Debido a que los seres humanos dependen tanto de la comunicación oral, a veces puede ser difícil entender lo que sucede con nuestros familiares que no pueden articular palabras, tienen pelaje y ladran. Esto puede ser particularmente estresante en situaciones donde una mascota podría estar enferma o lastimada.
Para complicar aún más las cosas, usualmente se cree que los perros tienen una mayor tolerancia al dolor que los seres humanos y en realidad muchos tratan de ocultar su malestar como un instinto natural de supervivencia.
Señales que debes vigilar
Para determinar si tu perro siente algún malestar necesitas enfocarte en las señales sutiles. Por lo regular, los perros que sienten dolor a menudo parecen tensos o tristes. Pero, como generalmente no se quejan ni lloran a menos que sientan un gran dolor, enseguida se encuentran otros signos a los que debes estar atento:
Falta o pérdida del apetito |
No saludarte como de costumbre |
Temblores/estremecimiento |
Postura agazapada |
Apoyo del peso sobre una pierna |
Tardar más tiempo de lo habitual en orinar o defecar |
Renuencia a subir o bajar escaleras |
Jadeo excesivo |
La manera en que tu veterinario evalúa el dolor de tu perro
A diferencia de la medicina humana, nuestros pacientes veterinarios no pueden indicarnos con palabras cuánto les duele, por lo que la puntuación del dolor se determina necesariamente a través de la observación.
Dado que cada animal es un individuo con un umbral de dolor específico, para calificar el dolor de manera efectiva, debemos observar al perro antes de administrar analgésicos e intentar cualquier procedimiento, sin importar cuán pequeño sea (por ejemplo, una extracción de sangre).
También debemos aplicar algún método científico durante la observación para determinar el nivel de dolor del perro. Necesitamos conocer el nivel promedio de dolor para determinar el padecimiento del animal o la cirugía que debe realizarse, y considerarlos en la ecuación. Esto es necesario porque muchos perros son estoicos aun cuando sienten un dolor significativo.
Las escalas de dolor, como las de la Universidad Estatal de Colorado (CSU), que aparecen enseguida, fueron desarrolladas para uso de los veterinarios y su personal, pero también pueden ser útiles para los dueños de mascotas que desean saber qué señales deben verificar para determinar si sus perros podrían estar sufriendo.
Puntuación de dolor: 0 — Sin dolor: El paciente está contento, actúa de forma usual, se mueve con comodidad, tiene un apetito normal y (si aplica) no le molesta el área de la cirugía. La TPR (temperatura programada) es normal. |
Puntuación de dolor: 1 — Dolor leve: Por lo general, esto se manifiesta con una pequeña cojera, dificultad para subir o bajar, o ligero aumento de TPR. El paciente come, mueve la cola y no está deprimido. |
Puntuación de dolor: 2 — Dolor moderado: El paciente exhibe sensibilidad y podría lamer o morder el área de la herida o cirugía. El paciente podría negarse a comer y parecer deprimido, así como presentar respiraciones lentas y superficiales. |
Puntuación de dolor: 3 — Dolor severo: Los síntomas incluyen depresión, renuencia a moverse y sensibilidad en el área de la herida o cirugía. Por lo general el paciente no come, podría vocalizar y recostarse sin dormir. |
Puntuación de dolor: 4 — Dolor insoportable: El paciente manifiesta todos los signos ya descritos con una puntuación de dolor de 3, además de jadeo intermitente, mayor TPR (aún en reposo) vocalización constante, gran depresión, pupilas dilatadas, agresividad y respiraciones profundas. |
Puede consultar la escala de dolor CSU completa y detallada, que incluye imágenes aproximadas de cómo podría parecer tu perro con una puntuación de dolor de 0, 1, etc.: Escala de dolor canino.
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Sensibilidad al ruido: otra señal de dolor en los perros
Un estudio realizado en 2018 recomienda que los perros que manifiestan miedo o ansiedad cuando escuchan ruidos fuertes o repentinos sean evaluados para determinar si padecen dolor. Los investigadores encontraron que los perros con dolor musculoesquelético desarrollaban mayor sensibilidad al ruido.
Según ScienceDaily:
"Los investigadores creen que el dolor, que podría permanecer sin ser diagnosticado, puede exacerbarse cuando un ruido pone 'reactivos' o tensos a los perros, lo que podría ejercer una presión adicional sobre los músculos o articulaciones que ya están inflamados y generar más dolor.
Ese dolor está relacionado con un ruido fuerte o inesperado, lo que puede resultar en una sensibilidad al ruido y evasión de situaciones en las que hayan tenido una mala experiencia, por ejemplo, en un parque local o la habitación más ruidosa de la casa".
Los investigadores analizaron los registros veterinarios de 20 perros diagnosticados con sensibilidad al ruido que fueron realizados por especialistas en comportamiento animal en la Universidad de Lincoln, en el Reino Unido. Los perros se dividieron en dos grupos; es decir, 10 que también fueron diagnosticados con dolor musculoesquelético (displasia de cadera, artritis y espondilosis focal) y 10 perros de control sin dolor.
Los 20 perros exhibieron síntomas de sensibilidad al ruido que incluían temblores, estremecimiento y aislamiento. Sin embargo, los perros con dolor evitaron aún más las áreas donde tuvieron una mala experiencia con el ruido. Los factores desencadenantes de sensibilidad incluyeron a los fuegos artificiales, tormentas eléctricas, aviones, disparos, automóviles y motocicletas.
Además, los perros con dolor diagnosticado generalizaron su sensibilidad al ruido en entornos relacionados, y evadieron a otros perros, al contrario de los perros de control.
Información adicional sobre la sensibilidad al ruido en los perros y cómo controlarla.
Cómo tratar el dolor de tu perro
La forma de controlar el dolor de tu mascota dependerá de la causa. Es por eso que es de vital importancia concertar una cita con el veterinario para que realice un examen exhaustivo, más allá de la evaluación visual del dolor, con el fin de buscar la causa subyacente.
Una vez que el veterinario haya evaluado a tu perro y en función de la fuente de su incomodidad, existen diversas terapias integrativas que pueden combinarse muy bien para disminuir la cantidad de medicamentos necesarios para controlar el dolor, que incluyen:
- Quiropráctica
- Masaje terapéutico
- Ejercicios de estiramiento
- Acupuntura
- Terapia láser
También hay algunas terapias más novedosas que he utilizado exitosamente, incluyendo al dispositivo Assusu Loop, una forma de terapia de campos electromagnéticos pulsados. De igual manera, hay diversos suplementos beneficiosos que puedes incluir en la alimentación de tu mascota, pero reitero, todo depende de su diagnóstico y protocolo de tratamiento.