La encefalitis se refiere a la inflamación del cerebro. “Encéfalo” significa cerebro e “itis” significa inflamación. El cerebro y la médula espinal conforman el sistema nervioso central (SNC), y la enfermedad inflamatoria del SNC es una de las causas más común de las enfermedades neurológicas en los animales.
También puede haber inflamación de la médula espinal, la cual se conoce como mielitis, o meningitis, que es la inflamación de las membranas que cubren el cerebro y la médula espinal, en conjunto con la encefalitis.
Algunas razas de perros están predispuestas a la encefalitis, como el Shorthaired Pointer Alemán, Maltés y Yorkshire Terrier.
Causas de la Encefalitis
Hay dos tipos básicos de encefalitis: infecciosa e idiopática. La forma infecciosa de la enfermedad puede ser causada por una infección bacteriana, viral o fúngica, parásitos, trastornos inmunomediados, enfermedades trasmitidas por las garrapatas y por cuerpos extraños.
Se diagnostica el trastorno de encefalitis idiopática cuando no se puede encontrar la causa infecciosa de la enfermedad.
El lugar donde vive una mascota a menudo juega un papel en la causa de la encefalitis. En las zonas de Estados Unidos donde las garrapatas son un problema, las infecciones transmitidas por las garrapatas, como la fiebre de las Montañas Rocosas, erliquiosis y enfermedad de Lyme son las causas comunes. En el sureste de Estados Unidos, la causa también podría ser una infección conocida como fiebre del valle.
Las infecciones bacterianas que causan la encefalitis son relativamente raras en los compañeros animales, pero sí suceden de vez en cuando. Las causas virales son el moquillo canino y la peritonitis infecciosa felina. Cuando un parásito está involucrado, a menudo el culpable es el Toxoplasma gondii.
Encefalitis Idiopática
Cuando no se encuentra una causa infecciosa para la enfermedad, la encefalitis idiopática a menudo tiene una causa subyacente inmunomediada, lo que significa que el sistema inmune del animal ataca su propio cerebro y médula espinal.
Uno de los tipos de enfermedades inmunomediadas vistas en los perros con encefalitis es la meningoencefalitis granulomatosa (GME, por sus siglas en inglés), la cual se ha observado más a menudo en los perros de raza pequeña y mediana edad.
Otro es la meningoencefalitis necrotizante (NME, por sus siglas en inglés). Los perros con predisposición son jóvenes o de mediana edad y de raza Pug, Maltés, Chihuahua, Papillon, Shih Tzu y Boston Terrier.
Un tercer tipo de trastorno inmunológico que puede ocasionar encefalitis es llamado leucoencefalitis necrotizante (NLE, por sus siglas en inglés), el cual afecta más comúnmente a los Yorkies, Chihuahuas y Shih Tzus.
Síntomas de la Encefalitis
Los signos clínicos de la encefalitis dependen del área del cerebro que se ve afectada. Los síntomas generalmente aparecen de forma súbita y progresan rápidamente.
Si el lóbulo frontal está involucrado, puede haber ataques, ceguera, cambios en el comportamiento, depresión y que gire sobre sí mismo. En la enfermedad del bulbo raquídeo, puede haber pérdida de coordinación, ladeo de la cabeza, temblores y parálisis facial. Otros signos pueden ser: fiebre, menor grado de reacción, tamaño desigual de las pupilas, o pupilas puntiformes más pequeñas.
Un perro o gato con encefalitis puede tener anormalidades neurológicas que vienen de una sola área, o área focal, del cerebro o de múltiples áreas (multifocal) del cerebro. Sin embargo, mientras que muchas otras enfermedades, como los derrames o tumores cerebrales, pueden causar signos neurológicos focales, cuando los síntomas son multifocales, muy frecuentemente la causa es la encefalitis.
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Diagnóstico de la Encefalitis
Mientras que es importante que el veterinario le haga los análisis comunes de diagnóstico a tu mascota, como análisis de sangre y de orina, rayos-x del pecho, etc., es posible que los mamíferos con encefalitis no muestren anormalidades en estos exámenes, ya que lo que sucede en el sistema nervioso central puede estar completamente separado del resto del cuerpo.
Es por ello que un diagnóstico definitivo de esta enfermedad a menudo involucra una punción lumbar. El fluido cerebroespinal que rodea al cerebro y a la médula espinal brinda evidencia directa de lo que sucede dentro del sistema nervioso central. Una cantidad significativamente mayor de glóbulos blancos en el fluido espinal generalmente indica que hay encefalitis.
Una punción lumbar puede conllevar riesgos en ciertos animales. Tu mascota podría necesitar una resonancia magnética (MRI) o tomografía computarizada (TC) del cerebro previamente a realizar la punción lumbar en busca de signos de presión intracraneal elevada que pudiera aumentar el riesgo del procedimiento. El escaneo cerebral también puede ser útil para descartar otras causas de la enfermedad neurológica, como un tumor cerebral.
Opciones de Tratamiento
El tratamiento de la encefalitis se enfoca en reducir la severidad de los síntomas que experimenta tu mascota.
Generalmente, se suministrarán antibióticos o fungicidas si hay una infección. Si la mascota sufre de ataques, quizá se recomienden los medicamentos anticonvulsivantes. También puede iniciarse una terapia de bajas dosis de esteroides para tratar la inflamación significativa del fluido espinal o para los signos clínicos graves.
Los tratamientos tradicionales para la encefalitis inmunomediada generalmente involucran la represión intencional del sistema inmunológico con altas dosis de medicamentos durante tres a seis meses, y a veces durante más tiempo.
Muchos veterinarios holísticos, como yo, han descubierto que incorporar terapias adicionales como la homotoxicología, terapia de ozono y protocolos herbales tradicionales chinos que traten el "calor” y el “aire” (el diagnóstico de encefalitis de la medicina veterinaria tradicional china) ha sido muy benéfico para reducir los síntomas y acortar el curso de la enfermedad en muchos pacientes.
Creo firmemente que todas las mascotas que se han recuperado de la encefalitis idiopática o inmunomediada no deben ser vacunadas nunca más por ninguna razón. A estos animales se les debe realizar un análisis para medir la cantidad de anticuerpos en lugar de las vacunas tradicionales.