¿A tu mascota le ha crecido un alarmante bulto o protuberancia? Descubre qué hacer

lipomas en perros

Historia en Breve

  • Pese a ser muy común, encontrar un nuevo y misterioso bulto o protuberancia en tu perro es algo inquietante
  • Los lipomas son bultos o protuberancias que son masas grasas no cancerígenas; por lo general, crecen justo debajo de la piel en el cuello, la parte superior de las piernas, axilas o torso
  • Quizás exista una correlación entre la cantidad y el tamaño de los lipomas, la capacidad que el perro tiene para metabolizar la grasa y su vitalidad general
  • No es necesario eliminar un lipoma a menos que interfiera con la movilidad o calidad de vida de tu perro; sin embargo, la masa debe ser monitoreada de manera rutinaria para detectar cambios en su tamaño o forma
  • Mantén a tu perro en un peso saludable y buena forma física para ayudarlo a evitar los lipomas; dale un tipo de alimentación que sea lo menos estresante metabólicamente; y ten cuidado con permitir que lo vacunen o mediquen en exceso

Imaginemos que estás bañando a tu perro o que le estás dando a un agradable masaje, y de repente, mientras pasas tus manos por su cuerpo, sientes un bulto extraño bajo su piel.

Los bultos y protuberancias esporádicas son tan comunes en los perros que esta situación tiene lugar todos los días en todo el mundo, pero aun así es alarmante cuando te sucede a ti y a tu perro.

Es muy común que conforme los perros van envejeciendo desarrollen bultos inofensivos debajo de su piel, y muchos de estos resultan ser tumores adiposos o lipomas.

Los lipomas son masas de grasa benignas que están encerradas en una cápsula delgada, y estos son el tipo más común de tumores de tejidos blandos no cancerígenos en los perros. Cualquier perro, sin importar su raza, sexo o edad, puede desarrollar uno o varios lipomas.

Los tumores adiposos en los perros suelen desarrollarse justo debajo de la superficie de la piel en el cuello, la parte superior de las piernas, axilas o torso. Sin embargo, pueden aparecer en cualquier parte de su cuerpo, incluso en los tejidos musculares.

Si el lipoma está debajo de la piel, tendrá una sensación suave, blanda y podrás moverlo. Si este se encuentra en el tejido muscular, su consistencia se sentirá muy firme.

Ciertos perros pueden ser propensos a desarrollar lipomas

Es cierto que cualquier perro puede desarrollar un tumor adiposo, ya sea joven, viejo, esterilizado, castrado, obeso o delgado. Sin embargo, según mi experiencia, existe un vínculo entre la cantidad y el tamaño de los lipomas, la capacidad que el perro tiene para metabolizar la grasa y su vitalidad general.

Si un perro no tiene un metabolismo dinámico y desarrollado, lo que suele suceder es que acumula grasa en lo que yo llamo "bultos" o nódulos grasos. Cuando tú o yo aumentamos de peso, solemos acumularlo en varios lugares de nuestro cuerpo. Pero cuando un perro con un metabolismo de grasa deficiente aumenta de peso, acumula nódulos en un punto en específico. Estos son lipomas, o masas de grasa benignas.

Ciertas razas, como el Labrador y Golden Retriever, suelen desarrollar más lipomas que otras, lo que hace que muchos veterinarios piensen que existe un posible componente epigenético para la formación de estas masas benignas.

Algunos veterinarios holísticos e integradores también creen que los lipomas y otros tumores adiposos son un indicio de que el cuerpo de un perro no puede eliminar toxinas de manera efectiva a través de procesos que involucran el hígado, riñones e intestinos.

De acuerdo con los principios de la Medicina Tradicional China (MTC), los lipomas son una manifestación de un "Qi estancado" o una "flema" (un "bloqueo energético" que incluso se manifiesta en una masa física y benigna).

Independientemente del cómo o por qué se producen los lipomas, es importante saber que por lo general no deben ser motivo de preocupación, pero sí requieren supervisión.

La mayoría de los tumores adiposos no requieren cirugía

Muchos veterinarios recomiendan extirpar todos los bultos, protuberancias y neoplasias cutáneas, pero muchos de nosotros en la comunidad veterinaria integradora preferimos dejar intactos los bultos benignos (como los lipomas), a menos que interfieran seriamente con la movilidad o la calidad de vida de un perro.

Cuando llevas a consulta a tu perro por un bulto sospechoso, tu veterinario debe realizar una aspiración con aguja fina para determinar si la masa pudiera ser motivo de preocupación o si solo se trata de un lipoma benigno.

Si reaparece como una masa grasa inofensiva, deberás registrarlo en una tabla con la información corporal de tu perro, incluyendo su tamaño y fecha de aparición. Luego podrás supervisar si se produce algún cambio en sus dimensiones, forma o apariencia.

Si el lipoma de tu perro aumenta de tamaño, dependiendo de su ubicación, por razones médicas quizás sea necesario eliminarlo antes de que sea lo suficientemente grande como para afectar su calidad de vida. Por ejemplo, esto incluiría un lipoma que esté creciendo en la axila del perro y que está modificando la forma en que camina, o uno en el esternón que roza la alfombra cada vez que se acuesta, causando así abrasiones cutáneas.

Algunos lipomas conservan el mismo tamaño a lo largo de la vida del perro. Estos no causan preocupación alguna, y solo deberás supervisarlos con el fin de detectar algún crecimiento o tipo de cambio.

En conclusión: Rara vez extirpo quirúrgicamente los lipomas, excepto en situaciones en las que el bulto está afectando el rango de movimiento, la marcha o el nivel de comodidad del perro en cuestión.

Si la calidad de vida del perro está socavándose, si ya no está caminando cómodamente, si hay rotación de la caja torácica, o bien, en caso de que esté contrabalanceando de modo que genera problemas esqueléticos, la extirpación del lipoma suele mejorar drásticamente su salud musculoesquelética. En esos casos, resulta más conveniente extirpar la masa lo más pronto posible, porque cuanto más grande sea el bulto, más grande será la incisión.

La extirpación quirúrgica de un lipoma se llama cirugía citorreductora. Esta implica extirpar la mayor parte de la masa, pero no toda. El tratamiento de tumores adiposos benignos es frustrante porque, si bien podemos eliminar toda la grasa visible, siempre habrá (y con esto me refiero a siempre) células adiposas remanentes.

Pueden estar en la fascia, introducirse en la musculatura o en la parte inferior de la piel. Esas células adiposas tienen memoria, y por desgracia, los lipomas pueden formarse nuevamente.

Llamamos al procedimiento de cirugía citorreductora porque no podemos prometer que extirparemos por completo todas las células adiposas o que el lipoma no volverá a crecer en el mismo lugar. Sin embargo y pese a la tendencia que tienen los lipomas por volver a crecer en el mismo sitio, aún se debe considerar la extirpación bajo ciertas circunstancias.

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7 maneras de ayudarle a tu perro a evitar los lipomas

Para brindarle a tu compañero canino la mayor posibilidad de evitar tumores adiposos, es importante mantenerlo en buenas condiciones físicas y, al mismo tiempo, respaldar su metabolismo, sistema inmunológico y sistema linfático, así como sus órganos de desintoxicación.

1. Somételo a exámenes físicos en casa de manera regular. Cuanto más cómodo te sientas reconociendo lo que es normal al tocar cada centímetro del cuerpo de tu perro, más pronto sabrás cuando algo está cambiando, por ejemplo, como si empezara a crecer una masita de grasa.

Masajear las pequeñas acumulaciones de grasa, desde un principio, puede ayudar a impedir que estas molestas masas ganen impulso y que se conviertan en un problema en el futuro.

2. Si le estás dando a tu mascota comida procesada, con cada bocado estará recibiendo una dosis de aditivos químicos y subproductos cancerígenos como aminas heterocíclicas y acrilamidas.

Asimismo, ten en cuenta que las croquetas sin granos tienen la misma cantidad de nutrientes sintéticos y, por lo general, un índice glucémico más alto en comparación con la croqueta normal, por lo que las mascotas que consumen alimentos sin granos no están mejor en lo que respecta al estrés alimenticio.

Dale a tu mascota una alimentación con productos enteros, frescos, orgánicos, sin transgénicos, nutricionalmente equilibrada y adecuada para su especie con el fin de reducir el estrés metabólico. La comida para mascotas en su estado natural proporciona la humedad necesaria y garantiza el más alto nivel de asimilación y digestión biológica.

3. Dale agua potable limpia, pura y de alta calidad. El agua potable de tu mascota no debe contener fluoruro, cloro, metales pesados u otros contaminantes. Te recomiendo no solo filtrar el agua potable de tu mascota, sino también la tuya; sin embargo, no recomiendo el uso de agua alcalina para las mascotas.

4. Ten en cuenta su IMC (índice de masa corporal) y su nivel de estado físico. Las mascotas pueden ser delgadas y musculosas, o bien, pueden sufrir sobrepeso u obesidad. Los perros delgados que no hacen ejercicio todos los días pueden desarrollar lipomas. El ejercicio regular le proporcionará a tu animal de compañía un sinfín de beneficios, como favorecer la depuración regular.

De igual forma, el ejercicio estimula la circulación sanguínea y el sistema linfático, por lo que las toxinas se transfieren de manera eficiente al hígado y los riñones para su procesamiento. La actividad física también mejora la respiración y ayuda a que tu mascota elimine la mucosidad del tracto respiratorio.

5. Prohíbe que las personas fumen en tu hogar y usa únicamente productos de limpieza que no sean tóxicos.

Considera la posibilidad de invertir en un purificador de aire para controlar los ácaros del polvo.

Evita contaminar la calidad del aire interior de tu mascota con perfumes, ambientadores y aromatizantes eléctricos o velas perfumadas. Estos productos están repletos de químicos y causan o exacerban las afecciones respiratorias como el asma tanto en personas como en mascotas

Las toxinas en el aire también provienen de las emisiones de gases químicos de los nuevos artículos sintéticos para el hogar, como pisos, alfombras, muebles, cortinas e incluso camas para mascotas.

A menos que le des a tu mascota una cama orgánica hecha sin productos químicos cuya etiqueta especifique que contiene fibras naturales y no ha sido tratada con productos químicos, deberás asumir que ha sido tratada con productos ignífugos.

6. Considera la posibilidad de desintoxicar periódicamente a tu perro. Todos tratamos de reducir la exposición a las toxinas en el entorno de nuestra mascota, pero es casi imposible evitar todas las fuentes de exposición, por lo que someterlo a un protocolo de desintoxicación ocasionalmente puede ser muy beneficioso.

Las terapias que mejoran la circulación, como el masaje y los tratamientos quiroprácticos, también ayudan en la desintoxicación. Asimismo, agregar diariamente una cucharada de vinagre de sidra de manzana sin filtrar, por cada 20 libras de peso, a la comida de tu perro puede ayudar a evitar que la grasa se acumule con el paso del tiempo.

7. No permitas que vacunen o mediquen a tu perro en exceso. Esto incluye evitar todas las vacunas, medicamentos veterinarios (p. ej., antibióticos y esteroides) y productos químicos para prevenir pulgas/garrapatas que sean innecesarios.

Debes garantizar que tu amigo cuadrúpedo esté protegido contra las enfermedades, pero las vacunas, productos químicos preventivos y otros tipos de medicamentos en exceso pueden aumentar drásticamente el nivel de toxicidad en su cuerpo.

+ Fuentes y Referencias