La histoplasmosis es una infección causada por el hongo Histoplasma capsulatum, que se encuentra en la tierra, y por lo general en ambientes cálidos y húmedos.
En los Estados Unidos, el hongo ha sido reportado en 31 estados, principalmente en el sur y medio oeste y, en especial a lo largo de los ríos Mississippi, Missouri y Ohio. Las áreas donde hay heces de aves o murciélagos también son entornos propicios para este tipo de hongo.
Los hongos Histoplasma producen pequeñas esporas que son resistentes al calor y se transportan por medio del aire y, además pueden ser inhaladas por las mascotas.
Estas esporas comprometen el sistema inmunológico, se reproducen en las células del sistema inmunológico, y luego se transportan por todo el cuerpo a través del torrente sanguíneo. Al final pueden terminar en el tracto respiratorio, tracto gastrointestinal (GI), ganglios linfáticos, médula ósea, pulmones, hígado y bazo.
Tanto los perros como los gatos podrían contraer histoplasmosis, pero la infección se observa con mayor frecuencia en perros y gatos que se encuentran al aire libre y, en particular, en perros de caza.
Se han reportado unos cuantos casos de infección en los animales que solo viven en espacios cerrados, pero es inusual y se sospecha que la fuente de infección en estos animales podría provenir de la tierra de macetas o exteriores.
Esta infección podría afectar a las mascotas a cualquier edad, pero la mayoría de las infecciones ocurren en animales menores de cuatro años.
Síntomas de histoplasmosis
Los síntomas de infección pueden variar de nada a grave. La naturaleza y grado de los síntomas dependen de los órganos que sean infectados por el hongo. La histoplasmosis podría limitarse a los pulmones o simplemente al tracto gastrointestinal, o convertirse en sistémica, al infectar todo el cuerpo.
Los síntomas incluyen:
Pérdida de apetito |
Heces sanguinolentas |
Depresión |
Vómito |
Pérdida de peso |
Moco o grasa en las heces |
Dificultad o problemas para respirar |
Pérdida muscular |
Diarrea |
Intolerancia al ejercicio |
Tos (por lo general es crónica) |
Amígdalas más grandes |
Esfuerzo para defecar |
Letargo |
Fiebre |
Ganglios linfáticos más grandes |
Conforme la infección progresa, las mascotas podrían volverse macilentas, tener frecuencia cardiaca y respiratoria elevadas, cojera, y llagas ulceradas en la piel o alrededor de los ojos.
Aparte de afectar el tracto gastrointestinal y respiratorio, la histoplasmosis podría dañar otros órganos, como el hígado, bazo, ganglios linfáticos, huesos y médula ósea, glándulas suprarrenales, riñones, testículos, así como la boca, lengua y ojos.
¿Cómo diagnosticar la histoplasmosis?
Tu veterinario registrará el historial de salud y síntomas generales de tu mascota y le realizará un examen físico completo; también señalará los cambios importantes, tales como los sonidos pulmonares anormales, palidez de las membranas mucosas, alteración en la frecuencia cardiaca o pulmonar de tu mascota, crecimiento del hígado, bazo o ganglios linfáticos, cojera o inflamación de las articulaciones, y cualquier anormalidad ocular.
Es posible que ordene un conteo sanguíneo completo (CBC), junto con un perfil bioquímico en suero para verificar la función de sus órganos internos, así como un análisis de orina. Sin embargo, si bien, los análisis sanguíneos podrían confirmar la presencia de anticuerpos de histoplasmosis, solo significa que tu mascota ha estado expuesta al hongo, y no necesariamente que haya desarrollado la enfermedad como resultado de su exposición.
La presencia de anticuerpos inducirá más pruebas diferenciales para confirmar la infección, y podría incluir un examen de orina para detectar los hongos, radiografías de tórax, aspiración del hígado y bazo, tomar muestras de líquido pulmonar, radiografías óseas o biopsias, biopsias gastrointestinales, y punción lumbar.
Dado que los síntomas de la histoplasmosis también se manifiestan en otras enfermedades, es muy importante realizar un diagnóstico para confirmar el padecimiento.
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Opciones de tratamiento
En los casos leves de histoplasmosis respiratoria, es posible que no sea necesario hacer algún tratamiento, ya que el cuerpo de tu mascota podría desarrollar una respuesta inmunológica efectiva y eliminar la infección por sí solo.
Si la infección es grave, podría requerirse un tratamiento agresivo con medicamentos antifúngicos, para salvar la vida de tu mascota. Los medicamentos utilizados para tratar la histoplasmosis incluyen itraconazol, fluconazol, ketoconazol y anfotericina B.
En los casos leves, se administraran antifúngicos por vía oral entre cuatro y seis meses. Puede parecer mucho tiempo, pero aunque los antibióticos podrían resolver las infecciones bacterianas con bastante rapidez en la mayoría de los casos, la terapia antifúngica puede tardar más tiempo. Por lo general, los veterinarios recetan medicamentos antifúngicos para un mínimo de cuatro meses.
En los casos graves de histoplasmosis que requieren hospitalización, también podrían suministrarse medicamentos antifúngicos por vía intravenosa (IV) junto con oxígeno, fluidos por vía intravenosa y apoyo nutricional, según sea necesario.
Por desgracia, al igual que todos los medicamentos, los antifúngicos podrían generar un sin número de efectos secundarios adversos, en especial los relacionados con el tracto gastrointestinal. Además también son costosos, particularmente los que están destinados para perros de raza grande y gigante.
El medicamento Amfotericina B también podría tener un alto riesgo de daño renal, por lo que la mayoría de las personas opta por utilizar algunos de los medicamentos antimicóticos más seguros.
Es probable que tu veterinario integrativo sugiera alguna terapia complementaria, como la terapia de nebulización, si el hongo se encuentra en los pulmones, o la terapia de ozono, si hay una infección sistémica. Asimismo, muchos animales pueden beneficiarse con la terapia de vitamina C por vía intravenosa, que es un gran apoyo antioxidante y para el sistema inmunológico.
Al igual que con cualquier enfermedad, entre más pronto tu mascota sea diagnosticada y tratada por histoplasmosis, será mejor. También, habrá un buen pronóstico si se administra el tratamiento correcto antes de que el animal se debilite.