían distinguirse por su nivel promedio de interés en el juego y cuáles son las fuerzas evolutivas que hacen que las distintas razas se comporten de forma diferente", explica Garamszegi.
A continuación, los investigadores ingresaron datos recopilados por el Swedish Kennel Club que analizó las personalidades y el comportamiento de juego de los perros en función de la voluntad de un perro de jugar tira y afloja con una persona desconocida. Los perros que se consideraron "muy juguetones" fueron los que participaron de forma activa y fácil en el juego.
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Un estudio demuestra que los perros juguetones son más fáciles de entrenar
El equipo de investigación descubrió que los perros que pertenecen a las razas de pastoreo y deportistas eran más juguetones que los perros de razas no deportistas y miniaturas (por ejemplo, los pugs y los papillons), que se seleccionaron para otros fines. Una de las razones es que los perros que se crían para determinadas funciones, como la caza o el pastoreo, deben ser muy adiestrables, con una "relación muy fuerte entre dueño y perro".
"Entonces, si tienes un perro juguetón, puedes estar tranquilo, ya que es fácil de entrenar", dice Garamszegi. "Una forma de entrenar a un perro es jugar con él".
Las sorpresas incluyeron el descubrimiento de que las razas terrier, originalmente criadas para pelear, incluyendo el staffordshire, eran "muy juguetonas", así como el basenji (el perro de caza africano) que los investigadores categorizaron como "juguetones, aunque no a un alto nivel". De National Geographic:
“El basenji tal vez es la raza domesticada más antigua, que data al menos del siglo XVIII. Pero los investigadores creen que los perros parecidos a los basenji existieron desde al menos 6000 a. C., según las pinturas rupestres de Libia que representan a esos caninos en la cacería.
Es imposible saber si los basenjis de hoy se comportan de manera similar a dichos primeros perros. Pero, la combinación de la historia antigua de la raza y su alegría fortalece el hallazgo del estudio de que las personas criaron perros por su sentido de la diversión durante mucho tiempo, dicen los autores del estudio”.
Cuando los investigadores relacionaron el carácter juguetón genético a través de la evolución de los caninos, llegaron a la conclusión de que los ancestros de los perros de hoy poseían el rasgo y que era importante para el proceso de domesticación. Los perros fueron criados de forma selectiva por los humanos y con el tiempo dicho rasgo se intensificó. O, en el caso de perros pequeños, se reprimió.
"Pero algunas razas, como los perros miniatura, en realidad perdieron algo de este carácter juguetón", dice Garamszegi. "Las razas miniaturas en un principio estaban destinadas a ser accesorios de moda para la aristocracia, por lo que ser juguetones podría ser un inconveniente.
Estos deben combinar con tu ropa y coincidir con tus hábitos de viaje. Pero, no necesitan mucha atención. Y en esta situación particular, si tienes un perro juguetón, te crea un problema".
5 juegos divertidos para jugar con tu perro dentro de casa
Siempre que te ejercites o juegues con tu perro, trata de permanecer en el momento. Enfócate solo en él y en su interacción. Y recuerda que los perros también se aburren, así que trata de cambiar las cosas cada vez que puedas.
Los paseos por el vecindario y las visitas al parque para perros están bien, pero para su bienestar general y calidad de vida, intenta participar con él en diferentes juegos y actividades que desafíen sus habilidades mentales y físicas.
A continuación, presentaremos algunas actividades simples y divertidas para considerar. Y las puedes hacer dentro de casa, por lo que el clima no tiene por qué obstaculizar tus planes.
1. Amplía el vocabulario de tu perro. Con tiempo, paciencia y mucha práctica, la mayoría de los perros pueden aprender a relacionar determinadas palabras con ciertos objetos. Te mostramos cómo comenzar. Ponle un nombre a dos de sus juguetes favoritos, algo simple, como "pelota", "oso" o "bebé".
Retira todos los demás juguetes de su vista para ayudarlo a concentrarse. Menciona el nombre de uno de los juguetes y arrójalo para que pueda ir a buscarlo. Repite esto unas cuantas veces, diciendo el nombre del juguete mientras lo arrojas. Haz lo mismo con el otro juguete.
Ahora coloca ambos juguetes en el suelo y menciona el nombre del primer juguete. Cada vez que lo recoja, recompénsalo con elogios y premios. Si quieres hacerlo más desafiante, haz que te traiga el juguete por una recompensa. Repite esto con el otro juguete. Cuando estés seguro de que tu perro identifica el juguete correcto por su nombre, puedes intentar ampliar su vocabulario un poco más y utilizar juguetes y otros objetos adicionales.
2. Crea una pista de agilidad simple. Hacer una pista de agilidad para tu perro y enseñarle a moverse por ahí puede ser muy estimulante para él y divertido para ti. Los artículos a considerar incluyen: una caja o taburete resistente, una silla para saltar o pasar por debajo de ella, una caja con los extremos abiertos para pasar a través de ella, un palo unido a dos taburetes o cajas para saltar, un aro para saltar, y un disco o pelota para atrapar.
Adapta la pista a las capacidades físicas, al enfoque y a la capacidad de atención de tu mascota. Enséñale a pasar por un obstáculo a la vez, y asegúrate de darle muchos elogios, golosinas y otras recompensas valiosas cada vez que supere un obstáculo. ¡Esto debería ser divertido, no laborioso!
3. Juego de escondidas dentro de casa. El escondite desafía las habilidades de obediencia de tu perro (por lo que el entrenamiento de obediencia es un requisito previo para esta actividad) y proporciona estimulación mental y olfativa. Te mostramos cómo comenzar. Toma algunos premios e indícale que permanezca sentado. Escóndete en la otra habitación y llámalo cuando no te vea. Cuando te encuentre, recompénsalo con halagos y golosinas.
Si le has enseñado a tu perro los comandos para que vaya en búsqueda de algo, también puedes jugar al escondite con objetos o golosinas. Para jugar, demuéstrale a tu perro lo que vas a esconder, y ordénale a sentarse o déjalo detrás de una puerta cerrada para que no pueda verte. Oculta el objeto o la golosina; reúnete con tu perro y ordénale que lo encuentre.
A menos que sea un Einstein canino, o que ya conozca el juego, es probable que tengas que darle indicaciones a medida que se acerque o se aleje del objeto escondido. También puedes darle pistas físicas señalando o moviéndote hacia el escondite hasta que se adapte al juego. Cuando encuentre el objeto o golosina oculta, asegúrate de darle muchos elogios y golosinas adicionales.
4. Guía a tu perro en una sesión aeróbica en las escaleras. Si ya tiene la madurez (sus articulaciones están totalmente desarrolladas) y cuentas con escaleras en tu casa, este juego es una buena manera de elevar su ritmo cardíaco.
Ordénale que se siente al pie de la escalera. Lanza un juguete y ordénale que vaya tras él, saltando los escalones lo más rápido que pueda. Se recomienda que baje las escaleras a un ritmo más lento para reducir los riesgos de lesiones.
Diez o más repeticiones de este ejercicio aumentarán su ritmo cardíaco y lo agotarán. Este ejercicio junto con el dispositivo Treat & Train de la Dra. Sophia Yi, pueden proporcionar las mejores bases para un excelente programa de entrenamiento invernal.
5. Saca el instinto de presa de tu perro. Usa un palo o asa simple con una cuerda atada a un extremo y un juguete unido al otro extremo de la cuerda. Puedes comprar uno o crear tu propia versión, solo asegúrate de usar una cuerda normal y no una cuerda flexible o elástica.
Este juguete estimula el instinto de caza en los perros y es una manera divertida de lograr que tu mascota haga ejercicio en el jardín (o dentro de la casa, si tienes el espacio adecuado, o tu perro es de tamaño pequeño) sin esforzarse demasiado. El juego es simple: da vueltas mientras arrastras el juguete para que tu perro lo persiga.
Este tipo de juego puede ser una forma muy divertida para ayudarle con comandos básicos como: siéntate, acuéstate, observa, espera, tómalo, déjalo y suéltalo. De igual forma, es ideal para ayudarle a enfocarse mientras está muy exaltado y calmarlo de inmediato con un comando.