El sistema vestibular se compone de una colección de estructuras del oído interno que le brindan a tu perro el sentido del equilibrio y orientación espacial. Cuando el sistema vestibular falla, el cerebro no obtiene la información que necesita para comprender la relación del cuerpo con su ambiente externo.
La enfermedad vestibular se presenta de dos formas, pero la más común es la enfermedad vestibular periférica, y dado que ocurre con mayor frecuencia en perros mayores, también se le conoce como síndrome vestibular del perro viejo. Otro nombre por el que se le conoce es síndrome vestibular idiopático canino (de origen desconocido).
El síndrome también se presenta en perros más jóvenes y hay una serie de enfermedades subyacentes que pueden causarlo, pero hoy hablo específicamente de cuando el trastorno se presenta sin causa aparente en perros mayores.
Síntomas del síndrome vestibular en perros mayores
Lo espantoso de esta enfermedad es que aparece de repente y generalmente se manifiesta con la inclinación pronunciada de la cabeza y un modo de caminar descoordinado. Muchos padres de mascotas ven este comportamiento inesperado e impactante en su perro mayor o geriátrico y dan por hecho que se trata de un derrame cerebral.
Además de la inclinación de la cabeza y la falta de coordinación, los perros con síndrome vestibular a menudo dan vueltas, caen, y desarrollan nistagmo, un trastorno en el que los ojos hacen movimientos rítmicos involuntarios. También son síntomas comunes las náuseas y el vómito.
Muchos perros que padecen síndrome vestibular tienden a dudar cuando moverse o pararse, y parecen confundidos sobre lo que pasa a su alrededor. Solo recuerda algún momento donde hayas estado tan mareado que el “cuarto daba vueltas” y entenderás por lo que pasan estos pobres perros.
Diagnóstico y pasos siguientes
Si tu perro ya está mayor y sus síntomas aparecen repentinamente, el veterinario pensará que se trata del síndrome vestibular en perros mayores y realizará un examen físico, el cual comprende mirar hasta el fondo de sus oídos. También realizará exámenes de sangre y en algunos casos hasta radiografías, para descartar otras posibles causas de los síntomas.
Si estos exámenes iniciales no revelan una causa subyacente para los síntomas del perro en edad avanzada, es buena idea esperar unos cuantos días y ver si existe una mejora gradual. Con la enfermedad vestibular idiopática, generalmente se observan mejoras dentro de 72 horas. Muchos perros regresan a la normalidad en una o dos semanas, aunque es posible que aún ladeen la cabeza un poco.
Si dentro de unos pocos días no observas una mejora en los síntomas de tu perro o estos empeoran, por desgracia, lo más probable es que se trate de algo más grave, como un tumor cerebral, por lo que se necesitará realizar más pruebas.
Cómo cuidar de un perro con síndrome vestibular idiopático
No existe un tratamiento específico para la enfermedad vestibular, por lo que la meta es controlar los síntomas de tu perro y brindarle apoyo según sea necesario. Las náuseas y vómito que frecuentemente padecen estos pacientes pueden eliminarse con remedios para el mareo. Si se trata de una infección en el oído medio o interno, se necesitarán antimicrobianos.
Los perros con síndrome vestibular a menudo se sienten mareados, y esto evita que caminen normalmente o que quieran hacerlo. Ya que puede que estos pacientes no coman o beban lo suficiente, algunas veces necesitan ser hospitalizados para recibir líquidos por vía intravenosa (IV) y nutrición suplementaria.
Al cuidar de tu perro en casa, es posible que debas colocarle los alimentos y el agua cerca para animarlo a que coma y beba (tal vez en tazones elevados). Incluso algunos perros necesitan que los alimenten con la mano hasta que ya se sientan mejor. Muchos perros también necesitan que los ayuden a llevarlos al lugar donde defecan. Si tu perro es muy pesado como para que lo cargues, necesitarás utilizar un arnés como apoyo para guiarlo al patio.
También es buen idea cortar sus uñas y utilizar Dr. Buzby’s ToeGrips para ayudarlo a estabilizar su cuerpo cuando permanece de pie o camina. Tapa los pisos lisos y limita el acceso a las escaleras.
Tu perro también podría beneficiarse de permanecer en un lugar pequeño en casa hasta que ya no sea propenso a caerse. Es importante que pueda ver y escucharte bien mientras descansa, así que no lo enjaules o encierres en un cuarto separado. También bríndale almohadas y apoyo para que se sienta cómodo. Colocarle un arnés para el cuerpo con asas para soporte y estabilidad también puede ser beneficioso.
Asegúrate de pasar un poco de tiempo extra con él a nivel de piso, hablarle despacio, acariciarlo y tranquilizarlo.
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Remedios naturales beneficiosos
He utilizado remedios homeopáticos con cierto éxito (en especial, el remedio conocido como Cocculus), así como terapias de rehabilitación para ayudar a los perros con síndrome vestibular a estar más conscientes de su cuerpo y mejorar su estabilidad física.
Muchos perros mayores se estresan cuando tienen episodios del trastorno vestibular, por lo que los agentes relajantes naturales como el aminoácido L-teanina, así como hierbas como la pasionaria, lúpulo, casquete, valeriana y manzanilla pueden ayudarles a sobrellevar el problema. Otros remedios como el triptófano, el GABA, el aceite de CBD y las esencias florales también pueden ser muy benéficos para calmar a los perros que se abruman por los síntomas.
Es importante saber que el síndrome vestibular idiopático no es un trastorno doloroso, así que, aunque tu perro parezca miserable debido al mareo, afortunadamente sabes que no es por dolor.
Posibles desencadenantes del síndrome vestibular en perros mayores
Aunque aún no se conocen bien las causas del síndrome vestibular, un estudio reciente en gatos que desarrollaron el trastorno justo después de una visita al veterinario demostró que los gatitos recibieron varios tratamientos, como "lavado de oídos, limpieza suave de oídos, vacunación, dental, anestesia o sedantes.”1
Sospecho que los trastornos como el síndrome vestibular que pueden aparecer “de la nada”, especialmente en mascotas mayores, probablemente sí tengan una causa subyacente—una que hasta ahora no ha sido identificada. Sería interesante analizar los datos sobre las historias de vacunación de perros mayores que desarrollaron el síndrome, ya que es posible que el exceso de vacunación tenga algo que ver.
Este es otro motivo por el cual tienes que abogar por tu mascota cuando se trata de vacunas y asegurarte que no reciba demasiadas. Para las vacunas principales (moquillo, parvo, adenovirus), insiste en la realización de exámenes de anticuerpos y no dejes que lo vacunen demás. Para la rabia, la cual es obligación legal, insiste en la vacuna de 3 años en vez de la de un año, si es que está disponible donde vives.
Rechaza cualquier vacuna que no sea principal y absolutamente necesaria (según sean los resultados del examen de anticuerpos). También recomiendo que encuentres un veterinario holístico integral que pueda proporcionarte remedios homeopáticos de desintoxicación después de cada vacuna.
Recuerda, las mascotas deben estar completamente sanas para poder recibir vacunas, por lo que cualquier trastorno prexistente significa que la mascota debe ser examinada por rabia. Está demás decir que si tu perro padece el síndrome vestibular (o lo padeció), no debe ser vacunado para nada por el resto de su vida.
También ten mucho cuidado sobre cómo limpias los oídos de tu mascota, ya que parece haber una relación entre la limpieza de los oídos o las sustancias para la limpieza, y el desarrollo de la enfermedad vestibular.