Esta Revisión de Salud No Cuesta Dinero y Ningún Veterinario lo Puede Duplicar

Revisión de Salud Para Perros

Historia en Breve

  • Cuando se trata de la salud y el comportamiento de tu perro, saber qué es normal te ayudará a reaccionar rápido cuando algo no ande bien
  • Puedes realizarle a tu perro un chequeo casero siguiendo estos 7 sencillos pasos
  • Los chequeos caseros regulares te ayudarán a mantenerte alerta a los cambios en el bienestar de tu compañero canino

Como amante y admirador de los perros, sé que quieres llevar un registro de su salud y bienestar diario para poder reaccionar rápidamente en caso de que algo no ande bien.

Después de todo, tú eres quien más tiempo pasa al lado del miembro de tu familia de cuatro patas, por eso debes saber cuándo algo no anda bien con su salud o comportamiento.

Por supuesto, para saber qué es anormal, primero debes establecer qué es normal para tu perro. La mejor forma de hacerlo es en casa en donde tu perro se siente dentro de su entorno. El primer paso es simplemente observarlo — cómo se para, cómo se sienta, cómo se acuesta, cómo se mueve.

Una vez que tengas una imagen mental de cómo se ve tu perro cuando está calmado y cómodo, serás capaz de darte cuenta cuando algo no ande bien, que es el objetivo.

Hazle un Chequeo Casero

La Dra. Shea Cox de Servicios Veterinarios de Bridge en el norte de California, escribió para The Bark 7 sencillos pasos para que le hagas un chequeo casero a tu perro, a los cuales les he agregado algunas cosas:1

1. La temperatura de tu perro debería ser de entre 100° y 102.5° F. Toma su temperatura con un termómetro rectal digital, primero lubrica la punta con un poco de aceite de coco e insértalo suavemente a aproximadamente una pulgada dentro del recto en perros pequeños y aproximadamente dos pulgadas en perros grandes. Si no se desliza fácilmente, no lo fuerces.

2. Puedes checar el pulso de tu perro al localizar su arteria femoral en su muslo. Utiliza tus dedos para detectar la arteria y sentir el pulso. Posteriormente, al igual que lo harías como si fueras a tomar tu propio pulso, cuenta el número de latidos durante un periodo de 15 segundos y multiplica ese número por 4.

El ritmo cardíaco de los perros varía bastante, pero para la mayoría de los perros de 80 a 120 latidos por minuto se considera normal. Lar razas grandes, especialmente los perros atletas y de trabajo, tienden a tener pulsos más lentos en comparación con las razas pequeñas y los cachorros.

3. Comienza con su cabeza, échale un vistazo a su nariz, que debe ser suave al tacto y estar limpia. (Por cierto, no necesariamente tiene que estar fría y húmeda. Algunas veces, los perros sanso tienen narices secas y calientes).

Posteriormente, checa sus ojos, deben estar brillantes, húmedos y claros, con muy poco o nada de secreción. Las pupilas deben tener el mismo tamaño y el blanco del ojo debe estar completamente blanco (no amarillo, rosa o rojo), con tan sólo unos cuantos vasos sanguíneos visibles. Sus oídos deben estar limpios, secos e inodoros (o casi).

Sus encías deben tener un color rosa y estar húmedas. No debe haber lesiones o hinchazón en su hocico, ni tampoco mal aliento. Sus dientes deben estar libres de sarro y placa, la lengua limpia y la parte superior del hocico también limpia y sin residuos.

4. Ahora pasa a su pecho, observa cómo respira. Su pecho debe moverse de adentro hacia afuera sin ningún esfuerzo y la respiración debe ser rítmica. A menos que esté jadeando o sea de raza con cara plana (braquiocefálica), su respiración no debe escucharse.

La tasa normal de respiración en reposo es de 15 a 30 respiraciones por minuto. Si tu perro está durmiendo, su tasa debe ser de unas 15 respiraciones por minuto. Si está emocionado o ansioso, deberá estar en el extremo superior del rango.

En comparación con los perros grandes, los perros pequeños tienden a respirar más rápido mientras están en reposo.

5. Posteriormente, échale un vistazo muy de cerca a su piel, que es el órgano más largo de su cuerpo y puede darte una idea bastante precisa de su salud en general. Su piel debe ser suave y sin lesiones.

No debe haber enrojecimiento o manchas ásperas, así como muy poco olor. Su pelaje debe estar suave y brillante (a menos que sea una raza con pelaje áspero).

6. Checa que tu perro esté bien hidratado. Puedes hacerlo al levantar suavemente la piel de su cuello. Si su piel regresa rápidamente a su posición normal significa que está hidratado. Si su piel tarda en regresar a su posición normal o se queda en la misma posición que cuando la levantas entonces podría necesitar tomar más agua o consumir alimentos húmedos.

7. Ahora pasa al torso. Pon tus manos justo detrás de sus costillas y presiona suavemente su panza. Si acaba de comer, puedes sentir cómo el estómago está lleno del lado izquierdo, justo debajo de las costillas, esto es normal.

Evalúa su tono muscular y su peso. Si sientes que tiene exceso de peso, debes tratar el problema con ejercicio y una alimentación balanceada, apropiada para su especie. Checa la temperatura e hinchazón en su cuerpo y hazle una prueba de rango de movimiento en sus articulaciones, debería moverse libremente, sin resistencia, ni dificultad.

Mueve tus manos por su cuerpo hacia la parte trasera, busca bultos, protuberancias, signos de malestar o distención del vientre, algo que podría necesitar un chequeo más detallado por parte de tu veterinario.

Si encuentras un bulto, protuberancia o verruga inusual durante tu chequeo casero y crees que requiere de un cuidado adicional, sería buena idea comenzar con una tabla corporal para tu mascota. Dibuja un diagrama de su cuerpo y señala todo lo que encuentres en el lugar apropiado del dibujo.

Asegúrate de incluir exactamente en dónde lo encontraste, cuando lo encontraste, el tamaño que tenía en ese momento y los cambios que ha tenido. Si observas que el bulto ha crecido o cambiado en apariencia de un día a otro, haz una cita con el veterinario.

Finalmente, examina sus dedos, uñas y las almohadillas de sus patas. No debe haber residuos entre los dedos, las uñas deben ser cortadas a una longitud cómoda y las almohadillas no deben tener cortaduras o llagas.

Si examinas regularmente a tu perro, te familiarizarás rápidamente con lo que es normal y lo que no. Realizar chequeos caseros es una forma sencilla y muy efectiva de mantener bajo control la salud de tu compañero canino.

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+ Fuentes y Referencias