La forma en la que los monos y los humanos ven el mundo tiene más similitudes que diferencias, de acuerdo con la investigación publicada en Journal of Experimental Psychology: Animal Learning and Cognition.1
Estudiar las ilusiones visuales puede ayudar a entender más la percepción común, y los investigadores utilizaron la ilusión Delboeuf para determinar si los humanos y los monos comparten similitudes en sus sistemas perceptuales.
Una ilusión Delboeuf involucra dos puntos, uno rodeado por un aro grande y el otro rodeado por un aro chico. A pesar de que los dos puntos son del mismo tamaño, los humanos tienden a percibir el punto rodeado por el aro grande como si fuera más pequeño que el que está rodeado por un aro más chico.
Los investigadores querían saber si los monos (monos capuchinos y macacos Rhesus) percibían la ilusión de la misma forma.
Los Monos y los Humanos Ven de Forma Similar las Ilusiones Visuales
Se utilizó una serie de dos estudios computarizados para investigar la ilusión Delboeuf en los humanos y en los monos. En el primer estudio, tuvieron que elegir el punto central más grande de dos, que a veces estaban rodeados por aros concéntricos.
Mientras que los humanos mostraron evidencia de la ilusión Delboeuf, al exagerar el tamaño de los puntos cuando estaban rodeados por aros pequeños y subestimar los puntos rodeados con aros grandes, los monos no mostraron evidencia de la ilusión.
Los investigadores creyeron en este caso que los monos habían utilizado los círculos exteriores para indicar el tamaño, así que condujeron un segundo experimento. En el segundo análisis, los monos y los humanos tenían que clasificar un punto central como pequeño o grande.
A veces el punto estaba rodeado por un aro de diferentes tamaños. En este caso, tanto los humanos como los monos mostraron evidencia de la ilusión Delboeuf. Los investigadores explicaron:
"...encontramos evidencia de la ilusión Delboeuf en las tres especies. Los humanos y los monos subestimaron el tamaño del punto central a un grado cada vez más alto con los aros que aumentaban progresivamente."
Un estudio previo que demostró la ilusión usando alimentos como "puntos" y platos como los círculos externos, mostró resultados similares entre los chimpancés y los humanos.2 Sus descubrimientos acerca de esto y en el estudio anterior sugieren que los humanos y los monos comparten similitudes en la forma en la que perciben y confunden el mundo.
Tanto los Humanos como los Chimpancés Confunden los Tamaños de las Porciones en Base al Tamaño del Plato
En los humanos, el tipo de plato en el que se sirven los alimentos puede hacerlos creer que hay más, o menos, comida de la que realmente hay. Generalmente, las personas se pueden servir de más y comer en exceso cuando el alimento se presenta en platos grandes, mientras que se sirven menos y consumen menos, cuando los alimentos se presentan en platos pequeños.
Sin embargo, esta no es una confusión meramente humana. En un estudio publicado en Animal Cognition, los chimpancés eligieron entre dos cantidades de comida presentadas en platos del mismo o de diferente tamaño.3
Cuando los platos eran del mismo tamaño, elegían correctamente la porción más grande, pero esto se volvió más difícil cuando los alimentos se presentaban en platos pequeños o grandes. Y cuando se presentaron las mismas porciones de alimentos en platos chicos o grandes, los chimpancés tendieron a elegir el plato más pequeño (lo que sugiere que ellos, al igual que los humanos, percibieron como mayor la porción del plato chico).
El estudio muestra otro caso en el que los humanos y los chimpancés tienen un comportamiento similar. Y en el caso de los humanos, la investigadora Audrey Parrish de la Universidad del Estado de Georgia explicó en Phys.org que los resultados "sugieren que podría ser más difícil convencer al estómago de ignorar a los ojos, de lo que desearíamos, ya que esta ilusión parece ocurrir con otras especies."4
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Los Monos Pueden Contar Sorprendentemente Bien y el Control Sobre sus Impulsos es Similar al de los Niños Pequeños
Se publicó en Nature Communications otra serie intrigante de experimentos que se empeñó en mostrar si los macacos de cola larga entendían el concepto de la cantidad relativa.
El primer examen involucraba presentarles a los monos dos platos de pasas (uno con mayor cantidad de pasas que el otro). Se suponía que los monos debían elegir el plato con más pasas, que luego tenían permitido comer, aunque la mayoría de los monos elegía el plato con menos pasas.
En un tercer experimento, volvieron los platos con pasas, pero los monos recibían como premio pasas que estaban ocultas debajo de los platos. Los monos también tuvieron éxito en este experimento.
Resulta que, de forma muy similar a los niños humanos jóvenes, el deseo de los monos de comer las pasas del primer experimento confundía su capacidad de contar. En realidad, es probable que los monos puedan contar mucho mejor de lo que los investigadores habían observado. Como explica Phys.org:5
"...los impulsos naturales de los monos y su deseo de comer las pasas interfirieron en su juicio en el experimento inicial... De forma similar a los niños jóvenes y el paradigma de la recompensa contraria, estos monos no lograron ver más allá de su deseo de comer las pasas...
En el paradigma de la recompensa contraria, se les presentaba a los niños jóvenes dos torres de caramelos de diferentes tamaños. Los niños siempre señalarían la torre más alta y, entonces, esa torre se le otorgaba a otro niño. Los pequeños tienen problemas para entender que al elegir la torre más pequeña, recibirían la torre más alta.
Sin embargo, si este examen se repite con objetos no comestibles, los niños logran entender y realizar el experimento de forma correcta. Los investigadores de este estudio indican hacia la misma interferencia en el juico, como cuando se les presenta comida a los monos.
Su deseo de comer los alimentos se entromete en el camino de la tarea que hay que realizar. Estos investigadores creen que los estudios previos que fueron realizados con otros primates y utilizaron alimentos como un símbolo del experimento pudieron tener resultados afectados y por lo tanto subestimaron la capacidad de los primates con los números."
Este estudio también reveló inadvertidamente una razón por la que no se deberían tener monos como mascotas; se comportan de forma muy similar a los niños pequeños y no crecerán más allá de los terribles dos años humanos (pero, a diferencia de los niños, los monos tienen la fuerza y la capacidad de herir a sus cuidadores adultos).
Y una vez que los monos maduran, su comportamiento puede volverse errático o agresivo y la mayoría de los dueños no pueden cuidarlos de manera segura. Así que, puedes asombrarte de las muchas formas en las que los monos son similares a los humanos, pero respeta su necesidad de vivir seguros en su hábitat natural.